Petra Martínez y la autoritaria Margarita
La actriz, junto a Juan Margallo, regresa con “La señorita doña Margarita” al Teatro Español para volver a poner sobre la mesa el debate de la educación
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La historia de “La señorita doña Margarita” en los escenarios españoles es la historia teatral de Petra Martínez y Juan Margallo. No se puede separar una de la otra. Y es que ya van por su tercera reposición en cuatro décadas y, aseguran, “está tan de actualidad como en los 90”.
Es la grandeza de una obra que escribió Roberto Athayde para denunciar la dictadura militar brasileña de la segunda mitad del siglo XX y que encuentra sus ecos en el hoy a través de esa maestra autoritaria, ecologista, ególatra, violenta, sensible, cariñosa... que trata de iniciar a sus alumnos en el mundo adulto.
Una profesora que, para su intérprete, “no se sabe si es buena o mala”, explica Martínez: “Pienso que es autoritaria, aunque, al mismo tiempo, ella está convencida de que lo está haciendo bien de esa manera”. Quiere la actriz salvar a su personaje, pues “en muchas ocasiones se siente inferior a los niños y, en otras, la capitana del barco”. “Ahora diríamos que es bipolar”, comenta quien no sabe si sus propias profesoras fueron buenas, “pero, por lo menos, no gritaban. Puede que no me enseñasen nada, pero tenían buen carácter”, ríe.
Margarita se convierte en la protagonista de este monólogo que llega al Teatro Español (Sala Margarita Xirgu) y que interpela de esta forma a la educación, eso sí, con mucho humor. La pieza apunta a un debate que para Margallo es “muy necesario” porque “algo se ha mejorado en todos estos años, desde que empezamos con esta obra, pero sigue siendo parecida a lo que había”.
Explica el director que lo que un día le dijo William Layton sobre la enseñanza, “la alegría del descubrimiento es intransferible”, lo lleva tatuado a fuego: “En la escuela te tienen que dar las herramientas para aprender. No te lo tienen que contar, sino guiar para que seas tú mismo el que quiera descubrirlo todo. Si a mí me hubieran enseñado bien el latín me hubiera encantado de niño, no ahora” a los 80 años.
“La sensación es que las Humanidades se van abandonando en este tiempo”, continúa Margallo sobre una función en la que la obediencia es fundamental. “Lo importante es no disentir porque uno empieza oponiéndose a la profesora, luego a los padres y termina rebelado contra la Iglesia y el Estado... Y eso no gusta en las altas esferas”, comenta sobre el “complejo de inferioridad” de doña Margarita.
- Dónde: Teatro Español, Sala Margarita Xirgu. Cuándo: hasta el 28 de marzo. Cuánto: de 13,50 a 18 euros.