Opinión | A través del espejo

Camps, nosotros y los de entonces

No hay nada que se parezca a la época en la que ganaba por mayorías absolutas

El ex presidente Francisco Camps durante el acto celebrado el miércoles en Valencia
El ex presidente Francisco Camps durante el acto celebrado el miércoles en ValenciaEFE/ Manu Bruque

Escribió el poeta Pablo Neruda que «nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos». Nunca un verso dijo tanto con tan pocas palabras. Los de ahora del poema ya no se quieren, los de entonces, se querían, aunque solo a ratos. Lo del expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, estas últimas semanas tiene mucho de pasado y también de presente.

Si Camps quiere presentarse a dirigir el PPCV puede hacerlo, pero debería tener muy claro que no hay nada que se parezca a esa época en la que las mayorías absolutas se ganaban subiéndose a una furgoneta y recorriendo la Comunitat Valenciana

Que sí, que eso también hay que hacerlo, pero él, el de entonces, tampoco es el mismo. Que sí, que dimitió porque le iban a juzgar por un delito de cohecho impropio pasivo del que fue declarado no culpable, y que luego le fueron absolviendo de todos los procesos que se le abrieron, pero el tiempo ha pasado y no hay nada que pueda ser igual. «Nadie se baña dos veces en el mismo río» (Heráclito de Éfeso) porque la única certeza es que todo cambia.

De 2011 a ahora ha llovido tanto que hasta ha habido un dana tan letal y destructora que ha cambiado para siempre la historia de este territorio.

Si el ex presidente quiere optar a volver a liderar el PP valenciano debería respetar los tiempos y esperar a que se convoque el congreso porque, si este cónclave se ha aplazado es porque el Partido Popular ha decidido que no es el momento.

Camps ha dicho que es leal a su partido, pero se siente tan comprometido con las siglas que se ve en la obligación de sacarlo a flote. En el PP le han mostrado respeto, pero ha quedado más que demostrado que no cuenta con el apoyo de Génova en esta aventura.

Y más, no sé si sabrá que la izquierda se frota las manos cada vez que organiza un acto como el del pasado miércoles.