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Las 5 mejores películas de Michael Douglas para celebrar su cumpleaños

El veterano actor, protagonista de “Wall Street” e “Instinto básico” entre otras, cumple 76 años y analizamos su espectacular legado fílmico
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La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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Nacer hijo del mismísimo Espartaco, en principio, debería someter a un actor a una presión difícil de superar. De hecho, Michael Douglas (Nueva Jersey, 1944) llegó a sopesar no llevar el apellido de su padre Kirk en su camino al estrellato, pero finalmente se convenció de que aquello era un sello de calidad y no unos zapatos que llenar. Uno de los mentones más icónicos de Hollywood cumple 76 años y elegimos sus 5 mejores películas disponibles en plataformas para celebrarlo.

“Detrás del candelabro”. Steven Soderbergh, 2013 (HBO)

Quizás su último gran trabajo antes de sumirse en esa especie de retiro en el que se encuentra y del que solo sale cuando le llegan los jugosos cheques de Disney. Encarnando a Liberace, el compositor que acercó la música clásica a la cultura popular estadounidense, Douglas ofrece un duro estudio del divo. A las órdenes del siempre inquieto Steven Soderbergh, la película es un goce mucho más allá de Douglas y a través del personaje de Matt Damon, el amante de Liberace, explora la homosexualidad en un tiempo en el que pasó de ser un tabú a formar parte de la conversación social y política.

“Instinto Básico”. Paul Verhoeven, 1992 (Netflix)

Probablemente, su papel más célebre y, sin embargo, solo puede ser un espectador ante el magnetismo del célebre cruce de piernas de Sharon Stone. De la mente morbosa del bueno de Paul Verhoeven nos llegó este icónico thriller sobre las apariencias, la seducción y la prohibición de edades en las salas de cine. Estrenada en pleno debate ético sobre el sistema de valoración de las películas, “Instinto Básico” es también una respuesta de la mercadotecnia a una necesidad: el público quería dramas adultos que trataran sobre cuestiones más realistas, más soeces, más vulgares. Quizás el filme no esté a la altura de la carrera de Douglas, pero sí merece la pena meterse en ella como quien abre una cápsula del tiempo.

“The Game”. David Fincher, 1997 (Apple TV)

Después de ponerse a los mandos de “Seven”, que cumplió 25 años esta misma semana, David Fincher contaba con el beneplácito de todos los estudios para que empezara a gastarse su dinero. Así es como se pudo reunir al elenco encabezado por Michael Douglas y Sean Penn para, una vez más, jugar al gato y al ratón en los oscuros mundos del director. A medio camino entre la acción más pura y la paranoia, el banquero al que encarga el veterano actor se ve inmiscuido en una yincana de la que le será muy difícil escapar.

“Un día de furia”. Joel Schumacher. 1993 (Movistar)

Cuando, hace unas semanas, se tenía conocimiento de la muerte del gran Joel Schumacher, muchos corrieron a recomendar este clásico ciertamente olvidado del director. Fuera de todo registro que se le conociera y al final de una década que le había elevado a lo más alto del cine mundial, Douglas se ponía en la piel de un hombre normal, gris y aburrido que, en plena ola de calor, pierde la paciencia con el mundo. Como si se tratara de una especie de Joker mucho antes del Joker (o una especie de incel antes de los incels), el personaje protagonista decide que nadie más le pasará por encima y lo lleva hasta las últimas consecuencias. Disponible en Movistar, la película cuenta con una de las grandes interpretaciones de la carrera de Robert Duvall.

“Wall Street”. Oliver Stone, 1987 (HBO)

Su Gordon Gecko es uno de los personajes mejor escritos de la historia del cine. La obra maestra del cine político más sutil que Oliver Stone supo levantar es, también, un vehículo de lucimiento para Michael Douglas. Midiéndose de tú a tú en un duelo interpretativo con un Charlie Sheen que todavía creía en la actuación, la película cuenta cómo un joven junior intenta ascender en la peligrosa escalera al éxito en la bolsa de Nueva York. Douglas, el rico veterano, es un hombre sin escrúpulos y el reflejo de una era, la de los yuppies, que se evidenciaba como el clímax del sueño americano. Estamos, sin ninguna duda, ante su mejor trabajo delante de las cámaras y así lo reconoció la Academia, que le entregó el Oscar a Mejor Actor en la ceremonia de 1988.