El lado más grotesco del ser humano
Rocío Molina cierra la programación de «Madrid en Danza» con «Caída del cielo», un espectáculo que «celebra la vida con todas sus imperfecciones», explica la bailaora
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Una celebración de la vida, con todas sus penas e imperfecciones, y una reivindicación del papel de la mujer en el mundo. Eso es, básicamente, «Caída del cielo», el espectáculo concebido e interpretado por Rocío Molina hace ya cuatro años que llega ahora a los Teatros del Canal dentro de la programación de «Madrid en Danza». Inspirándose en «El jardín de las delicias» del Bosco y en los «Caprichos» de Goya, la bailaora y coreógrafa andaluza defiende sobre el escenario el lado más «grotesco» y al mismo tiempo más puramente humano de nuestra existencia. «Las flaquezas, los excesos y los dolores son para mí signos de estar realmente viva –explica Molina–. Pienso que lo que se acerca tanto a la perfección y al orden resulta mucho menos vivo». Una afirmación que casa muy bien con su propia forma de entender la expresión artística: considerada como una iconoclasta dentro del flamenco, los espectáculos de Molina se caracterizan por una búsqueda de libertad estilística que los distancian de cánones establecidos. «Es verdad que esa libertad siempre se repite en mis espectáculos, aunque las raíces puedan ser muy puras. Aquí ese proceso liberador está ligado a la mujer. La obra trata de romper algunos tabúes o desmantelar ideas preconcebidas sobre la condición femenina».
No esconde la artista que se trata de una obra «provocadora» sobre cómo algunas cuestiones relacionadas con las mujeres «se han interpretado tradicionalmente como contrarias a la belleza; estoy hablando, por ejemplo, de la menstruación, del disfrute erótico del propio cuerpo...». No obstante, añade Molina que «en realidad, son temas cotidianos; me hace gracia que sean los que más ruboricen a la gente». En «Caída del cielo», la premiada artista ha contado con la estrecha colaboración de Carlos Marquerie, en labores de dramaturgia y codirección escénica, y de Eduardo Trassierra, autor de la música original.