Historia

La peculiar historia del Certamen Internacional de Bandas de Valencia

El concurso, que este domingo celebra su gran final, nació en 1886 en el pabellón de la Feria de Julio y su premio fue de 1.200 pesetas

Imagen histórica del Certamen Internacional de Bandas de Valencia cuando se celebraba en la Plaza de Toros de la ciudad en el año 1903
Imagen histórica del Certamen Internacional de Bandas de Valencia cuando se celebraba en la Plaza de Toros de la ciudad en el año 1903La Razón

La capital del Turia vive con intensidad, sobre todo los amantes de la buena música, el Certamen Internacional de Bandas «Ciudad de Valencia» (CIBM) que hoy concluye en la capital y que busca coronar a la mejor agrupación musical. Se trata de una cita que en 2026 cumplirá 140 años de vida como el certamen de estas características más antiguo del mundo. Abierto a agrupaciones internacionales, sus principios fueron mucho más rudimentarios y pequeños que lo que hoy en día es una cita obligada no sólo para las bandas de música valencianas -esta es una tierra absolutamente plagada de estas agrupaciones- sino también para otras formaciones españolas y europeas que engrandecen con su presencia un certamen que hoy coronará, de nuevo, a otra formación musical.

Pero el CIBM nació de una forma humilde en 1886. Es más, ese primer año el premio para la banda ganadora fue de 1.200 pesetas. Mucho ha cambiado desde ese 29 de julio de ese año. Ahí se escuchó por primera el Certamen de Bandas de Música de Valencia, que se celebró en el pabellón municipal de la Feria de Julio. Es más, el concurso se creó por iniciativa del alcalde de la ciudad de ese momento, Manuel Sapiña Rico, quien se dirigió a los alcaldes de los pueblos para invitar a sus bandas a la cita que se iba a incluir dentro de los actos de la Feria de Julio. Ese día, en el Paseo de la Alameda -las vueltas que da la vida y casi 140 años después el concurso se celebra en la misma zona, ahora en el Palau de la Música- dio inicio un certamen ya histórico que en su primera edición contó con nueve formaciones participantes que contaban con 339 músicos en total. La primera en ganar y, por tanto, hacer historia, fue la Banda Primitiva de Carlet, que se alzó como vencedora interpretando la obertura de «Guillermo Tell», de Rossini, bajo la batuta de Joaquín Guillomina Villalobos. Dos años pasó el Certamen de Bandas de Música de Valencia en este pabellón hasta que en 1988 se trasladó a la Plaza de Toros de Valencia. Allí, y aunque muchos de los participantes tenían sus reticencias porque la acústica era mucho peor que en el pabellón de la Feria de Julio, se llevó a cabo durante la mayor parte de su historia hasta 1989, cuando volvió al Paseo de la Alameda. Concretamente al Palau de la Música de Valencia en una especie de cuadratura del círculo que lo devolvió a sus orígenes, pero sólo para las agrupaciones menos numerosas. Hasta que el 2010 el auditorio municipal se convirtió en el epicentro de la música de banda.

El prestigio del certamen ha ido creciendo con los años, como el número y la trayectoria de sus cada vez más influyentes jurados. Entre las figuras que han evaluado a las agrupaciones en toda su historia se encuentran nombres propios como Odón Alonso, Ataúlfo Argenta, Carmelo Bernaola, Tomás Bretón, Manuel Fernández Caballero, Manuel Galduf, Antón García Abril, Enrique García Asensio, Luis Antonio García Navarro, Salvador Giner o Enrique Granados, entre otros.

Este año han participado 53 sociedades musicales: 27 de ellas a concurso, otras cinco invitadas y 21 más que han ido sonando en las actuaciones previas al concurso. Hoy, en el Palau de la Música de Valencia, se conocerán a los músicos que mayor maestría hayan demostrado. La misma solera que tiene el Certamen Internacional de Bandas de Música que hoy corona una edición, de nuevo, llena de calidad.