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Daniel Kaluuya en "Nop" ("Nope"), la nueva película del director Jordan Peele

“Nop”: Jordan Peele como el último guardián de la originalidad

El oscarizado Daniel Kaluuya protagoniza, junto a Keke Palmer, el brillante regreso a las salas del director de «Déjame salir» y «Nosotros»

Atrás quedan sus tiempos como rey de los «sketches» en la televisión americana, abandonados en pos de una carrera como director que, ya en su ópera prima, le valió el premio Oscar al Mejor Guion Original. Jordan Peele, responsable de la vibrante «Déjame salir» (2017) y de la menospreciada «Nosotros» (2019), vuelve esta semana a la cartelera con «Nop», una brillante fábula de ciencia ficción sobre el amor fraternal, los límites de la fe y, por supuesto, el papel del ciudadano negro en la sociedad contemporánea de Estados Unidos, leitmotiv ya de toda su producción fílmica.

Para su película menos explícitamente política, Peele ha querido jugar con las expectativas del espectador a dos niveles: primero volviendo a trabajar con el también oscarizado Daniel Kaluuya, dotando a la película de un regusto revanchista y haciéndole vaquero y heredero del primer negocio de especialistas de cine afroamericano; y segundo, trasladando la acción hasta la coyuntura más inmediata, esa que lo graba todo, se aferra a la ciencia casi como religión y habla con los modismos de la joven Keke Palmer, aquí hermana rebelde y oveja descarriada de la familia. En esa fricción, la condición de último guardián de la originalidad de Peele sale a relucir y nos encontramos con una historia de platillos volantes, primates violentos y recuerdos reprimidos que bien puede ser uno de los mejores guiones del año.

Steve Yeun en "Nop", película de ciencia ficción dirigida por Jordan Peele y ya en cines
Steve Yeun en "Nop", película de ciencia ficción dirigida por Jordan Peele y ya en cinesUNIVERSAL PICTURES

Fenómenos extraños

«Jordan (Peele) quería que en todo momento estuviésemos anclados a la historia y a nuestros personajes. Nos decía que si la historia va a oscilar hacia el fantástico, tus personajes tienen que ser lo más humanos y reales posibles», explica Kaluuya, por videoconferencia y junto a Palmer, que define su trabajo junto al director como «una experiencia tan excitante como exigente». Ambos intérpretes son, en la película, lo que queda de la familia Haywood, dedicada a la cría de animales de rancho para su uso en las películas y espectáculos. De repente, una extraña entidad comenzará a alborotar sus cuadras, fenómeno que llamará la atención de su vecino, un antiguo niño estrella de la pequeña pantalla (soberbio e intrigante Steve Yeun). Es justo ahí donde Peele vuelve a utilizar la fricción nostálgica como motor de su película: gracias a los flashbacks del personaje de Yeun, el director nos transporta hacia una sit-com aparentemente blanca en la que el uso de un chimpancé acabó desatando el caos en plató. El choque entre los recuerdos, convertidos ahora en memorabilia morbosa, sirve en «Nop» como conato de revisionismo en el que cabe preguntarse cuál es en realidad el papel del primate -simpático Gordy-, presente como elemento decorativo pero también alegórico del racismo más sangrante.

«Me tomó varios días procesar el guion, porque ocurren muchísimas cosas. No sabía cómo de abarcable sería la película. La diferencia entre rodar y verla luego en pantalla fue chocante. Jamás había experimentado un cambio tan radical respecto a la manera de contar la historia, y eso solo ha ocurrido porque Jordan (Peele) es un gran líder con una visión extraordinaria», confiesa a LA RAZÓN una Palmer que, también cuenta, casi pierde el papel por hacer capturas de pantalla de la aplicación donde los intérpretes recibían los libretos. Taciturno, denso y casi crepuscular, Kaluuya firma aquí un papel más parecido a los «cowboys» pop de Sergio Leone –reconoce en la entrevista que tuvo como referente al primer Clint Eastwood– que a los personajes vehementes a los que nos tiene acostumbrados y responde: «La sorpresa con el guion fue que no me sorprendí, porque cuando conoces a alguien como Peele estás esperando que sea capaz de materializar una idea tan compleja como esta», añade.

“En realidad, creo que la película trata también el valor de las imágenes. Vivimos en los tiempos de Instagram y demás redes sociales, y las imágenes se han vuelto muy poderosas. Si no hay imágenes de algo, es como si no existiera, algo que acaba obsesionando a los dos hermanos de la película”, explica convencido Kaluuya antes de despedirse. Así, entre alegorías y filias personales (Peele se permite mirar incluso a animes de referencia como «Evangelion» o «Akira» para regalarnos la vista en un tramo final soberbio), «Nop» es, además de la onomatopeya cómicamente perfecta de la reacción de sus protagonistas ante el misterio del filme (en inglés, “Nope”), la película más libre del director, una especie de metáfora recurrente sobre la manoseada diferencia entre ver y mirar o, mejor aún, entre no querer ver y no atreverse a mirar. ¿Es Peele uno de los pocos directores que puede, de verdad, contar las historias que quiere? ¿Va eso ligado a que no exige presupuestos megalómanos? La clave, quizá, pase una vez más por el personaje de Yeun, tan obcecado en no apartar la mirada que no sabe qué demonios está viendo.