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Jackson Browne: “Vamos cuesta abajo y tenemos mucho que aprender para frenar”

El músico ha publicado «Downhill From Everywhere», un disco crítico con la injusticia social en su propio país: «Los americanos somos tan estúpidos que pensamos que inventamos la libertad»

El músico estadounidense Jackson Browne, fotografiado en california, donde reside
El músico estadounidense Jackson Browne, fotografiado en california, donde resideLa Razón

No es habitual en la locura promocional de los discos hablar durante una hora completa con un artista internacional, y menos con alguien con el bagaje y el renombre de Jackson Browne. Pero, mientras el legendario autor de «Running on empty» apura el café en Los Ángeles, en Madrid se acerca la hora de cenar y Browne no tiene ganas de dejar de hablar y no precisamente de su último disco, «Downhill From Everywhere», que acaba de publicar. Hablamos de la historia de España, de la realidad política de Estados Unidos y de la escena de Laurel Canyon de la que fue protagonista en los años 70.

Pero primero lo primero. El álbum habla de la crítica situación del planeta, de los tiempos inciertos, con hondo pesimismo. «Diría realismo, no puedo decir que sea otra cosa. El mundo, como yo lo veo, está en una seria decadencia. Aunque la verdad es que yo siempre he sido un poquito agorero. Como canto en una canción, la esperanza hace la vida y creo que siempre se pueden cambiar las cosas. ¿Sabes? Me llegan constantemente correos electrónicos de organizaciones y fundaciones que arriman el hombro. Hay entusiasmo y hay esperanza, pero no te veo muy convencido», dice Browne. Bueno, hay injusticias que se deben por el fallo humano y otras por el sistema económico. La música puede hacer algo con lo primero, pero creo que poco respecto a lo segundo. «No puedo estar más de acuerdo. Y pienso que es tiempo de hacer algo radical, como leer libros. Enseñar música. Steven Van Zandt (actor, músico y escudero de Bruce Springsteen) dice que se puede hacer cosas grandes y profundas enseñando el rock & roll en las escuelas. Puedes eliminar la desafección de la juventud, y trasmitir mensajes cruciales, como reducir el consumo, uno de los principales problemas del planeta. ¿Estás bebiendo de una botella de cristal o de plástico?», pregunta al otro lado de la pantalla. De cristal, le digo, de mi nevera. «Ah. La clave de todo es que el planeta no nos necesita. Estaría mejor sin nosotros. Y por eso tenemos un gran trabajo que hacer con nuestras democracias. En EE UU, la democracia está en riesgo. El capitalismo, las grandes corporaciones no pagan impuestos. [Jeff] Bezos, paga cero, [Elon] Musk paga cero. Y eso nos compromete. Tampoco necesitamos a los ricos en nuestro país porque apenas contribuyen para nada. Así que no puedo estar más de acuerdo contigo en que una canción no cambia el sistema económico».

Browne se reconoce un escritor de canciones a la velocidad de un paquidermo, ya desde los tiempos de Laurel Canyon, cuyo mito es imperecedero y le preguntamos por sus recuerdos. «Ya sabes, cualquiera que recuerde los años sesenta es que no estaba allí, aunque algunas imágenes las tengo nítidas. Fue increíble, pero la magia que se dice de Laurel Canyon en concreto tampoco es tan real. Todos los que estuvieron en ese tiempo en otro lugar vivieron algo parecido. Por ejemplo, lo que vivió Tom Petty con su grupo Mudcrutch en el norte de Florida, o las cosas que sucedían en el Village de Nueva York. Lo que pasa que en Los Ángeles había una mezcla increíble. Una vez iba mi cuñado conduciendo una camioneta y le detuvo la Policía en Laurel Canyon, como sospechoso de un robo a una tienda porque llevaba barba y el pelo largo. Bueno, le paran, le interrogan, y de repente se para otro coche y aparece Marlon Brando. Y le pregunta a mi cuñado por una dirección con el policía delante, pero le ignora. Y entonces el policía intenta darle la dirección y Brando le contesta: ‘’no estoy hablando contigo’'. Y acepta las instrucciones de mi hermano y sigue adelante. Y el policía se queda perplejo y deja ir a mi cuñado. Ese tipo de cosas sucedían entonces por allí. La verdad es que hubo mucha gente interesante luchando para conseguir hacer cosas y había encuentros de enorme valor. Eso es lo más importante, no los mitos».

Lengua e Historia de España

Browne le dedica una canción a Barcelona, donde tiene un apartamento y pasa temporadas. «Adoro España y la mayor parte del tiempo lo paso allí, aunque visito amigos en Vigo o Bilbao. Me llevó tiempo darme cuenta de que no hablan en español (ríe) porque apenas los entendía. Creo que la manera de disfrutar de la vida que tenéis vosotros, los americanos nunca la tuvieron o la han olvidado, así que voy a esforzarme, porque la mayor parte del tiempo ni lo intento. Escucho emisoras mexicanas en Los Ángeles y conozco muchas palabras, pero soy incapaz de hacer una frase», dice el músico, que se confiesa «muy interesado en vuestra historia. Sé algo de la Reconquista de “los moros” (lo dice en español) y eso os hace especiales e interesantes. En Estados Unidos tenemos una historia tan corta y tan retorcida que pensamos que fuimos nosotros los que inventamos la libertad. Ese es el problema que tenemos, la estupidez y la ignorancia. En cambio, otros países miran su historia rectifican y reconocen errores. Acabamos de conmemorar una masacre de hace un siglo y yo no había oído hablar de eso en mi vida (se refiere a la de Tulsa, en Oklahoma). Muchos historiadores americanos tampoco, es una locura. Tenemos mucho que aprender y que hacer».