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Opinión

Alicante, ropa tendida

Si las ciudades pierden su identidad, acaban colgando los bikinis y los calzoncillos hasta de los balcones de los edificios más bellos

Imagen de la calle San Franscisco de Alicante, conocida como la calle de las Setas La Razón

Existe una calle en Alicante conocida como la calle de las Setas; esas figuras de cartón piedra, obra del artista de Hogueras José María Escrivá, supusieron una revolución en una vía -su nombre es calle San Francisco- que estaba condenada a no existir en sentido figurado. O, dicho de otra forma, una calle que, aun estando en un lugar privilegiado, a dos pasos del mar y de la Explanada, apenas tenía vida ni mucho menos luz.

Llegaron las simpáticas setas, acompañadas del suelo pintado de colores y empezaron a florecer nuevos comercios y bares y restaurantes. Todo cambio genera controversia y los alicantinos, allá por el año 2013, renegaron del lugar.

Una vez el ciudadano de a pie se acostumbró a entrar en ese pequeño parque temático que supone la calle San Francisco -con una imagen propia de un cuento- los apartamentos turísticos arrollaron literalmente las calles de Alicante.

Y en el caso de la calle de las Setas existe un apartamento turístico con otro. Y ahora los residentes y comerciantes se quejan del trasiego de personas con maletas de ruedas, de la ropa tendida de cualquier manera -incluida ropa interior- en los balcones de los edificios y de la suciedad que genera tanto trasiego de personas.

Y es verdad que los residentes aplauden la mejora planeada para la calle por parte del Gobierno local. Y también es cierto que no se puede matar la gallina de los huevos de oro, es decir, el turismo.

Pero tan necesaria es la rehabilitación de la calle San Francisco, y sus conocidísimas setas, como la paralización por un periodo de dos años de la concesión de nuevas licencias para edificios de apartamentos turísticos, recientemente aprobada en la ciudad.

Pues eso, que si las ciudades pierden su identidad, acaban colgando los bikinis y los calzoncillos hasta de los balcones de los edificios más bellos.