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Cine

Goya

Galicia huele el Goya con “Lo que arde”

La película de Óliver Laxe emana realidad, sus actores conocen la vida gallega de primera mano y lo plasman en el arte de sus personajes.

Director: Óliver Laxe. Guión: Santiago Fillol, Óliver Laxe. Intérpretes: Amador Arias, Benedicta Sánchez. España, 2019. Duración: 89 minutos. Drama.

4 Nominaciones a los Goya

La Galicia que retrata “Lo que arde” es una tierra que, además de estar vaciada, está azotada por la desgracia. La cinta del director, Óliver Laxe, se desarrolla en las montañas de Galicia y relata de forma poética lo complicada que es la vida rural cuando alguna tragedia se cierne sobre las familias.

Amador, interpretado por Amador Arias, es un pirómano que regresa a casa después de pasar unos años en la cárcel. Su fiel madre, Benedicta Sánchez, además de añorar a su hijo, necesita su ayuda para cuidar de las tierras y de los animales que mantiene.

Amador llegó al cine después de pasar varios años como guarda forestal. Sabe de sobra lo que ocurre en las tierras gallegas, azotadas por el fuego y el cambio climático:

“Si, esas cosas [los incendios] pasan mucho en Galicia. En los pueblos hay muchas historias de esas. Conozco a gente que estuvo en la cárcel dos o tres años por poner fuegos. Cuando salen, la gente no habla con ellos, están apartados".

Benedicta también es una actriz novel. Lleva toda su vida trabajando en la industria audiovisual, como fotógrafa, asegura que le gustaba estar detrás del lente y que nunca se imaginó cruzar al otro lado, pero fue su hija, Emma Karina, quien la motivo a ir al casting con el que obtuvo su primer papel en el cine. Papel por el que ahora compite en la carrera de los Goya, en la categoría de “mejor actriz revelación”:

“Yo no tengo experiencia ninguna, fui como una especie de sonámbula y ahora viene todo esto y sigo sin entender. Pero es que yo no hice nada, pasármelo bien allí con ellos, nada más. Conocí a un pueblo maravilloso, a gente encantadora. Todo sobre ruedas.”

Asegura Benedicta al recordar su participación en el rodaje y sobre su nominación también tiene algo que decir, su perspectiva a los 84 años:

“Me hablan todos, que sí, que el Goya, que el no se qué, que el no sé cuántos, ¿qué quieres que te diga? A mi me entra un poco por un oído y me sale por el otro, porque no sé, hay tres chicas más, jóvenes, guapas y no sé, puede que se lo merezcan mucho más que yo."

Pero, ¿te sentirías feliz si lo ganas?

“Por mi no, lo voy a sentir por el equipo, todo el equipo que ha luchado por algo y en ese aspecto sí que me gustaría haber contribuido para ese algo que pesa en este mundo del cine.”

¿Cómo extrapolas esta película a lo que ha sido tu vida en Galicia?

"La gente pobre, pobre, tenía unas ovejitas, algunas cabras, quizás; ya tener una vaca, era categoría, tener dos, pues más categoría y si tenías diez o doce, pues, bueno.

Recuerdo que siendo chavala, adolescente, trece, catorce años, había chicos que consideraban que yo era bonita, pero preguntaban:

- ¿cuántas vacas mantiene tu padre?

Claro, porque si tu padre no tiene bastantes vacas, ¿de qué servía la belleza? No, yo no valía para nada, tenía que estar respaldada por algo. Recuerdo que había una niña que le llamaban fea y la nena se quejaba y le decía su abuela: “aunque me llamen fea, fea, feosa, los bienes de mi padre me harán hermosa y aunque me llamen fea, fea, feita, los bienes de mi padre me harán bonita.” Funcionaba."

En el trabajo Amador Arias sintió una especie de unión natural con su madre, así se sentía con la compañía de Benedicta:

“Con Benedicta, mi madre en la película, fue fácil. Viví los últimos años con mi madre, que también era una viejecita y era muy parecida a Benedicta. Todas las abuelitas se aparecen aquí en Galicia, con el amor y la sonrisa y siempre pendiente del uno del otro.”

Y también nos cuenta su opinión sobre el uso de su idioma natal en la cinta:

“Cuando uno viaja fuera, en todos los festivales que va fuera de España, todas las películas están en su idioma original, ponen los subtítulos pero están en su idioma original. Es riqueza. Es decir, el gallego, el catalán, el asturiano, además, si se queda uno a escuchar bien, es muy fácil cogerlo o la forma de la boca.”

Las diversas nominaciones de la película no han sorprendido, esta historia tan íntima y cautivadora triunfó en el Festival de Cannes, pisó fuerte en los Premios Feroz, recientemente triunfó en los Premios Gaudí y ahora busca unas cuantas estatuillas en Málaga.

Laxe tenía un nombre pensado para los personajes, pero después de elegir a Amador y Benedicta, se dio cuenta de que todo encajaba perfecto: Amador, el que ama intensamente y Benedicta, la mujer bendita.