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Hitler intentó y fracasó en ser artista antes de convertirse en dictador

Hitler vio Viena como el lugar ideal para perseguir su sueño de convertirse en artista.
UnknownWikimedia Commons
La Razón

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Adolf Hitler, de 18 años, dejó su ciudad natal de Linz y se mudó a Viena, la glamorosa capital del Imperio austrohúngaro. Dejando atrás las ambiciones de su difunto padre de convertirse en funcionario, Hitler vio Viena como el lugar ideal para perseguir su propio sueño: convertirse en artista.
Antes de mudarse a Viena, Hitler ya había sido rechazado por la Academia de Bellas Artes de la ciudad. Aunque había aprobado el examen inicial en 1907, sus habilidades de dibujo eran “insatisfactorias”, decidió el comité de admisiones. En su manifiesto autobiográfico ‘Mein Kampf’, Hitler afirmó que el rechazo lo golpeó “como un rayo caído del cielo”, ya que estaba tan convencido de su éxito. En el otoño de 1908, volvió a postularse para la Academia de Bellas Artes, y nuevamente lo rechazaron. Durante gran parte del año siguiente, se mudaría de una habitación alquilada barata a otra, e incluso viviría en un refugio para personas sin hogar por un tiempo.
Luego, en 1909, Hitler finalmente comenzó a ganar dinero haciendo pequeñas pinturas al óleo y acuarelas, en su mayoría imágenes de edificios y otros puntos de referencia en Viena que copió de postales. Al vender estas pinturas a turistas y vendedores de marcos, ganó lo suficiente para mudarse del refugio para personas sin hogar a un hogar para hombres, donde pintaba durante el día y continuaba estudiando sus libros por la noche.
En Viena, el joven artista frustrado se había interesado por la política. Aunque Hitler afirmó en ‘Mein Kampf’ que sus puntos de vista antisemitas se formaron durante este período, muchos historiadores dudan de esta historia simplificada. Después de todo, Samuel Morgenstern, propietario de una tienda judía, fue uno de los compradores más leales de las pinturas de Hitler en Viena. Pero su tiempo en Viena dio forma a la visión del mundo de Hitler, particularmente su admiración por el entonces alcalde de la ciudad, Karl Lueger, quien era conocido tanto por su retórica antisemita como por sus habilidades oratorias.
En cuanto al propio arte de Hitler, supuestamente hizo que sus pinturas fueran recolectadas y destruidas cuando estaba en el poder. Pero se sabe que sobreviven varios cientos, incluidas cuatro acuarelas confiscadas por el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque en Alemania es legal vender pinturas de Hitler siempre que no contengan símbolos nazis, las obras que se le atribuyen generan controversia cuando salen a la venta. En 2015, 14 pinturas y dibujos de Hitler alcanzaron unos 450,000 dólares en una subasta en Núremberg. La casa de subastas defendió la venta argumentando que las pinturas tenían importancia histórica.