Opinión
Illa, alumno aventajado de Sánchez
Reconozco que los embustes les han llevado a la Moncloa
¿Pedro Sánchez y Salvador Illa piensan que somos imbéciles? ¿Realmente lo somos? ¿Lo son ellos? Las preguntas vienen a cuento por las declaraciones del candidato socialista a las elecciones catalanas y ex ministro de Sanidad asegurando que «no formaré Gobierno con nadie que tenga como objetivo la independencia». Solo tengo respuesta para la última. Hasta ahora han demostrado no ser tontos, porque ahí están, en la cresta de la ola del poder, con mando en plaza sobre todos nosotros.
Es verdad también que el aspirante no demuestra demasiada inteligencia al pretender, por un lado, obtener credibilidad para un compromiso en el que su «jefe» se ciscó en el minuto uno «no gobernaré con Podemos, ni con Bildu, ni con separatistas». Una asignatura a la que el ex ministro se ha apuntado para matrícula de honor si comprobamos lo que ha mentido durante meses. Además, si no es con los independentistas, ¿con quién piensa coaligarse en el hipotético caso de ser el más votado? Nadie más que ellos le dan la mayoría pretendida.
Reconozco que los embustes les han llevado a la Moncloa y al Gobierno. ¿Les seguirá beneficiando esa dinámica? No lo sé. Lo cierto es que, a pesar de falta de ética, lo último que se me ocurre es menospreciar a Pedro Sánchez para eso de la política. A los hechos me remito. Tras la derrota y cuando nadie lo esperaba, resurgió cual ave Fénix y alcanzó tal cota de poder que nadie le tose. Contra viento y marea, a diestro y siniestro, con lo que haga falta, lo vemos actuando como perdulario, con las mismas armas que le llevaron a lo más alto. Con las características, según dice mi amigo Rogelio que ha escrito algún especialista, dignas de estudio por alguna especialidad médica. Así es la vida.
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