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Así es la travesía en el desierto de Karla Sofía Gascón: de Cannes a los Oscar

En menos de un año, la actriz de 'Emilia Pérez' ha pasado del cielo al infierno. Su brillante actuación en el "narcomusical" de Audiard ha sido tapada por unos polémicos tuits de hace años

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Todo eran sonrisas en Cannes. Era mayo de 2024 y Jacques Audiard ('De óxido y hueso') presentaba en el festival una 'Emilia Pérez' bajo el cartel de "narcomusical". Gustó aquel thriller sobre el mundo del narcotráfico que daba un giro hacia el melodrama. "O lo que es lo mismo, en un drama que saca la música que lleva dentro", escribía el crítico de cine de LA RAZÓN, Sergi Sánchez.

En el centro de la trama estaba el Manitas, rey de la droga mexicana que decide resetear su vida como mujer trans bajo el nombre de Emilia Pérez. "El resultado es una película que camina con convicción entre lo sublime y lo ridículo, nada avergonzada de su condición de culebrón desaforado", desmenuzaba un Sánchez que se detenía en la figura de Karla Sofía Gascón: "Brilla en su doble papel de príncipe de los narcos y epifánica benefactora de los familiares de los desaparecidos que él mismo ordenó enterrar en fosas comunes. Ya está acariciando el premio a la mejor actriz". 

No falló. Karla Sofía Gascón se hizo con el reconocimiento y comenzó un camino de vítores, nominaciones y premios.

El mismo fin de semana que se estrenaba en España, la actriz recogía en Lucerna la estatuilla del Cine Europeo a la mejor intérprete. Y las críticas volvían a ponerse de su lado: "Finge tener algo profundo que decir sobre lo trans o sobre un país que el narcotráfico ha convertido en una alfombra roja de cadáveres, pero la cuestión es que solo lo finge, acomodándose en su estilo camp como si lo que importara en realidad fuera delatar la máscara de un artificio, y entender que, en el año 2024, existimos en función de nuestras contradicciones, y es imposible ser tan cínico como para no tomarse en serio lo que supone que un relato busque su identidad" (LA RAZÓN, 6 de diciembre de 2014).

Llegó 2025 y la tendencia no varió. Karla Sofía Gascón continuó en la pomada pese a no llevarse un Globo de Oro que sí fue para Demi Moore. Eso sí, 'Emilia Pérez' siguió sumando reconocimientos, esta vez, con el permiso de 'The Brutalist'.

El siguiente paso para la cinta de Audiard era colarse en los Oscar, y no falló; Gascón, tampoco: primera mujer trans en lograrlo. Aunque en esta ocasión la intérprete alzó la voz por "insultos, amenazas y vejaciones": "Hay una lucha de personas, retrógradas o con poca capacidad mental, que están en contra de la libertad y del respeto, del cariño, del amor y de una sociedad justa e igualitaria. La nominación al Oscar la he recibido entre insultos, amenazas de todo tipo y vejaciones (...) De momento a mí me da igual, le pido a cada uno de los que están así que me demuestren de manera fehaciente que no soy una señora y una actriz que no merece este reconocimiento", aseguró la actriz en declaraciones a medios de Uruguay, donde se encontraba entonces promocionando la cinta.

Las nominaciones a los Premios César (que se celebran el 28 de febrero) volvieron a ser un festival para 'Emilia' y para Karla. Sin embargo, se puede decir que aquella cita fue la última en paz. 

Estalló el caso. Se recuperaron los tuits de la intérprete y con ellos se desató una tormenta que ya había tenido una ligera marejada por las fuertes críticas por parte de la comunidad mexicana en relación al mensaje de la película; se la acusaba "de blanquear, banalizar y frivolizar" un problema que asola a México, como es el narcotráfico.

La periodista Sarah Hagi abría la caja de los truenos con las antiguas publicaciones de Gascón: "Es una locura que aún tenga estos tuits publicados. Sinceramente, nunca había visto tuits tan racistas de alguien que hace campaña activamente para ganar un premio Oscar".

La propia intérprete pedía disculpas a través de un comunicado difundido por Netflix a la prensa: "Quiero reconocer la conversación en torno a mis publicaciones anteriores en las redes sociales que han causado dolor. Como miembro de una comunidad marginada, conozco muy bien este sufrimiento y lamento profundamente haber causado dolor. Toda mi vida he luchado por un mundo mejor. Creo que la luz siempre triunfará sobre la oscuridad". Sin embargo, ya era tarde para las masas. El linchamiento ya estaba desatado. 

Comenzaba así el vía crucis de Gascón. La clase política, como no, siempre dispuesta a subirse al carro del "wokismo", también repudió a Karla Sofía Gascón. Ernest Urtasun y Yolanda Díaz no tardaron en hacerlo. El ministro daba marcha atrás en sus piropos iniciales y declaraba que "los tuits de Karla Sofía Gascón tengo que lamentarlos. No representan a la sociedad española y lo digo de forma apenada, porque esta era una candidatura muy importante para el país, y estos tuits lo han empañado y tengo que lamentarlo". 

Al "donde dije digo digo Diego" de Urtasun se sumó Yolanda Díaz, que daba una de cal y otra de arena: "Con su nominación me llevé una alegría; sus tuits me disgustaron profundamente".

Son dos de los ejemplos de lo que estaba por venir. A principios de febrero, Netflix también cancelaba a Karla Sofía Gascón y la eliminaba de los carteles promocionales para los Oscar. No tardó demasiado su director, Audiard, en seguir la corriente y recriminó a la actriz hacerse "la víctima", algo que, a su juicio, es "sorprendente". "Es como si pensara que las palabras no duelen", señalaba el realizador en una entrevista, tras afear a la intérprete que está dañando a los demás y en una actitud "autodestructiva". "Estoy pensando en cómo está haciendo daño a los demás, al equipo y a todas las personas que han trabajado tan increíblemente duro en esta película".

Fueron estas palabras de Audiard las que provocaron la reacción de la actriz: "Tras la entrevista a Jacques, que entiendo, he decidido [por la película, por Jacques, por el reparto, por el increíble equipo que se lo merece, por la hermosa aventura que hemos vivido todos juntos], dejar que la obra hable por sí misma, esperando que mi silencio permita que la película sea apreciada por lo que es, una hermosa oda al amor y a la diferencia", explicaba Gascón en un comunicado en el que reiteraba sus disculpas.

Así llegaron unos Premios Goya con la ausencia de la actriz. No presente en cuerpo, pero sí en alma. Con permiso de los gorgoritos de Melody y de los propios cabezones, el nombre de Gascón resonó desde la alfombra roja al escenario. Allí subió C. Tangana para recoger el Goya a la mejor película documental por 'La guitarra flamenca de Yerai Cortés', pero también para romper una lanza a favor de la gran ausente: "Esta es una película que va sobre la comprensión y sobre el perdón; no sé vosotros, pero yo me equivoco constantemente, tengo que pedir perdón constantemente, y creo que vosotros también. Seamos comprensivos y perdonemos, y dejemos que la gente se equivoque: porque cuanto mayor es el error, más necesitamos el perdón de los demás". 

Una línea, la elegida por Pucho, que distó mucho de la ambigüedad que entonces mostraron los miembros del equipo de Gascón en 'Emilia Pérez'.

En los Bafta, 'Emilia ganó', pero Karla no. Sí lo hizo su compañera de reparto Zoe Saldaña, mejor actriz secundaria. 

Así se han desarrollado unos últimos meses frenéticos para Karla Sofía Gascón, quien ha encontrado en Alejandro Amenábar a un aliado: el pasado domingo, el cineasta español aseguraba haber votado a la española como mejor actriz protagonista en los Premios Oscar, un galardón que espera que gane porque a su juicio la intérprete "se lo merece".

Por si acaso, Karla Sofía Gascón ya ha asegurado que no se perderá esa cita del 2 de marzo: "Estoy agradecida de estar de vuelta".