Turismo
El empleo valenciano, más castigado por el coronavirus
La especialización turística y un tejido empresarial compuesto por pyme, perjudica especialmente a la Comunitat Valenciana
La economía valenciana podría contraerse entre el 3,2 por ciento, en un escenario base, y el 5,3 por ciento, en uno adverso, si la epidemia del coronavirus se controla pronto y se vuelve a la normalidad relativa en el plazo de un mes, en tanto que los efectos sobre el empleo se situarían entre el 3,7 y el 5,4 por ciento, unos porcentajes superiores a la media española.
La razón de esta diferencia estriba, según señala un estudio realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), en la especialización turística de la Comunitat Valenciana y su tejido empresarial dominado por pymes y microempresas. Debido a estas circunstancas, señalan los investigadores Francisco Pérez y Joaquín Maudos, los problemas pueden ser “mayores” que en el conjunto nacional, pero a la vez el peso de su sector agroalimentario puede ser una circunstancia positiva, al ser uno de los menos afectados.
El estudio considera un problema añadido la situación financiera de la Generalitat, porque resta margen de maniobra e incluso “puede agravar las dificultades de las empresas valencianas proveedoras de la Generalitat”.
Ayer se conocía que la deuda de la Comunidad Valenciana asciende ya a 46.433 millones de euros, lo cual representa un 42,1 por ciento de su PIB, y la sitúa como la región más endeudada de España en términos relativos.
Además, según los datos hechos públicos por el Ministerio de Hacienda, el déficit de la región se situó en 2019 en el 1,91 por ciento, un porcentaje que se encuentra muy lejos del 0,1 por ciento permitido por el Gobierno central.
Por ello, desde el IVIE se propone no agravar la crisis de las empresas, prestando atención preferente a reducir sus periodos de pagos a proveedores -buena parte de ellos sanitarios- mediante la consecución de recursos de liquidez extraordinarios del Gobierno; y facilitar el acceso de las empresas y los trabajadores a los fondos estatales y europeos. Tal y como publicaba ayer este periódico, la Comunitat Valenciana ha recibido hasta el momento solo 111,5 millones de euros de los 283 que le prometió el Gobierno central al inicio del estado de alarma. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, exigió el pasado domingo la transferencia de 2.200 millones de euros para pagar a los proveedores.
También, que la Generalitat sea selectiva en los compromisos que afecten a los ingresos y gastos priorizando aquellos que están claramente justificados y no los que respondan a la mayor presión particular sino a la mayor necesidad; y apoyar a las empresas en el acceso a la financiación, utilizando el IVF y la SGR.
El informe analiza también las consecuencias en la economía a partir de la previsión de crecimiento del 1,6 % anual anterior a la pandemia, y señala que la caída del PIB en 2020 sería del 1,6 % en el escenario base y del 3,7 % en el adverso. Si la caída de actividad se prolongara dos meses, el PIB anual de la economía valenciana tendría una tasa de crecimiento negativa este año del 4,8 % o del 9 % en el escenario base y adverso, respectivamente.
El empobrecimiento es mayor cuanto más duradero sea el shock, es decir, la emergencia sanitaria, y menor la capacidad de resistencia y recuperación. Las estrategias de respuesta a la epidemia de los países están siendo distintas, pero casi todas apuestan por medidas de distanciamiento que dificultan la vida económica y ninguna ofrece certezas de cuánto tiempo tendrán que aplicarse para alcanzar el objetivo, por lo que se desconoce con seguridad la magnitud de las dificultades, añade el informe.
El impacto de la crisis difiere por ramas productivas, ya que algunos sectores están siendo más golpeados. Distingue entre el impacto bajo (agricultura, industria agroalimentaria, energía, telecomunicaciones y servicios públicos), medio (manufacturas, servicios financieros, consultoría o información) y elevado (construcción, comercio, hostelería, transporte, cultura y espectáculos, o servicios profesionales).
Dada la magnitud de las ayudas por parte del BCE, el Gobierno central y la Generalitat, el déficit público y el endeudamiento van a aumentar con fuerza, según este estudio.Por eso, apunta, es probable que haya que revisar prioridades y también gastos públicos para encajar parte de las tensiones (como los ERTE), y no se descarta que haya que revisar ingresos y gastos que sean aplazables o realizar ajustes, una vez superada la crisis sanitaria.
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