El origen de la humanidad se traslada al este de África años antes de lo que se pensaba
Se ha llegado a esta conclusión a partir de unos restos que fueron descubiertos en el sitio de Omo Kibish, cerca del río Omo de Etiopía, en la década de 1960
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El origen de la humanidad moderna se ubica en el este de África al menos 38.000 años antes de lo que pensaban los científicos. Esa conclusión se extrajo de los rastros de una colosal erupción volcánica utilizada para fechar los primeros fósiles indiscutibles de homo sapiens.
Estimaciones anteriores databan los fósiles humanos en alrededor de 195.000 años. Ahora, una nueva investigación publicada en la revista “Nature” dice que los restos son más antiguos que la colosal erupción volcánica que sacudió la región hace aproximadamente 233.000 años.
El descubrimiento coloca a los fósiles aún más firmemente entre los restos de Homo Sapiens más antiguos jamás descubiertos en África, solo superados por especímenes de 300.000 años de antigüedad encontrados en el sitio de Jebel Irhoud en Marruecos en 2017. Sin embargo, los cráneos de Jebel Irhoud varían lo suficiente en su físico de las de los humanos modernos para que algunos científicos impugnen su clasificación como Homo Sapiens. Esto significa que el nuevo descubrimiento marca la datación indiscutible más antigua de humanos modernos en África.
“A diferencia de otros fósiles del Pleistoceno Medio, que se cree que pertenecen a las primeras etapas del linaje del homo sapiens, Omo I posee características humanas modernas inequívocas, como una bóveda craneal alta y globular y una barbilla”, explica el coautor del estudio, Aurélien Mounier, a través de un comunicado, refiriéndose a la bóveda craneal globular como el espacio donde se asienta el cerebro dentro del cráneo. “La nueva fecha estimada lo convierte en el Homo Sapiens indiscutible más antiguo de África.”
La ubicación del sitio Omo Kibish cerca del río Omo de Etiopía tenía sentido para este nuevo descubrimiento, ya que es un valle geológicamente activo, dijo Clive Oppenheimer, vulcanólogo de la Universidad de Cambridge, en el comunicado. La actividad tectónica creó lagos que recolectaban agua de lluvia, no solo proporcionando agua dulce sino también atrayendo animales para cazar; y el Gran Valle del Rift de 7.000 km de ancho, del cual el valle del Rift de África Oriental es solo una pequeña parte, sirvió como un enorme corredor de migración, para humanos y animales que iban desde el Líbano en el norte hasta llegar a Mozambique en el sur.