“Tosca”: ¡Viva el mezzoforte!

Obra: «Tosca», de Puccini. Intérpretes: Lianna Haroutounian, Ramón Vargas, Kostas Smoriginas, Luis López, Cristian Díaz, Fernando Latorre, Antonio Burgos. Dirección de escena: Pier Francesco Maestrini. Dirección musical: Pedro Halffter. Orquesta Filarmónica de Málaga y el Coro de Ópera de Málaga. Málaga, 28-XI-2021.

Málaga lleva camino de convertirse en la ciudad más próspera de Andalucía y son enormes los cambios experimentados en los últimos quince años. Es impresionante el paseo por la calle Larios a la salida del Teatro Cervantes. Una espectacular iluminación que anima a la gente a salir, fotografiarse y consumir en las terrazas con los abrigos puestos y a 5º sin miedo a un terremoto del que hablan hoy los diarios, pero que no notamos en la capital.

Sin embargo, en ópera aún el Maestranza va muy por delante. Es lo que tiene una construcción más moderna con instalaciones más amplias y actuales. Cuatro obras muy populares se presentan esta temporada: «El barbero de Sevilla», «Tosca», «Rigoletto» y «Trovatore» con cantantes de primera fila como los aquí reseñados en la ficha, Carlos Álvarez, Jorge de León, Juan Jesús Rodríguez o Sabina Puértolas, por ejemplo. En la actual «Tosca» es más de valorar el esfuerzo que el resultado. La puesta en escena proviene de Tours y la acción se desarrolla en un espacio con muy poca profundidad, prácticamente en un único plano, que cuenta con enormes telones de fondo y un importante apoyo de proyecciones desde el inicio con la huida de Angelotti al final con el suicidio de la protagonista.

Muy clásico y algo antiguo para los tiempos actuales, pero ciertamente no puede juzgarse una representación en Málaga con las mismas exigencias que en Madrid o Barcelona. Prácticamente toda la representación mantuvo una característica uniforme, el uso del mezzoforte, compartida por la orquesta y los cantantes. Pedro Halffter, a quien veremos también operísticamente en el foso del Euskalduna y en el Auditorio de Tenerife, dirigió esta obra en la citada Maestranza hace seis años y la conoce bien. Tuvo detalles que lo demostraron, como el silencio antes de la parte orquestal previa al «adiós a la vida», pero en general faltó matiz. Lo mismo que en el canto.

Kostas Smoriginas es un barítono de voz con caudal y timbre, pero monocorde en le emisión, sin dinámicas, todo en mezzoforte. Ramón Vargas denota el paso de los años y el cambio de repertorio de ligero a lírico. Forzado en algunos pasajes, no pudo ligar frases como aquellas en el madrigal del dúo del primer acto con la soprano en el que los «grandes» siempre quieren lucir fiato y legato. También estuvieron ausentes las medias voces en el «adiós a la vida». Una actuación de cumplimiento de expediente. A Lianna Haroutounian la conocemos bien, la última vez en Sevilla, en «Ballo in maschera». Posee una voz potente y sin problemas en los registros. Fue muy aplaudida en el siempre esperado «Vissi d’arte», aunque sin un filado o un piano. Correctos los personajes secundarios en una función a la que le faltaron contrastes y que el público estuvo deseoso de perdonar.