“Faltan vaginas” y otros momentos de los Oscar 2020

Estamos aquí para celebrar el arte de contar historias, cantaba Janelle Monáe en su número musical, el que abría la velada. Pero también era el momento de crear un relato, un espectáculo. La gala de los Oscar de 2020 fue, en sí misma, un show sin presentadores, un espectáculo coral

Chris Rock y Steve Martin, ambos presentadores de la gala en años anteriores (“eh, y fuimos degradados por ello”, dijeron) fueron los primeros en saludar a la audiencia. “Hace un par de años tuvimos un desastre de los gordos. Se leyó el nombre de la película que no era. Eso no nos pasará esta noche, tenemos el sistema de votación de los Caucus de Iowa”, dijo Martin en código electoral local. Saludaron a Jeff Bezos, el dueño de Amazon. “Que se es tan rico que se ha divorciado y sigue siendo el hombre más rico del mundo”. En referencia a su millonario divorcio, añadió Rock: “Vio ''Historia de un matrimonio'' y le pareció una comedia”.

Pero quedaban los momentos sociológicos. Chris Rock, más mordaz, saludó a Mahershala Ali. “Él tiene dos Oscars, y ya sabe qué decir cuando le para la Policía. Nada”. Martin replicó diciendo que los galardones de la indutria habían progresado mucho en temas raciales. “En 1929 no había ni un solo nominado negro. En 2020 hay... uno. Un crecimiento exponencial”. Sin embargo, otro gran tema seguía flotando en el ambiente. “A mí me falta algo, ¿no? -preguntaba Rock-. Ah, sí, vaginas”, ironizó al respecto de la ausencia de mujeres entre las nominadas a mejor película y dirección.

Puede que a muchos no les diga nada, pero para los nacidos hace menos de diez años, la canción de “Frozen” es el equivalente al “Despacito” de una generación. Por eso, tras haber sido traducida a 46 idiomas, la Academia organizó un número musical en torno a las diferentes versiones que el famoso (entre los menores) “Into The Unknown” ("Frozen 2) ha dado lugar en el mundo. Entre ellas, estaba la versión española, interpretada por la catalana Gisela. El problema es que tambien se presentaba la versión mexicana, que a veces se presenta como “latino estándar”. Así que a Gisela la presentaron cantando en el idioma “castillian” en vez de en español, y la mexicana en “spanish”. Y asunto arreglado, pendejos.

En el capítulo de actuaciones musicales, y como homenaje al papel de las canciones en el cine, apareció Eminem para interpretar “Lose Yourself”, el tema central y autobiográfico de “8 millas”. Para consuelo de un país que alberga galas desastrosas como los Premios Odeón, la voz del rapero no se escuchaba en absoluto en los primeros segundos, aunque a partir de aquí cualquier parecido con los premios de la industria musical nacional es pura coincidencia. Por otro lado, la gala tuvo profusión de números musicales y eso es competencia desleal. Que hagan monólogos para entretener o que salgan los guionistas a explicar lo suyo. En todo caso, la actuación del rapero fue recibida con completa incomprensión por algunos (particularmente Scorsese) mientras otros agradecieron esa pequeña descarga de adrenalina. Eminem, por cierto, obtuvo el Oscar en 2003 por ese tema, pero no acudió a la gala a recogerlo. Y, si plantear unos numeritos musicales son competencia desleal, llevar a Sir Elton John a actuar en la ceremonia de unos premios de cine es una Opa hostil por mucho que este haya accedido a llevar a la gran pantalla su dislocada vida. Su número fue magnífico y estaba justificado: estaba nominado otra vez tras ganar el Oscar por “Can You Feel The Love Tonight” (“El Rey león”) en 1994.

Aparecieron caracterizados como miembros del reparto de “Cats", la ya conocida como la peor película del siglo. James Corden y Rebel Wilson presentaron los premios a los efectos visuales porque “nadie mejor que nosotros lo entiende”. Después, el premio no se lo llevó quien borrase los años del rostro de Joe Pesci o de pintar tupé a Robert De Niro en “El irlandés”, sino el encargado de poner los fondos en “1917”. Todo es opinable. Por otra parte, estaba el montaje, un oficio que sirve para... “Sé todo sobre el montaje. Esos son los que cortan siempre todas mis escenas”, dijo Will Ferrell.

¿Quién dijo que los jóvenes solo quieren gritos, adrenalina y “perreo"? La artista revelación del año pasado dejó de lado lo urbano, la calle y la agresividad para cantar un “Yesterday” de los Beatles sentido en el capítulo de obituarios. La estadounidense se reveló además como una intérprete melódica inesperadamente y con su pelo teñido de verde se arrancó por una balada muy sentida.

Le iban a faltar manos al directo coreano, que celebró el premio de “película extranjera” anunciando que iba a beber hasta el día siguiente y redobló la apuesta con el premio al mejor director. “Ahora sí que voy a beber hasta mañana”, dijo en coreano.

Cuando recogió el premio al mejor actor, Joaquin Phoenix hizo un disperso alegato en favor del ser humano. “Yo he sido un poco granuja y me costó relacionarme con muchos compañeros de la profesión. Pero casi todos vosotros me disteis una segunda oportunidad. Somos mejores cuando nos apoyamos los unos a los otros”, dijo el actor, que citó unos versos que escribió su hermano River para una canción: “Corre al rescate y la paz vendrá después”.