¿Están PSPV y Compromís preocupados?

¿La izquierda tiene una ética más laxa que la derecha? ¿practica la ley del embudo, de tal forma que lo que exige a los demás no le obliga a ellos? ¿el PP muestra más complejos que sus adversarios cuando de los tribunales de justicia se trata?.

Son preguntas que formulaba ayer mi amigo Rogelio cuando nos encontrábamos admirando ese don natural en forma de lluvia y su sonido invitando a la calma y la reflexión.

Venía a cuento por la insólita actitud del presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar que se llama a si mismo «bicho raro», al no decidir ni propiciar la dimisión o destitución de José Luis Vera, jefe de los «Servicios jurídicos, transparencia y prevención de riesgos penales» ¡toma ya! de la empresa pública Divalterra, la que parece, a pesar de su cambio de denominación (antes Imelsa) continúa en el epicentro del escándalo político y de la investigación judicial.

En definitiva, cuando el PSPV, Compromís y Podemos obligaron al entonces presidente Alberto Fabra a base de escraches, camisetas y cruzadas mediáticas a destituir a los imputados populares, esos mismos partidos se llaman andana cuando les pintan bastos. Ahí están concejales y otros mantenidos en sus puestos.

Ante semejante escenario y comportamiento, la pregunta obligada que la ciudadanía se plantea es ¿tanto miedo tienen los partidos que lo sustentan -PSPV y Compromís- de lo que sabe, guarda o amaga el encausado?. Así es la vida.