Y Mahler resucitó las toses
El Auditorio Nacional conmemora el 50º aniversario del Coro Nacional de España con el estreno del arreglo de la “Segunda Sinfonía” de Gustav Mahler realizado por José Luis Turina
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Obra: “Resurrección” de Mahler. Director: David Afkham. Intérpretes: Christina Landshamer, Karen Cargill. Orquesta y Coro Nacionales de España. Auditorio Nacional. Madrid, VII- 10-2021.
Todo el mundo parece estar feliz con la vuelta a la “nueva” normalidad: los aforos al 100%, eliminadas casi todas las restricciones, las carreteras llenas de atascos… Pues, por desgracia, esa nueva normalidad nos trae muchas cosas de la antigua -¿no es una pena que no sean todas?- y entre ellas vicios como teléfonos y toses en los conciertos. Sonó repetidamente un móvil en el recital de Leonskaya y las toses resucitaron en el último movimiento de la “Segunda Sinfonía” de Mahler, aunque afortunadamente no tanto como para emular el destrozado monumental final de una inolvidable “Novena” malheriana de Abbado. En fin…
Por lo demás, un gran concierto. Impresionante la disposición de la orquesta y el coro. Sobre todo la de éste, distribuido alrededor del órgano y por los laterales del anfiteatro, con mascarillas y muchísima distancia entre unos y otros. No debe ser nada fácil conjuntar así un coro, pero Miguel Ángel García Cañamero y David Afkham obtuvieron del conjunto una respuesta magnífica desde el casi inaudible piano inicial e incluso parecía que los coristas fuesen simplemente estatuas.
Empaste perfecto, fortes sólidos y emoción expresiva en el canto. ¡Que estupenda forma de celebrar los cincuenta años desde aquella presentación el 22 de octubre de 1971 con Frühbeck de Burgos en el Teatro Real con esta misma partitura! Para la ocasión la OCNE ha realizado encargo a José Luis Turina de reducir la enorme instrumentación de la partitura original a casi la mitad. El trabajo ha resultado impecable y es de reconocer que no se echó de menos la sonoridad, quizá también porque ocupaban los atriles probablemente los mejores maestros de la formación.
Los conciertos de David Afkham siempre tienen interés tanto por los programas como por los resultados. Es un maestro sólido, con ideas claras y gestos precisos, que conoce muy bien la OCNE y sabe obtener lo mejor de ella. Su lectura fue, no ya impecable, sino conmovedora. A Mahler le sobran muchas notas al parecer de muchos, incluidos grandes directores como Giulini, pero Afkham consiguió que no nos percatásemos de ello. Es aquí imposible entrar en detalles, como el ya citado inicio del movimiento coral, el potente comienzo del primero con su explosividad central, la cálida intervención de la mezzo Karen Cargill, la etérea entrada de la soprano Christina Landshamer o el mismo encanto y ligereza del länder… Un alentador inicio de la temporada, largamente aclamado por el público.