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Teatro

Crítica

«El tiempo todo locura»: Entretenimiento para la noche y el día ★★✩✩✩

Ángel Ruiz en plena función
Ángel Ruiz en plena funciónJavier Naval

Autor y director: Félix Estaire. Intérpretes: Silvia de Pé, Ángel Ruiz y Camila Viyuela. Teatro Galileo, Madrid. Hasta el 12 de abril.

Con mucho agrado ha saludado el público en general la nueva andadura del Teatro Galileo, que ha renovado su gestión, su programación y hasta su cafetería-restaurante (mucho más acorde ahora con los tiempos, o mucho más «modernita» si queremos decirlo de otra manera). Entre las novedades estrictamente teatrales, cabe destacar, ¡feliz idea!, la de incorporar una función matinal los fines de semana que permite ir al teatro antes del aperitivo o la comida. Y es precisamente «El tiempo todo locura» la obra que inaugura estas sesiones «antigolfas». Se trata de una comedia comercial de Félix Estaire que, atendiendo a su ingenioso planteamiento y estructura, podía haber dado mucho más de sí sin necesidad de renunciar a seguir siendo un producto destinado al mero y despreocupado entrenamiento.

A tres hermanos cuya aparente relación es más propensa a la discusión continua que al amor fraternal –es decir, a tres hermanos como son la gran mayoría de los hermanos en todas las familias– se les presenta la posibilidad, por azarosos y surrealistas motivos, de viajar al pasado cuando fallece su madre en un accidente doméstico. Estos viajes, que al hermano mediano le parecen al principio una solución inmejorable para modificar el presente cambiando algunas cosas del pasado, terminarán convirtiéndose en una pesadilla para los tres, cuando comprueban que solo acarrean futuras catástrofes iguales o peores a las que ya habían vivido antes. Los hallazgos argumentales se alternan de principio a fin con recursos teatrales estereotipados y con chistes facilones que tienen su culmen en el ñoño desenlace con moraleja. No obstante, la función cumple su objetivo, a tenor de las risas que suenan no pocas veces en la sala, de hacer pasar un rato agradable a un público que aplaudirá inevitablemente el trabajo de los tres actores protagonistas y, muy especialmente, el de Ángel Ruiz, que soporta con encomiable soltura gran parte de la comicidad de la obra.

Lo mejor

Ángel Ruiz vuelve a reivindicarse como uno de los actores más polivalentes que se pueden encontrar

Lo peor

La incorporación a la dramaturgia de la función de manidos chascarrillos y gracietas