Amamantando la vida

Los maravillosos componentes de la leche materna, el "oro líquido"

El desarrollo neurológico de los bebés amamantados es mayor, según estudios recientes

Los maravillosos componentes de la leche materna, el "oro líquido"
la alimentación durante los primeros meses de vida tiene una influencia decisiva en la salud no sólo en las fases tempranas de la vida del lactante sino también a largo plazoLa Razón

Los futuros madres y padres tienen derecho, a ser informados, de las ventajas y riesgos de las distintas formas de alimentar al recién nacido y niño/a pequeño, teniendo en cuenta las últimas evidencias científicas, porque solo a través de una información no sesgada podrán tomar una decisión libre y acertada.

No cabe lugar a duda, que la lactancia materna es la progresión natural de un proceso que en toda especie de mamíferos se inicia en la gestación, continua con el parto y se completa con la lactancia.

Por lo tanto, siendo un proceso natural, no deberíamos de hablar de beneficios de alimentar con leche materna, más bien lo adecuado sería hablar de los riesgos de privar al bebé de este tipo de alimento.

La leche humana es un alimento único e inimitable en su composición, especialmente versátil para poder así satisfacer todas las necesidades del lactante en cada etapa de su desarrollo.

La leche de fórmula infantil, es una alternativa artificial a la leche materna que se fabrica a partir generalmente de leche de vaca cuya composición de proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales se modifican para que pueda ser tolerada por el lactante.

Un tipo de leche adaptada, diferente de la leche materna en términos de composición y nutrientes, con el fin de satisfacer las necesidades nutricionales a los lactantes que no son amamantados.

Los bebés no alimentados con leche materna tienen más riesgo de enfermar, de padecer gastroenteritis, asma, meningitis, neumonía, leucemia, muerte súbita del lactante, no solo en la niñez sino también tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades en la vida adulta, como la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Y si esto fuera poco, estudios recientes han demostrado que el desarrollo neurológico de estos lactantes no amamantados es menor. ¿Os preguntareis por qué?

Como he comentado la alimentación del recién nacidos es parte de un proceso que engloba, gestación-parto-lactancia, y esta parte final del proceso también tiene un importante papel en cuanto a la maduración cerebral, su sistema nervioso, y en concreto su cerebro está menos desarrollado que en otros primates, intraútero no se ha terminado de desarrollar.

Células madre

Y en ayuda a completar esta maduración destacan las células madre, presentes en la leche humana, un tipo de células que también participan en el desarrollo del embrión.

Resulta asombroso como estas células madre de la leche humana, tienen la capacidad de metamorfosearse en otro tipo de célula del cuerpo, es decir, que no están destinadas como el resto, a convertirse en un tipo específico de célula, sino que tienen la propiedad de convertirse en células diferenciadas específicas de cada órgano del cuerpo, y en el cerebro se convierten en lo que más necesita este órgano, ¡neuronas!

En definitiva la alimentación durante los primeros meses de vida tiene una influencia decisiva en la salud no sólo en las fases tempranas de la vida del lactante sino también a largo plazo, diversos estudios muestran que los lactantes amamantados presentan un mejor desarrollo del coeficiente intelectual y una disminución del riesgo de otras condiciones como el déficit atención, trastorno generalizado del desarrollo y alteraciones de conducta comparado con los lactantes alimentados con fórmula.

No sentirse culpable

La elección entre la leche materna y la fórmula debe basarse en una decisión informada que los profesionales debemos de proporcionar a las futuras madres y padres. Los profesionales de la salud tenemos además el deber de respetar las circunstancias y necesidades de cada madre y bebé en particular, no debemos de hacer sentirse culpable a ninguna mujer por el hecho de no querer o no poder ofrecer a su bebé leche materna.

En algunos casos las madres desean amamantar, pero no consiguen hacerlo de forma exclusiva, es importante empoderar a estas madres, haciéndoles saber que cualquier gota de leche materna que tome el lactante es oro líquido, como dice el refrán: «Más vale poco y bueno que mucho y menos bueno» y el objetivo fundamental es garantizar que el bebé reciba la atención y el amor necesarios para crecer en un ambiente feliz y saludable.

Cintia Borja es enfermera consultora lactancia certificada IBBLC

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