Amamantando la vida

¿Por qué se produce la obstrucción del pecho lactante?

El pecho está inflamado, duro y con leche, pudiendo notar un pequeño bulto o cordón

Si no se trata correctamente, la leche acumulada puede derivar en una mastitis
Si no se trata correctamente, la leche acumulada puede derivar en una mastitisLa Razón

Me pregunto quién dijo que iniciarse en la lactancia fuese un camino de rosas. A veces surgen dificultades que pueden hacer fracasar la lactancia, no obstante, todo con la ayuda adecuada suele tener solución.

Uno de los problemas más frecuentes que padecen algunas madres al amamantar son las obstrucciones de los conductos mamarios, es decir, los pequeños tubos delgados de la mama que llevan la leche de los lobulillos mamarios hasta el pezón. Cuando alguno de estos conductos se inflama o se hincha, su luz se estrecha, dificultando el paso de la leche.

El pecho está inflamado, duro y con leche, pudiendo notar un pequeño bulto o cordón, no siempre enrojecido, pero sí sensible al tacto. Se trata de un acumulo de leche que si se maneja correctamente no debería producir complicaciones mayores como fiebre, malestar general e inflamación de la mama. Antes de explicar qué podemos hacer, explicaremos a qué suele deberse.

Las causas pueden ser diversas y las podemos clasificar en dos grandes grupos:

Traumatismos del conducto o del pecho: estos pueden deberse bien a tirones o mordeduras del bebé al mamar, golpes en el pecho o al uso de ropa ajustada.

Mal drenaje del pecho: donde debemos valorar si se trata de un problema que impida al bebé mamar de forma correcta y vaciar de manera apropiada el pecho.

En este caso nos podemos encontrar con dos situaciones, bien que el bebé presente alguna limitación física que le impida agarrarse de forma adecuada al pecho, como puede ser un frenillo lingual corto, o se trata de una técnica incorrecta de agarre del bebé al pecho.

Sin embargo, la obstrucción también puede ser consecuencia de restricciones en el número de tomas al pecho, es decir lactancias rígidas con horarios, un destete demasiado rápido, incluso por el inicio de la alimentación complementaria. Bebés que de repente empiezan a espaciar las tomas o a dormir más horas seguidas, incorporarse la madre al mundo laboral… un sinfín de situaciones que hacen que haya un menor numero de tomas, y por lo tanto, la mama no se vacíe adecuadamente.

En cualquier caso, la leche acumulada puede producir un «tapón» en alguno de los conductos, impidiendo su salida. Por todo lo mencionado la clave, está no solo en tratar la obstrucción, sino en valorar también la causa que la haya podido producir, evitando así que esta se repita y/o que degenere en una mastitis.

El tratamiento más eficaz para las obstrucciones es el correcto vaciado del pecho mediante las tomas frecuentes del bebé, reforzadas si fuera necesario para mantener el pecho blando con la extracción manual, siendo está menos traumática y molesta que la extracción con sacaleches.

Lo que interesa en especial es que el bebé succione la zona obstruida. Esto se logra colocando al bebé de modo que su barbilla apunte hacia la obstrucción.

Hay toda una variedad de posturas según esté localizada la obstrucción, por ejemplo, si la obstrucción se encuentra en los cuadrantes externos del pecho la posición de rugby es la más adecuada.

Si en cambio la obstrucción está en los cuadrantes interiores de la mama, la posición biológica o la de caballito serán las apropiadas. En otros casos hay que agudizar el ingenio, especialmente cuando la obstrucción se encuentra en el cuadrante superior, aquí, aun no siendo posiciones cómodas la posición de loba o biológica invertida, si van a ser muy eficaces.

Otra de las técnicas muy empleadas y controvertidas es la aplicación de calor local antes de la toma, recomendación comúnmente aconsejada que debe hacerse con precaución, ya que puede favorecer que la zona se inflame y proliferen gérmenes agresivos que empeoren más aun el cuadro.

Por lo tanto, el calor debe usarse con precaución y siempre antes de la toma con el objetivo de facilitar la salida de la leche, y de forma breve, un par de minutos serán suficientes, y con la precaución de aplicar frío después de la toma. Otra sugerencia es masajear tanto antes como durante la toma la zona afectada con movimientos circulares de arrastre en dirección al pezón, con ello facilitaremos el vaciado del conducto.

Junto con todas estas medidas, es importante consultar con el médico para que paute un antinflamatorio, que ayudará a disminuir la inflamación, contribuyendo a que la leche fluya mejor, evitando complicaciones mayores. Recordar que si no se trata correctamente, la leche acumulada en los conductos puede derivar en una mastitis.

Puedes enviar tus consultas a: consultalactancia@larazon.es