Los líquenes hacen temblar las ruinas de Persépolis
Estos organismos pueden llevar las ruinas a polvo en 50 o 100 años, aseguran los expertos
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Hace mucho que las guerras terminaron por Persépolis, en Irán, sin embargo, la batalla en sus ruinas continúa. Ahora son los expertos los que trabajan a contrarreloj para terminar con los líquenes que están devorando lentamente los restos milenarios de esta antigua ciudad. La tarea, iniciada hace varios años, es ardua en los 125 000 metros cuadrados que se extienden en mitad de un desierto rocoso en el que se alberga una de las mayores concentraciones de arte rupestre de Oriente Medio.
Las estatuas que representan a antiguos reyes, nobles, deidades persas y varios pueblos de la región están en peligro: "Es un museo al aire libre de la vida de los pueblos de Oriente Medio hace 25 siglos", afirmaba el director del lugar, el arqueólogo Alireza Asgari Chaverdi, a AFP.
Construido en el siglo VI a.C. por Darío I, el lugar ha sufrido destrucción, saqueos, terremotos, incendios y mal tiempo a lo largo de los siglos, pero el principal enemigo al que se enfrentan hoy estas piedras son esos líquenes resultantes de la combinación de un hongo y un alga que atacan tanto la superficie como el interior de las ruinas (hasta un centímetro y medio pueden introducirse).
"En lugares históricos como Persépolis, son el problema más grave", apunta una Shahram Rahbar (supervisora del lugar desde hace dos décadas) sobre unos microorganismos que suelen estar presentes en zonas húmedas, como los cementerios, donde colonizan las lápidas.
Según el experto en líquenes Mohammad Sohrabi, la propagación de los líquenes "está impulsada por la industrialización. El desarrollo industrial aumenta los compuestos nitrogenados en la atmósfera, que actúan como fertilizante para los líquenes y favorecen su crecimiento", explica.
En concreto, Irán alberga más de 3 000 especies de líquenes, de las cuales entre 500 y 700 variedades proliferan en los monumentos históricos, según Mohammad Sohrabi: "Los daños más importantes causados por los líquenes se refieren a la inscripción de Bisotun en el oeste del país, así como a Persépolis, donde se han perdido muchos motivos complejos". En las ruinas de la antigua ciudad, las huellas de los líquenes son visibles desde lejos. "Estos organismos pueden reducir los accidentes geográficos a polvo en 50 o 100 años", alarma Rahbar.
En busca de soluciones, se eliminan los líquenes con técnicas modernas como el láser y otras sustancias químicas. Un proceso es "lento y laborioso" en el que primero se aplican sustancias a los líquenes durante varias fases: actúa como un antibiótico hasta debilitar "poco a poco" el liquen "y, cuando está lo suficientemente debilitado, podemos empezar a limpiar con dispositivos de succión".
Con casi 140 000 visitantes, Persépolis encabezó los lugares turísticos más concurridos del país durante las vacaciones del Año Nuevo Persa, en marzo. "Es la base de la historia, la cultura y la vida sociocultural de los iraníes", resume el director Asgari Chaverdi. "Irán, como país, nació en realidad con la construcción de Persépolis como capital del imperio".