Ángela Vallvey recomienda “Meditaciones”: “Marco Aurelio es un moderador de egos, te pone en tu sitio”
La escritora y columnista de LA RAZÓN propone el que para muchos pensadores, es un libro de cabecera
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El año 2021 está siendo prolífico para la escritora, poeta y columnista de LA RAZÓN Ángela Vallvey, que ha publicado dos libros, «El alma de las bestias» y «Ateísmo ideológico». Como lectura recomienda las «Meditaciones» de Marco Aurelio, que en el siglo II de nuestra era compuso una de las principales obras del estoicismo, una compilación de ideas y sentencias breves en las que reflexiona sobre la naturaleza humana, la fugacidad del tiempo, los valores morales o la manera correcta de conducirse en la vida.
¿Cuándo lo leyó?
En la adolescencia. Desde entonces es de cabecera porque tengo un ejemplar de la editorial Gredos, que es canónica.
¿Qué encontró en él?
El discurso de un hombre de Estado que se propone seguir en su política las propias normas filosóficas que él entiende que deben guiarle como individuo.
¿Es un referente en su vida?
Sí, porque yo también pertenezco al siglo XXI, que es el de la debilidad, la queja, la molicie, y este libro contrasta con eso. Siempre me acuerdo de la primera frase, que dice: «De mi abuelo Vero: el buen carácter y la serenidad», y solo eso ya está fuera de contexto de nuestras circunstancias actuales. ¿Quién se plantea ser sereno y tener buen carácter hoy? Todo lo contrario, se desparrama la emoción, el sentimiento, la incontinencia, la falta de disciplina moral y personal. Esa es la diferencia.
¿Tiene vigencia?
Es el discurso de un estoico, de un alma entregada que resulta intemporal. Siendo del siglo II aún mantiene la vigencia de la dignidad, de la honorabilidad, del sacrificio, sobre todo, en un mundo cada vez con menos estoicos, donde la gente está cada vez menos dispuesta a esforzarse y a hacer de su vida un trabajo.
¿Deberían leerlo los políticos?
Debería ser de obligada lectura, pero es un desiderátum que no tiene ahora ningún sentido ni visos de poderse realizar. Aunque él era contradictorio, sí fue coherente en su función pública y en la individual como persona, como ser filosófico, y eso resulta extrañísimo en la política.
¿A quién lo recomendaría?
A cualquiera, y que luego te acompañe en la vida. He sacado cosas diferentes en cada época de mi evolución personal. Vivimos en un mundo que no tiene en cuenta la realidad, de egos desmedidos, fatuos y absurdos, y en ese sentido, este libro es un moderador de egos, te rebaja las expectativas y te pone en tu sitio como hombre.