Sección patrocinada por sección patrocinada

Récord

¿Cuál es el edificio más pesado del mundo?

Es un encargo del dictador rumano Nicolae Ceaușescu y actualmente sirve como uno de los principales edificios institucionales de Rumanía

Palacio del Parlamento de Rumanía
Palacio del Parlamento de RumaníaCanva

En la década de 1980, el dictador rumano Nicolae Ceausescu decidió dejar su huella en la historia construyendo una monumental fortaleza que encarnara su régimen comunista. Inspirado por las grandiosas construcciones de Corea del Norte y China, donde el culto a la personalidad de Mao Zedong e Il-Sung se manifestaba en imponentes edificaciones, Ceaușescu emprendió la construcción del que ahora es conocido como el Palacio del Parlamento de Rumanía, también llamado la Casa del Pueblo.

El proyecto, concebido tras un devastador terremoto en Bucarest en 1977, tenía la ambición de erigir un edificio que sirviera como sede gubernamental y centro neurálgico del régimen comunista. Sin embargo, esta visión megalómana implicó consecuencias drásticas para la ciudad. La construcción del palacio conllevó la demolición de una quinta parte de Bucarest, incluyendo templos, viviendas y la reubicación forzosa de 40.000 residentes, dejando una cicatriz urbanística imborrable.

Lo que resulta más asombroso es la magnitud del Palacio del Parlamento. Ostenta el título de edificio más pesado del mundo según el Guinness World Records, con una estructura compuesta por 700.000 toneladas de acero y bronce, 3.500 toneladas de cristal y una extensión colosal de 365.000 metros cuadrados. La construcción requería una fuerza laboral sin precedentes, involucrando a más de 100.000 personas que trabajaban incansablemente las 24 horas del día para dar forma a la visión del dictador.

A pesar de la magnitud del proyecto, Ceaușescu no tuvo la oportunidad de ver su sueño completado. El régimen comunista llegó a su fin en 1989, cuando una revuelta popular derrocó al dictador y llevó al país hacia un nuevo rumbo. Sin embargo, el Palacio del Parlamento sobrevivió como un imponente monumento que, paradójicamente, ha llegado a representar no solo la megalomanía de un dictador, sino también la capacidad de adaptación de los monumentos a las circunstancias políticas cambiantes.

Hoy en día, el Palacio del Parlamento alberga la sede del Senado y la Cámara de Diputados de Rumanía, así como museos que exploran la historia del país. Este coloso arquitectónico, que en sus inicios simbolizaba el autoritarismo, ha experimentado una transformación significativa. Se ha convertido en un símbolo democrático que refleja las complejidades de la historia rumana.