Manipulación intencionada

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No es ningún secreto que los Óscar son los premios del séptimo arte más reputados por antonomasia. Sin embargo, la polémica nunca ha faltado a su cita cada vez que se celebra una nueva edición. En 2025, no solo las películas se prestan a la causa sino que los encargados de cada una de ellas también han puesto su granito de arena. Pero empecemos por el principio, pues el primer impedimento que pudo poner en peligro la celebración de la gala fueron los incendios sucedidos en la ciudad de Los Ángeles. Durante las más de tres semanas que duró esta desgracia, un total de 29 personas perdieron la vida. A lo largo de la noche de la ceremonia se le rendirá un sentido homenaje a todas las víctimas de esta terrible catástrofe.
Finalmente los premios Óscar serán celebrados en el Dolby Theater de Los Ángeles, como viene siendo costumbre. A pesar de todo la controversia mediática ocasionada en el mundo digital, la Academia aboga por la solidaridad y el altruismo en una noche en la que los principales protagonistas se encuentran fuera de la gran pantalla, ya que, los trabajadores de primera línea que lograron hacer frente a las incesantes llamas también serán homenajeados. Entrando en materia fílmica, prácticamente ninguna cinta ha quedado exenta del odio, en mayor o menor medida, por distintos motivos que han puesto en duda a muchos de sus integrantes.
Lo que ha ocurrido entorno a esta película es algo complejo de manifestar, casi imposible de comprender. Pues si retrocedemos en el tiempo un par de meses atrás, la clara favorita en las casas de apuestas era la cinta de Jacques Audiard, un musical queer provocador y excitante a partes iguales que huye de convencionalismos sin miedo al ridículo, ni mucho menos al éxito. De hecho su reconocimiento fue tal por parte de los académicos que obtuvo un total de 13 nominaciones. Un hecho inédito que convirtió la película del francés en la obra de habla no inglesa más nominada de la historia de los premiso Óscar. Hasta la fecha, las únicas películas que mantenían este estatus eran la cinta mexicana de Alfonso Cuarón, "Roma"(2018), y la china "Tigre y dragón"(2000), del taiwanés Ang Lee.
Por el contrario, después de la catarsis total llegó la tormenta. En primera instancia, el poder de las redes sociales puso en jaque, que no jacques, a la protagonista, Karla Sofía Gascón. Esta se vio envuelta en una campaña de acoso mediático sobre su persona con motivo de unos más que polémicos, y discutibles, tuits publicados en épocas pasadas donde hacía apología al racismo, entre otras lindezas. El derribo fue tal que la actriz española fue retirada de cualquier campaña de marketing y, por supuesto, de la temporada de premios. No es la primera vez que el componente artístico se relega a un segundo plano, de hecho, en los Óscars suele ser la tónica, pero sin duda este ejemplo sienta un precedente. A pesar de las contradicciones, la presencia de Gascón ya se ha confirmado. Por supuesto, no hay que olvidar las polémicas declaraciones de su director que catalogó el castellano como "una lengua de países subdesarrollados". Sin duda esta anomalía es toda una sorpresa, casi tan excéntrica como la película.
Vayamos con otro tema candente, la Inteligencia Artificial, amada y odiada a partes iguales. Aunque con el "caso Emilia Perez" se ha dejado el listón muy alto, otra realidad que acecha a las películas nominadas es el soterramiento del uso de IA, por parte de Brady Corbet, director de "The Brutalist". Esta herramienta fue empleada para perfeccionar el acento del húngaro en la película y con el fin de elaborar unos primeros bocetos para las totémicas construcciones que aparecen dentro del filme.
Claro que si lo comparamos con las vivencias del director francés y la española esto es una nimiedad. Sin embargo, cuando esta información fue revelada, tanto fanáticos como detractores salieron a pedir explicaciones por los motivos de este encubrimiento. En la contraparte, el director confesó la incapacidad financiera que le rodea, incluso después del éxito de su película de cuatro horas, tras ganar varios premios previos a la carrera por los Óscars.
En tanto que "The Brutalist" como "Anora", a pesar de ser las dos grandes películas del año, parecen haber dividido a los académicos, la posibilidad de que otra cinta se hiciera con la gran estatuilla se mantiene en el ambiente. Y es que el 2024 ha sido un año arrollador para el cine, "Dune: Parte Dos", de Dennis Villeneuve, "La sustancia", de Coralie Fargeat, y "A Complete Unknown", de James Mangold, así lo atestiguan pero hay otra candidata de la que no se le tiene la estima que merece y podría dar la sorpresa en la noche del 2 de marzo. Efectivamente, "Cónclave", de Edward Berger, es la gran tapada de la gala. Mucho cuidado con el poder de Ralph Fiennes, que a pesar de no ser el favorito en su categoría, ha encandilado a base de bien a la Academia de cine. Ahora solo toca esperar y que el tiempo decida el destino del premio a "mejor película", aunque ojo con el Papa.
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