El Gallinero

El equipo de Ribó no ofrece vivienda social

Es más fácil sentarse a la bartola y acribillar a impuestos a los propietarios

Nuestro gobernantes parecen empeñados en darnos una imagen de indolentes o perezosos en lugar de reflexivos, activos e ingeniosos. Así se desprende al menos de la relación entre la Administración y la oferta de vivienda social. ¿Qué es más fácil? ¿ponerse a trabajar en buscar solares, realizar proyectos y ejecutarlos para facilitar pisos a quien los necesita en unos momentos como los actuales? ¿o sentarse a la bartola y acribillar a impuestos a los propietarios, subir el IBI y demás tasas recaudatorias? Si es cierto aquello «por sus obras los conoceréis» parece que le rige lo segundo.

Así se desprende, por ejemplo, de la actuación del Ayuntamiento de Valencia, cuyo Gobierno integrado por Compromís y PSOE. Lo denunció el fin de semana la portavoz del PP, María José Catalá «en seis años de gobierno sólo han sido capaces de construir cinco viviendas de promoción pública» una cifra incomparable con las las más de 1.200 construidas por el Ayuntamientos como el de Madrid» a cuyos miembros del PP, Ciudadanos y Vox no para de denigrar, al parecer sin razón, la izquierda, la misma que aquí aparece con la mirada a otra parte en este capítulo.

Al parecer, la tónica va a continuar a juzgar por las predicciones del alcalde que, nada más conocer la existencia del acuerdo sobre la Ley de la Vivienda, proclamó su disposición a arremeter contra los propietarios de apartamentos. Eso que ni siquiera existe el texto de ese plan normativo. Hasta su correligionario, el vicepresidente Héctor Illueca, le ha tenido que calmar.

Nuestros munícipes deberían conocer aquello «la pereza no es más que el hábito de descansar antes de estar cansado». Así es la vida.