Salud

Alertan del alto consumo de fármacos entre las trabajadoras de residencias

Abuso de medicamentos para paliar el dolor muscular y la ansiedad provocados por las “duras condiciones laborales” y las “excesivas cargas de trabajo físico”

Pensionistas de paseo
Pensionistas de paseolarazon

El sindicato CCOO PV ha alertado sobre el elevado consumo de psicofármacos entre las trabajadoras de las residencias de mayores para paliar el dolor muscular y la ansiedad provocados por las “duras condiciones laborales” y las “excesivas cargas de trabajo físico” que deben soportar.

Así se ha puesto de manifiesto durante la jornada “Tus derechos, tu mejor medicina”, que este miércoles celebra la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios (FSS) de CCOO PV para visibilizar y concienciar sobre la carga de trabajo físico en un sector que ocupa en la Comunitat a más de 15.000 trabajadores, más del 90 por ciento mujeres.

Irene Álvarez, responsable de Salud Laboral y Empleo de la FSS CCP PV, ha indicado que la última Encuesta sobre consumos de sustancias psicoactivas en el ámbito laboral en España, realizado en 2014, señala que el 21,8 por ciento de las trabajadoras de más de 55 años consumen hipnosedantes y psicofármacos.

En el caso de las mujeres de entre 45 y 55 años, el consumo de estos fármacos es del 14,7 por ciento; de 35 a 45 años, del 8,6 por ciento; entre 25 y 34 años, el porcentaje es del 5,1 por ciento; y en mujeres de entre 16 y 24 años, del 4,5 por ciento.

El sindicato ha hecho un estudio cualitativo en base a estos datos cuantitativos, que muestran un aumento del consumo de psicofármacos en el ámbito laboral, especialmente en servicios sociales, sanidad, enseñanza u hostelería, sectores que están muy feminizados.

Para ello, se han creado nueve grupos de discusión cualitativos para poder ver esa percepción del consumo de fármacos entre personal del sector de las residencias (gerocultoras, limpiadoras, enfermeras, personal de Medicina del Trabajo y Atención, servicios de prevención o representantes sindicales) para corroborar que el origen era laboral y ver cuáles son las deficiencias en los centros de trabajo.

“Lo que se ha visto son las deficiencias en materia preventiva. No hay una prevención eficiente y eficaz para evitar desde lesiones musculoesqueléticas hasta la exposición a riesgos psicosociales, con lo cual eso deriva primero en un consumo de antiinflamatorios y calmantes, que llevan después al consumo de psicofármacos”, ha explicado Álvarez.

Según ha indicado, en el caso de las mujeres que consumen psicofármacos, el daño “es acumulativo” y además el que se produce con motivo del trabajo “tiene consecuencias para la salud que se traducen en este consumo”.

Los datos reflejan, según el sindicato, que las trabajadoras de residencias de mayores se ven obligadas, en muchas ocasiones, a un “elevado consumo de fármacos y psicofármacos” para paliar dolores musculares y rebajar el nivel de ansiedad, “consumo que, en demasiadas ocasiones, deriva en adicciones que tienen origen laboral”.

Se trata de un “policonsumo”, ya que unos medicamentos les llevan a tomar otros para paliar los efectos de los primeros. Se administran especialmente analgésicos o antiinflamatorios y relajantes para aliviar el doctor muscular “muchas veces no recetados por un profesional”, y posteriormente ansiolíticos para tratar el estrés y la ansiedad por las altas cargas y ritmos de trabajo.

“Con los fármacos se está tratando un síntoma del problema real, que está en las condiciones de trabajo”, ha denunciado para añadir que como sindicato proponen “atajar esas condiciones de trabajo y proporcionar más info-prevención”, ha subrayado.

El estudio del sindicato se ha basado en mujeres que trabajan en residencias, aunque Irene Álvarez señala que en el caso de las que lo hacen en domicilios particulares “el problema puede aumentar porque la prevención es más complicada porque sufren una situación de aislamiento al tratarse de un domicilio particular”.

CCOO PV exige que se evalúen adecuadamente los riesgos a los que están sometidos estas trabajadoras, que se mejore significativamente la vigilancia preventiva de la salud y que se garantice una formación adecuada para cada puesto de trabajo, cubriendo aspectos técnicos y relacionales en las residencias.