Naturaleza

La recóndita y paradisíaca isla frente a las costas alicantinas

Conocida también como la isla de los periodistas, el enclave está rodeado por una misteriosa leyenda

La isla de Benidorm está deshabitada pero puede ser visitada
La isla de Benidorm está deshabitada pero puede ser visitadaTurismo CV

No todo el mundo lo sabe, pero Benidorm, aparte de contar con algunas de las playas más espectaculares del país y con un microclima envidiable, tiene también su propia isla. Conocida también como la isla de los periodistas, la isla de Benidorm posee un elevado interés ecológico, paisajístico y medioambiental. Se encuentra a unas dos millas náuticas del puerto de Benidorm, su superficie es de siete hectáreas y tiene una longitud cercana a los 400 m2.​ Por su localización y estructura se considera que es continuación de la próxima Sierra Helada.

En la actualidad está deshabitada y nadie duerme allí, ni siquiera los empleados del restaurante ni los tripulantes de los barcos que hacen el trayecto desde el puerto de Benidorm.

En el año 1834 la isla servía como refugio a varias familias de Benidorm y Villajoyosa, huidas de sus poblaciones ante una epidemia de cólera. Siglos antes, los piratas la utilizaban como base para sus ataques a poblaciones costeras.

La isla siempre ha tenido una gran riqueza piscícola y un fondo submarino muy codiciado por buceadores y submarinistas. La explotación de sus aguas siempre estuvo reservada a Benidorm hasta el año 1506, cuando el Rey Fernando hizo extensivo este privilegio también al pueblo de Villajoyosa.

Leyendas misteriosas

Por si su valor paisajístico y medioambiental no fuera suficiente, este enclave cuenta también con una misteriosa y, por qué no decirlo, romántica leyenda, que hace que resulte todavía más interesante. Aunque la historia cuenta con diversas variantes, la principal narra que un guerrero, enfurecido por perder al amor de su vida a causa de una enfermedad, sacó su espada y cortó un trozo del Puig Campana, que se desprendió y se convirtió en la isla.

Otra variante de la leyenda, es que esa montaña era habitada por un gigante que se enamoró de una hermosa joven del pueblo de Finestrat, por lo que la secuestró y la subió a su hogar. La gente del pueblo se reunió y la rescató, provocando entonces que el gigante se enfadara; pegó una patada a la montaña y lanzó un fragmento de la misma sobre el mar, creando la isla de Benidorm.

Cómo visitarla

Las visitas pueden realizarse en barco desde el puerto de Benidorm, en unas embarcaciones llamadas golondrinas que llevan 50 años realizando este trayecto. Los tickets para el barco pueden comprarse en el mismo Puerto de Benidorm y la travesía dura apenas 15 minutos, tiempo suficiente para disfrutar durante el trayecto de la maravillosa visión del Skyline de la ciudad de Benidorm.

Una vez allí, el visitante podrá recorrer la isla a través de sus estrechos senderos repletos de cactus y descubrir sus secretos. La isla dispone de un bonito restaurante donde poder comer o tomar algún refresco.