Amamantando la vida

Historia de un destete: la importancia de respetar los ritmos

Tanto la madre como el bebé deben estar preparados para que sea un proceso más fácil para los dos

Historia de un destete: la importancia de respetar los ritmos
Historia de un destete: la importancia de respetar los ritmosLa Razón

Mi lactancia empezó en julio de 2019 con mi primer bebe. Afortunadamente fue como la seda, no tuve ninguna complicación importante y los pequeños baches que pude tener como una subida grande y algún principio de mastitis los pude solventar rápido gracias a los talleres de lactancia a los que había asistido antes de dar a luz y después de tener al peque.

Cuando mi bebé tenía poco más de seis meses volví a quedarme embarazada, pero lo perdí en la semana trece. Afortunadamente, dos meses después, volví a quedar embarazada. A lo largo del embarazo, la lactancia se desarrolló sin inconvenientes, a pesar de las pequeñas molestias que surgieron al tener la zona más sensible. El pequeño lactó sin interrupción, aunque durante los últimos meses de gestación, el bebé demandaba tomar más leche de vaca. Al parecer durante la gestación debido a los cambios hormonales la cantidad de leche disminuye, pero aun y así nunca dejó “la teti”, esto demuestra que la leche materna no es solo alimentación, sino también amor, cobijo, complicidad y mimos.

Con la llegada del bebé a finales de marzo de 2021 comenzamos la lactancia en tándem, iba genial, era precioso tener a mis dos bebés mamando cogidos de la mano. Me encontraba en una nube, sin embargo, mi pequeño no aumentaba de peso. Era consciente de que había suficiente leche, sin embargo, algo no estaba funcionando adecuadamente, a pesar de que la matrona y la pediatra no detectaban ningún problema. Sus recomendaciones fueron que debía comenzar a suplementar, así que empecé a extraerme leche y ofrecérsela después de las tomas como suplemento. Por fin comenzaron los talleres de lactancia presenciales que hasta ahora por la pandemia se habían suspendido, gracias a los cuales le detectaron al peque un frenillo. Tras la frenectomía el bebé comenzó a ganar peso. La consultora de lactancia (IBCLC) que me asesoró, destacó que gracias a que el mayor tomara “teti” se logró prevenir otros problemas. Resultó curioso, justo lo opuesto a lo que me decían muchas personas, incluyendo profesionales. 'La bebé no engorda porque el mayor no le deja leche...' Para que estos comentarios no nos afecten es fundamental estar bien informadas.

Como digo, después de cortarle el frenillo, la lactancia mejoro notablemente y el pequeño comenzó a ganar peso rápidamente, sin embargo, amamantar en tándem se volvía un poco tedioso durante las noches, mi esposo trabajaba y estaba sola. Hablé con el mayor y le expliqué que por las noches íbamos a dejar “la teti” porque mami ya estaba muy cansada, pero al bebé como era muy pequeño y no podía tomar otra cosa le permitiríamos seguir. Ya habíamos estado trabajando en esto desde hacia algún tiempo, y el 85% de las veces, cuando papá estaba en casa, era él quién lo dormía e iba si se despertaba. Le explicamos al mayor que había cosas que podía hacer porque ya tenía más de dos años y el bebé no al ser más pequeño.

Sorprendentemente lo llevo fenomenal y lo entendió rápido. A los meses de conseguir este destete nocturno decidí tantear un poco el destete total del mayor. El peque ya tenía el año y el mayor poco más de 2 años y medio. Así que con intención de destetar compré el cuento de “la fiesteta”, pero cuando se lo estaba leyendo, a mitad de la historia, se levantó y se marchó. Cada vez que veía el cuento decía medio llorando “este no”. Aquí fui consciente que estaba cero preparado para el destete. Por tanto, escondí el libro y no volví a hablar del tema.

Un años después, un día que estaba un poco saturada, le pregunté ¿qué te parece si el mes que viene que ya haces tres años y medio dejamos “la teti”? para mi sorpresa me dijo: ¡vale Mamá!

No podía dejar pasar la oportunidad, por lo tanto, sacamos el cuento y comenzamos a leerlo, a trabajarlo, hablándolo y contestando todas sus dudas. Establecimos como fecha el 25 de enero, ese día cumplía 3 años y medio. Preparé un calendario y redondeados el día 25, cada día íbamos tachando los días que faltaban para “LA FIESTETA”. Él lo había visto en su libro y quería una, evidentemente la tuvo. Cuando leíamos el cuento hablamos de lo que quería para su fiesta; globos, tortilla, batidos, tarta de chocolate, brochetas de fruta, un tren…y por supuesto que vinieran sus amigos.

El 25 de ese mes celebramos “la fiestecita”, Fue verdaderamente genial, no tengo palabras para describir lo maravilloso que resultó ese día, la despedida de una etapa tan hermosa y respetuosa para ambos. Después de soplar su tarta con el número 1281, que representan los días que estuvo mamando, y de que se marcharan todos los invitados, nos sentamos y tomamos “teti” por última vez, primero solos y luego con su hermano y con el apoyo de papi.

De verdad que fue mágico, me alegré tanto de no haber forzado la situación un año antes, y decidir esperar a verlo preparado. Fui realmente consciente de la importancia de respetar sus ritmos, por supuesto respetando los míos, porque para que mis bebés estén bien yo tengo que estar bien.

Continuo mi lactancia con el peque y el mayor lo lleva muy bien. Es cierto que me pide más mimos y más contacto, pero ahora los tiene de otra forma, porque por supuesto le doy toda mi atención encantada.

Después de casi 4 años de lactancia, estoy muy satisfecha con mi decisión de amamantar, aunque para que nos vamos a engañar, debo de admitir que también agotada. Ser mamá nadie ha dicho que sea fácil, pero si una de las experiencias más brutales de conexión y amor. He disfrutado de la maternidad con sus luces y con sus sombras. Sin duda el éxito de esta lactancia no habría sido posible o por lo menos tan bonita y llevadera sin el apoyo incondicional de mi pareja, de todas las madres del taller de lactancia de Fuente San Luis, de la asociación amamanta, que realiza una labor para la lactancia de forma desinteresada, una asociación de la cual hoy formo parte, muy feliz de haberme hecho socia, lo cual me permite formarme en lactancia y poder devolver a otras madres información, comprensión, desahogo que en su día me brindaron a mí, haciéndoles saber que no están solas, que cuentan con una tribu de mujeres en las que poder apoyarse.

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