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Encontrado el almacén de embalsamamiento más grande del Antiguo Egipto

El pozo funerario corresponde a la tumba secreta de Wahibre-mery-Neith, oficial militar y responsable de adherir a la causa a los mercenarios extranjeros
Archives of the Czech Institute of Egyptology
La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Científicos del Instituto Checo de Egiptología de la Universidad Charles de Praga ha descubierto la tumba secreta de un antiguo general egipcio que, según se ha podido investigar, llegó a dirigir un importante ejército de mercenarios extranjeros. Se trata del oficial militar egipcio Wahibre-mery-Neith, responsable de reclutar soldados de fortuna de Asia Menor y las islas del Egeo.
Es la historia que hay detrás de un pozo funerario que se remonta a principios del siglo V a. C. y en el que la misión arqueológica identificó en febrero la tumba en Abusir, cerca de Saqqara. En su interior, hallaron el almacén de embalsamamiento más grande de Egipto, incluidos 370 frascos de cerámica que contenían materiales utilizados para la momificación del militar.
La tumba del antiguo general egipcio medía alrededor de 6,5 x 3,3 metros, y, a su vez, contaba con casi 16 metros de profundidad. Al fondo se encontraba un sarcófago doble dañado por saqueadores de aquella época, cuya capa exterior, según Newsweek, estaba compuesta de dos bloques gigantes de piedra caliza con un ataúd interior decorativo con forma humana (de 2,3 x 1,98 metros). Además de estar decorado con una cara hecha de piedra de grano fino que había sido triturada. Los científicos checos también han revelado que el sarcófago incluía, además, inscripciones del Libro de los Muertos y señalaron que describía la resurrección del general y su viaje al más allá.
Si bien el trabajo de excavación aún no ha podido dar con los restos de Wahibre-mery-Neith, el equipo de especialistas sí ha dado con dos cajas de madera que contienen 402 figuras de barro creadas para servirle en el más allá. Unos hallazgos entre los que también aparecen jarras de alabastro, tazas y una pieza de cerámica de piedra caliza llamada “ostracon” que estaba inscrita con textos religiosos.
Así, la campaña arqueológica finalizó el pasado junio en Abusir, un lugar comprendido entre Giza y el norte de Egipto y que fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco. Según precisaron los arqueólogos, el material hallado data del comienzo de la dominación persa en Egipto, que comenzó alrededor del 525 a. C. y se prolongó durante 100 años. Los egipcios prosperaron bajo el rey persa Darío I, aunque sufrieron a manos de líderes como Jerjes I, que aplastó revueltas y no respetó las costumbres locales.
Según la investigación, la tumba permite a acercar a los arqueólogos una imagen más cercana de la vida del oficial egipcio. De hecho, “probablemente murió de manera muy inesperada, ya que su tumba y equipo funerario aún estaban sin terminar”, apuntan los arqueólogos.