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Teatro

Estreno

“Esto es agua”: La conquista del pensamiento ★★★✩✩

Israel Elejalde en el ensayo general de "Esto es agua"
Israel Elejalde en el ensayo general de "Esto es agua"La Razón

Autor: David Foster Wallace. Director e intérprete: Israel Elejalde. Teatro de La Abadía. Domingo 12 de abril y otras funciones por concretar a lo largo del mes.

Igual que en su obra narrativa de ficción, la perspicacia, el deseo de mejorar y también el escepticismo recorren este discurso pronunciado por David Foster Wallace en la universidad para unos alumnos recién graduados que habrán de enfrentarse en adelante al mundo y a la vida. La disertación del escritor estadounidense puede entenderse como un apunte breve, pero certero y meridiano en su exposición, acerca del sentido último y filosófico de la educación. Tratando de acrisolar un concepto tan escurridizo como es el del “pensamiento”, que en ningún caso debe confundirse, según él, con la suma de conocimientos, el autor de La broma infinita va identificando algunas de sus principales amenazas, tales como la arrogancia, la falta de atención o la rutina, que se suman a la pérdida de espiritualidad en las metas principales del hombre moderno: el dinero y el poder.

Desde el salón de su casa, el actor Israel Elejalde pone voz y sentimiento a esta reflexión con el perfecto, complejo y verosímil equilibrio que cabe presuponer a un Wallace que, por un lado, trataba de alentar a las nuevas generaciones para que hallaran la senda de la ética y de la felicidad responsable, y que, al mismo tiempo, veía ese camino enmarañado o incluso intransitable. Y hasta tal punto fue así que acabó quitándose la vida tan solo tres años después de haber pronunciado este discurso, tras una intermitente y prolongadísima pelea contra la depresión.

La premura con la que el Teatro de La Abadía, dadas las actuales circunstancias de confinamiento, ha tenido que rehacer su programación para incluir espectáculos de formato sencillo que puedan representarse ante la cámara de un ordenador, como es el caso de este monólogo, es

disculpa más que suficiente para que Elejalde tenga que leer un texto que, obviamente, no ha podido memorizar, y que, no obstante, con su solvencia habitual, sabe embellecer y cargar de significados en aquellas partes que tiene más y mejor interiorizadas.

Lo mejor

Hay un buen texto y buen actor en directo. Así que hay buen teatro

Lo peor

Las lógicas limitaciones en el envoltorio del producto y en la forma de acceder al hecho teatral