
Política
El desgaste de Mazón alienta movimientos internos ante el próximo congreso
En un almuerzo el ex presidente Camps defiende una lista alternativa y denuncia que el partido «no existe»

El expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, lleva desde el pasado mes de mayo anunciando su vuelta a la política y gritando a los cuatro vientos su disposición para volver a encabezar la tarea que su partido considere adecuada para él.
Sin embargo, el PP aun no ha dispuesto la encomienda que le pueda cuadrar al que fue presidente de la Generalitat, aupado con las mayores mayorías absolutas que ha cosechado la formación en la Comunitat Valenciana, pero que sufrió el desgaste abrumador de quince años entrando y saliendo de los tribunales en diez procesos penales que no dejaron ni una sola mácula en su expediente. Diez veces fue absuelto o exonerado de cualquier responsabilidad pese a que personas de su entorno, colaboradores y consellers de su gobierno, eran condenados a penas de prisión.
Camps no se ha desanimado ante la aparente pasividad de la maquinaria de su partido y dado que los despachos de la calle Génova no han pergeñado ningún destino homologable para un jarrón chino -al decir de Felipe González-, el expresidente de la Generalitat ha comenzado a trabajarse a las bases del partido, hoy descontentas con la imagen de Mazón, embarrada tras el 29 de octubre.
Así, recientemente, el expresidente participó en una comida en la provincia de Castellón, concretamente en la localidad de Benassal, donde ante cincuenta comensales pertenecientes al Foro Pedro Agramunt promovido por el mismo, y a un círculo liberal radicado en Castellón, se mostró con ganas de plantear alternativa al actual presidente regional del PP, Carlos Mazón.
En el restaurante Novella, y sentado al lado del histórico líder del PP castellonense, Carlos Fabra, Francisco Camps explicitó que auspiciaría una lista alternativa a Carlos Mazón en el próximo congreso regional del PP de la Comunitat Valenciana, que se celebrará, probablemente, en verano de 2025.
Camps dijo que no era necesario liderar dicha lista alternativa, aunque tampoco renunció a ello, y relató que el Partido Popular en la Comunitat Valenciana estaba roto. El expresidente puso como ejemplo las crisis que él tuvo que afrontar y dijo que cuando se produjo el accidente de metro había personas que le insultaban por la calle: «pero siempre eran más los militantes del PP que me acompañaban y que con sus aplausos silenciaban las críticas de los otros».
Lo mismo dijo que le pasó cuando fue imputado por la llamada causa de los trajes: «el partido estaba vivo, y allí donde yo iba, había simpatizantes y militantes del PP que me respaldaban, me daban ánimos y acallaban a aquellos que salían a insultarme».
En opinión expresada por Camps «ahora el partido no existe» y, por ello, Mazón no puede salir a la calle después de su discutible actuación el día de la dana, porque nadie da la cara por él: «Por eso está encerrado en el Palau de la Generalitat».
El expresidente considera que la rama alicantina del Partido Popular a la que pertenece Mazón y todo su equipo, ha dinamitado la unidad de la formación, teoría que comparten otros dirigentes del PP que ven como Mazón se ha replegado en Alicante y ha reavivado el sentimiento de recelo con la capital valenciana.
La dimensión real de la pretensión del expresidente Camps no fue explicitada en la comida de Benassal y la ambigüedad de su planteamiento no deja discernir si se trata solo de un golpe al poder orgánico o también al poder político. Si la ambición fuera máxima, el expresidente Camps necesitaría contar con un diputado autonómico que pudiera ser elegido presidente en sustitución de Mazón, aunque esta operación, de gran magnitud, requeriría sin duda de la aprobación de Génova por la inestabilidad política que originaría, y porque el PP ya no cuenta en la Comunitat Valenciana con mayoría absoluta, sino que requiere de la muleta de Vox. Y Génova, de momento, mira con cautela y con poco apasionamiento.
✕
Accede a tu cuenta para comentar