Deportes

Vuelta a la cancha de los jugadores de la ACB: “Hemos reducido al mínimo el riesgo de lesiones”

El confinamiento ha pasado factura a muchos deportistas profesionales en su regreso a la competición

Vuelta fase final Liga Endesa
Los jugadores del Bilbao Basket se despiden el jueves pasado de su ciudad antes de partir hacia Valencia, donde disputarán la fase final de la Liga ACBLuis TejidoAgencia EFE

El día 13 de mayo, recién estrenada la fase 1, los jugadores del Bilbao Basket regresaron a sus entrenamientos. Lo hacían después de dos meses de confinamiento, un tiempo en el que habían estado realizando en sus casas los ejercicios que les encargaban sus preparadores físicos y siguiendo entrenamientos diarios vía telemática. Su esfuerzo no bajó ni un ápice, ni sus ganas, pero el regreso pasa factura de forma ineludible.

“Muchos de ellos habían bajado de peso debido a la pérdida de masa muscular, aunque cuidaron mucho su alimentación y entrenaron diariamente, es inevitable que esto suceda”, explica el preparador físico de los jugadores del equipo vasco, Roberto Molina.

Durante el confinamiento, pusieron especial énfasis en evitar posibles lesiones provocadas por un exceso de esfuerzo. “El día 2 de mayo -primer día en el que todos pudimos salir por primera vez después de semanas- les prohibimos que corrieran. Estamos hablando de cuerpos muy grandes para los que correr supone un gran impacto articular. Solo les dejamos caminar durante 30 o 40 minutos. Al día siguiente todos tenían sobrecarga en las pantorrillas”, relata Roberto. “Aunque realices entrenamientos de dos o tres horas en tu casa, el resto del día estás en reposo, por lo que es imposible que el rendimiento siga siendo el mismo”.

Aquel 13 de mayo volvieron a los entrenamiento de forma individual, nada de contacto físico ni más de tres jugadores en las mismas instalaciones, unas medidas que prolongaban durante horas el trabajo del equipo de entrenadores y preparadores físicos.

En cuanto al estado anímico, era “el mejor que se puede tener después de dos meses de confinamiento”, explica Roberto con una sonrisa. “Obviamente no ha sido lo mismo para los que viven en una casa con jardín, y han estado con su mujer y sus hijos, que para aquellos jugadores extranjeros, que en algunos casos ni siquiera hablan español, y que han estado solos en un piso. Para algunos jugadores el confinamiento ha sido muy duro”, asegura Molina.

Por ello la preparación para la vuelta a la cancha no es solo física, sino también psicológica, el regreso tiene que ser progresivo, y los jugadores tiene que ser conscientes en cada momento de su estado físico real.

El objetivo prioritario de los responsables de la forma física de los jugadores: evitar lesiones. “Vimos lo que había pasado en EEUU y en la liga alemana, con 15 jugadores lesionados en la primera jornada de partidos, por lo que ellos y nosotros adquirimos consciencia del riesgo”. Tras semanas de trabajo, Roberto asegura que se ha reducido al mínimo el riesgo de lesiones.

Tras días de preparación en solitario, por fin hace dos semanas iniciaron los entrenamientos “cuerpo a cuerpo”. Un periodo de tiempo muy corto si se tiene en cuenta que el miércoles de la semana que viene, el 17 de junio, disputarán su primer enfrentamiento de la fase final de la Liga ACB, que este año se disputa en el pabellón valenciano de la Fuente de San Luis hasta el 30 de junio.

A partir de ese día tendrán partidos en días alternos. “Es un calendario muy intenso”, explica Roberto. No esconde su preocupación por la salud de sus jugadores, pero confía en que el trabajo realizado durante las últimas semanas dé sus frutos.

Aparte del intenso calendario de partidos, que se tuvo que reajustar con motivo de la pandemia, hay otro factor que dificulta el trabajo de los equipos: la ausencia de público. “En las competiciones profesionales el factor ‘afición’ es muy importante. Está demostrado que los niveles hormonales de los jugadores mejoran con los ánimos del público". Pero esta vez los jugadores tendrán que enfrentarse al equipo rival a puerta cerrada, sin el aliento de un público que deberá conformarse con verles desde casa.