Urbanismo
De almacén de contenedores a corredor verde, esto quiere Compromís para la ZAL
La sentencia que anula el plan de esta área logística del puerto de Valencia ha vuelto a enfrentar a los socios de la Generalitat
La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) que anula el Plan Especial de la ZAL ha abierto un nuevo debate sobre el futuro de Valencia. Si un vertedero donde se tiraron los residuos urbanos de Barcelona se ha podido convertir en un espacio verde, si un área costera de Girona donde un día hubo un complejo vacacional es ahora un lugar libre de cemento o si Madrid pudo volver a disfrutar del río Manzanares, ¿por qué la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) de Valencia no puede dejar de ser un área para almacenar contenedores?
Desde Compromís defienden que existen numerosos ejemplos de que esto es posible y afirman convencidos de que si bien la huerta y las alquerías que se destrozaron de la huerta de La Punta ya no pueden recuperarse, afirman que estos terrenos pueden convertirse en un corredor verde que lleve a la ciudad de Valencia hacia L’ Albufera, la joya ecológica más preciada del “cap i casal”.
En la costa de Girona, en el paraje Tudela- Culip en Cap de Creus se desarrolló entre 2009 y 2010 un proyecto de reconstrucción paisajística que borró las huellas del Centro Vacacional Club Med. La zona se declaró Parque Natural y para su recuperación se eliminaron 450 edificaciones, la flora exótica y se restituyó la orografía y drenajes para devolver las dinámicas naturales de erosión y transporte de sedimentos, según detalla el portal Arquitectura y Empresa.
Este complejo vacacional tenía capacidad para albergar 900 visitas y cerró en 2003. Dos años más tarde el Ministerio de Medio Ambiente compró los terrenos y puso en marcha el proyecto para restaurar el paisaje.
Otro caso paradigmático es la restauración de La Vall d’en Joan, situado en la comarca del Baix Llobregat. Desde 1974 y durante 30 años se convirtió en el vertedero de una parte importante de los residuos urbanos de Barcelona y su área metropolitana. Los desechos rellenaron una concavidad natural de 60 hectáreas de superficie y 80 metros de profundidad. Los lixiviados fueron filtrándose hasta llegar incluso al acuífero de Castelldefels, según detalla el portal paisajeo.org.
En 1999 se decidió poner fin a esta situación y comenzó un proyecto de restauración para clausurar el vertedero e integrar esta zona en el Parque Natural del Garraf y devolverla a los ciudadanos, a la flora y la fauna.
Como ejemplo urbano, puede tomarseMadrid Río. Las obras de soterramiento de la M-30, que se realizaron entre 2004 y 2007, liberaron los terrenos necesarios para crear el parque que transcurre a lo largo de un tramo importante del río Manzanares. De 2007 a 2011 se ajardinó la zona y se ejecutaron el resto de actuaciones que han convertido a este área en una importante zona verde.
La síndica de Compromís y coportavoz de la formación en Valencia, Papi Robles, tiene clara cuál es la postura de su partido y expone estos ejemplos para dar solidez a un batalla que están dispuestos a librar y a ganar.
Sobre la mesa ya hay una petición realizada a la Generalitat valenciana. Que no recurra la sentencia del TSJCV. La decisión no está tomada aún. Desde Presidencia de la Generalitat aseguran que la Abogacía está estudiando el asunto y mientras tanto Compromís como Unides Podem, reclaman que se permita revertir la ZAL. El presidente Ximo Puig, no acaba de aclarar cuál es su postura y, como en la polémica sobre la ampliación del Puerto de Valencia, defiende que hay que compatibilizar el respeto al medio ambiente con la economía. Un equilibrio, que según sus socios de Gobierno, no se cumple cuando se trata de las pretensiones del puerto.
La portavoz de Compromís y vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, sí ha dicho claramente cuál es su postura. Afirma que es el momento de, “con calma y serenidad”, estudiar en profundidad el futuro del modelo de ciudad que se desea para València y esto incluye “el diálogo con los vecinos y los afectados”.
Asegura que la ZAL afectaría “gravemente” a las playas del sur de la ciudad de València e insiste en que hay que decidir “si queremos una ciudad contaminada, atravesada por camiones, con un impacto paisajístico y ecológico tremendo y que desaparezca la Albufera. Un Gobierno responsable debe hacer políticas no mirando a las siguientes elecciones sino a la siguiente generación”.
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