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Pagarse la hipoteca grabando vídeos porno para OnlyFans

Rubén es uno de los más de millón y medio de personas que proveen de contenido sexual la polémica web, que esta semana amenazó con cerrar “el chiringuito” de los nuevos “influencers” del sexo
ADRIAN QUIROGA

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Rubén estaba harto de la «explotación» que sentía en su puesto de trabajo. Jornadas eternas para cobrar no más de ocho euros la hora. Así que un amigo le habló de la posibilidad de hacer un dinero extra y no se lo pensó dos veces. Él había oído de la lluvia de billetes que caían como del cielo a través de la popular web de contenido para adultos, pero nunca se había visto como protagonista de uno de los más de dos millones de perfiles que hoy tiene OnlyFans en todo el mundo. Una plataforma controvertida a través de la cual los conocidos como nuevos «influencers» del porno engrosan su cuenta corriente con vídeos caseros de baja (o ninguna) producción. Un contenedor de videos y fotos de alto voltaje que, desde que nació en 2016, no ha estado exenta de polémica.
Esta semana, la web comunicó a todos sus usuarios que a partir de octubre se prohibirían los contenidos pornográficos ante las numerosas presiones que estaba recibiendo por parte de bancos y acreedores, pero días más tarde reculó. Es más, mientras hablamos con Rubén, éste nos muestra un mensaje que acaba de recibir de la plataforma donde indica que no habrá cambios: «Gracias a todos por hacer oír vuestras voces. Hemos obtenido las garantías necesarias para apoyar a nuestra diversa comunidad de creadores y hemos suspendido el cambio de política planificado para el 1 de octubre. OnlyFans es sinónimo de inclusión y continuaremos brindando un hogar a todos los creadores», dice el mensaje.
«Por ahora continuaremos, todo son temas legales y si cierran perderían millones», comenta este joven catalán de 34 años. Él pronto consiguió el éxito y la llegada de euros a raudales comenzó a motivarle. «Yo no lo oculto, lo que hacemos en la web es porno. No es nada nuevo, pero todo lo que esté relacionado con el sexo siempre genera polémica y diversidad de opiniones. A mí, de cara a la gente en general no me da vergüenza, otra cosa es mi familia. Ellos no lo saben, creo que quizá sería una decepción», confiesa.
De todas formas, Rubén no ha dejado el trabajo que hasta ahora desempeñaba como cuidador de personas con discapacidad, así como otros empleos puntuales que ha realizado durante su vida para pagar las facturas. «Me pilló en un momento de bajón. Para mí, el desnudo no es nada humillante y decidí llevar mi perfil a algo más sexual porque se hacía más dinero». Así, Rubén se puso la tarifa de suscripción mensual a 12,5 euros al mes y comenzó su aventura y a captar clientes. No tuvo que hacer muchos esfuerzos.

Coger el móvil y dar al «rec»

«Hay usuarios que te dan buenas propinas o te hacen regalos económicos. Es un chollo por no hacer nada. Yo no produzco mis videos, cojo el móvil y me grabo haciendo cosas. No me lleva nada de tiempo y hago buen dinero. También hay que tener en cuenta que la plataforma se queda con el 20%. Pero luego hay trucos. Por ejemplo, si consigues meter a más personas como proveedores de contenido te llevas un 5% de lo que ellos ganan», relata.
Así, añade este joven, hay personas que pueden hacer desde 300 euros al mes a 5.000, «y esos de los que yo conozca, pero hay otras personas que suman muchos miles de euros más». No hay más que echar el ojo a famosas del «Only» como Bella Thorne, que se hizo con un millón de dólares en su primera hora de registro en la web. «Con el confinamiento del año pasado hubo un boom absoluto, cada vez había más perfiles. Ahora ha bajado un poco, pero el negocio sigue siendo rentable. Al menos para mí. Con lo que he ganado en estos dos años que estoy en activo en la web he podido pagar la hipoteca de mi piso, algo que nunca habría podido hacer con el trabajo convencional que tengo. Ahora llevo una racha más tranquila, pero mi perfil sigue dándome dinero».
Si se miran las estadísticas del negocio se corta la respiración. Hasta noviembre del año pasado, OnlyFans obtuvo ingresos de 400 millones de dólares, un 540% más que el año anterior, según la revista «Forbes». Además, el número de productores de contenidos se multiplicó por cinco superando el millón y medio. En cuestión de seguidores o adictos a estos contenidos superó los 80 millones, lo que supone un incremento del 500% respecto al año anterior.
Aunque Rubén reconoce que él podría conseguir mucho más dinero si hiciera «colaboraciones» con otros usuarios o si sus videos tuvieran más producción, asegura que de momento «con esto tengo suficiente». Ante el volumen de ingresos, él se ha visto obligado a contratar a un gestor para cumplir rigurosamente con los impuestos y tasas derivados de estos pagos.
«La verdad es que todos los que nos hemos metido en esto estamos un poco pez, pero vamos, que de pagar impuestos no nos libramos. Como es algo relativamente nuevo, vamos aprendiendo poco a poco». Entre sus amigos este no es un tema tabú, incluso ha visto que antiguos compañeros de instituto se han registrado en su perfil para seguir sus pasos y verle en acción: «No me da vergüenza afirmar que me prostituyo. Es decir, que vendo mi cuerpo a cambio de dinero. Pero es algo voluntario y desde mi libertad decido cómo ganarme la vida. No es algo humillante sino una opción más que está ahí».
Y precisamente en este aspecto, en el de los controvertidos contenidos que en OnlyFans se exponen, es donde surge el debate. El porno es tan antiguo como la existencia del hombre, pero sigue generando recelos en gran parte de la sociedad. Borja Adsuara, doctor en Derecho y experto en privacidad, estrategia y comunicación digital, lo tiene claro: «No se puede meter todo en el mismo saco. OnlyFans es porno, puede que sea prostitución elegida, pero no hay nada de ilegal en ello. No es explotación, pederastia ni trata. Lo bueno de internet y plataformas como estas es que han puesto en cuestión a las abolicionistas de la prostitución, que se quedan sin argumentos cuando ven que muchos chicos y chicas han encontrado un modelo de negocio con el que voluntariamente se sacan un dinero».

Respaldo legal

Para este experto, que ha sido asesor parlamentario y director general para el Desarrollo de la Sociedad de la Información del Gobierno de España y director del Observatorio de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, la ley es la que marca el camino. Así enumera tanto el artículo 16 de la LSSI (Ley de Servicios de la Sociedad de Información) y el 14 de la directiva de Comercio Electrónico donde se establecen los delitos que puedan aparecer en las nuevas plataformas. « Los contenidos ilegales deben ser eliminados y perseguidos, el porno no es uno de ellos, de hecho, hay millones de páginas web porno y de sexo en directo que no se critican tanto como esta. ¿Por qué entonces decidir eliminar un contenido si no es ilegal?», reflexiona.
Lo que nadie niega es que haya quien quiera utilizar estas nuevas ventanas de contenido para adultos para vulnerar la ley. Rubén confiesa que hay algunas personas que proponen hacer contenidos con menores, por ejemplo, pero que siempre que se ha topado con algo así lo ha denunciado. O también hay páginas web tradicionales de porno que «roban» videos de OnlyFans: «A mí me ha ocurrido y he iniciado los trámites para denunciarlo. No es sencillo, pero existen las vías para intentar proteger tus derechos. Eso sí, nunca sabremos si nuestros vídeos acaban en algún sitio que no queremos o se benefician de nuestros contenidos para hacer dinero terceras personas».

Robo de vídeos

«Lo que marca la ley es la defensa de la propiedad intelectual, así como la defensa de la infancia y la juventud. Si esto se vulnera hay mecanismos para denunciarlo. Lo que ocurre con webs como ésta es que desprenden en la sociedad una especie de tufillo de moralina, incluidos los bancos y acreedores, que en ocasiones niegan sus servicios a estas páginas. La libertad sexual debe ser respetada», apunta Adsuara, que en lo que insiste es que en el tema de protección de datos lo que hay que hacer es pedagogía para que se conozcan los derechos y deberes.
«La gente es libre para hacer lo que quiera con su imagen, pero también debe ser consciente de las consecuencias. Las plataformas como OnlyFans no tienen competencias editoriales, tan solo deben respetar la ley y eliminar contenido que no se acoja a ella. Lo que está claro es que la propiedad intelectual no entra en la calidad artística del contenido», añade Adsuara que, además, apunta a las lecciones de moralidad «que quieren dar sobre todo desde la izquierda en estos aspectos».
Rubén conoce los riesgos (al menos, parte de ellos) y entona el mea culpa por haber sido, quizá, demasiado descuidado en cuanto a los derechos generados por sus vídeos caseros. «Aun así, seguiré haciéndolo. No hago daño a nadie. Lo que me sorprende es la doble moral de la gente. No puedes imaginarte la cantidad de clientes conocidos y ricos que hay en la plataforma y que contactan contigo para que haga determinados contenidos».
Él, hasta el momento, se ha puesto algunos límites, en primer lugar nada que le suponga un daño físico «porque no puedes ni imaginarte lo que te pide la gente». Lo que le tranquiliza, confiesa, es que sabe que hay agentes de policía que vigilan los contenidos de la web. «Lo hacen de incógnito. Incluso, puede que sean los que te sugieren vulnerar la ley para ver hasta dónde eres capaz de llegar. Yo tengo claro que lo hago siempre respetando la ley», concluye.

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