Crítica de "Reagan": con Ronald hemos topado ★★

Lo hemos dicho ya en numerosas ocasiones, y, por desgracia, el mismo mantra se puede seguir aplicando al filme dirigido por Sean McNamara: el biopic cinematográfico en tierras estadounidenses tiende a terminar siendo, al cabo, un filme hagiográfico del protagonista, ya sea boxeador, cantante, tendero, que de esos pòcos vamos a ver, o, como en este caso, político. Porque nadie debería dudar de la importancia de Ronald Reagan, no solo como presidente de un país que supo enderezar en aquellos años 80, sino como uno de los máximos responsables de la caída del Muro alemán entre otras cuestiones internacionales.

Un hombre muy religioso, muy liberal, muy honesto, un cowboy amante de la Naturaleza, los caballos, pero, sobre todo, de su segunda esposa, Nancy Davis. Porque, más allá de su vertiente puramente histórica, este filme es sobre todo el retrato de un gran amor, el que ambos se profesaron hasta la muerte. Pero, claro, algún defecto debía tener este gran mandatario. Que, en ocasiones, nos recuerda en el filme a esos personajes de una pieza creados por Frank Capra (el de «Caballero sin espada», por ejemplo), de moral rectísima, de fuertes convicciones; un firme enemigo, Reagan, del comunismo, de los sistemas totalitarios, de todo lo que huela a quebranto de la libertad.

Así, a partir de la infancia del mismo, muy marcada por su madre, hasta la etapa como actor, mediocre, en Hollywood, donde comenzó su batalla contra los sindicatos, un finalmente primer matrimonio fracasado con la también intérprete Jane Wyman (qué poco nos dice la cinta sobre este personaje) llegamos hasta su llegada a la Casa Blanca en 1981, donde estuvo ocho años. Otra cuestión es cómo Dennis Quaid, al que de vez en cuando se le notan los retoques para parecerse a Reagan, se ha enfrentado al personaje. Digamos que de manera exageradilla, la verdad.

Lo mejor:

Recupera la vida y trayectoria de uno de los políticos más importantes del siglo XX

Lo peor:

Sucede tanto... la debilidad de EE UU por hacer biopics en exceso hagiográficos