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Exposición de PHotoESPAÑA

Joel Meyerowitz: "Ya no nos miramos y el sentido de lo que era Europa ha cambiado"

El legendario fotógrafo estadounidense presenta una extraordinaria muestra con más de 200 fotografías de su viaje por Europa durante la década de los sesenta

El veterano fotógrafo de 87 años posa para LA RAZÓN durante la inauguración de su exposición en Madrid
El veterano fotógrafo de 87 años posa para LA RAZÓN durante la inauguración de su exposición en MadridGonzalo Pérez Mata Gonzalo Pérez Mata

Con la insolencia exploratoria de la juventud y la suficiente distancia con la prudencia típicamente desarrollada a esa edad tan placentera en la que las cosas todavía parecen posibles –y lo que es peor: estimulantes– que constituyen los 28 años, Joel Meyerowitz, una auténtica leyenda viva neoyorquina de la fotografía, pionero indiscutible del color y autor de las más de trescientas cincuenta exposiciones en museos y galerías de todo el mundo que se han celebrado alrededor de su obra gráfica, tomó una decisión que le cambió la vida. O para aligerar el peso de la trascendencia en la afirmación: le ayudó a configurar las bases de una nueva, de una completamente distinta a la que tenía entonces.

"Se ha dicho en esta presentación que, como fotógrafo, yo nací en Málaga y en gran medida, es así. Sin embargo, las primeras semillas de mi vocación nacen al otro lado del océano, en Manhattan, en 1962. Me dedicada a la publicidad en aquel momento y conocí a Robert Frank del que no sabía nada hasta entonces, pero le contratamos para que hiciese una serie de fotografías para un folleto publicitario. Al verle trabajar me di cuenta de que tenía que dejar mi profesión inmediatamente y dedicarme a la fotografía, porque era mi auténtica vocación. Al atreverme a tomar la decisión surgieron preguntas: ¿quién soy yo ahora? ¿Qué quiero describir exactamente a través de la imagen? Estaba un poco perdido", relataba ayer el veterano artista de 87 (surrealistas) años, rodeado de periodistas y focos, eléctrico y finísimo en su expresividad, durante la presentación de la extraordinaria muestra arropada por el aliento artístico de PhotoESPAÑA en colaboración con el Museo Museo Picasso de Málaga, "Europa 1966-1967", que podrá visitarse hasta el próximo 13 de julio en la sala de exposiciones Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa.

Joel Mayerowitz @ Gonzalo Pérez Mata
Joel Mayerowitz @ Gonzalo Pérez MataGonzalo Pérez Mata Fotógrafos

Su cuestionamiento profundo de las aristas de un mundo que ya estaba en significativo proceso de cambio y su propósito individual como sujeto en estado de búsqueda coincidieron con la ganancia de lo que el propio artista describe como «cierto dinerillo» y fue entonces cuando arrancó su viaje de un año por Europa con el único fin de mostrarnos de forma precisa, no aproximada, de alcanzar y tocar aquello que no entendía y que las exigencias de su ritmo urbanita no le permitían estudiar.

"Mi familia proviene de algunas zonas de Europa del Este pero yo nací en el Bronx. Allí había una suerte de comunidad europea construida por múltiples guetos con gente de procedencia variada: polacos, judíos, irlandeses... y esto me llamaba mucho, así que me lancé a este viaje por Europa que duró todo un año y en el que recalé en Málaga durante unos meses. En el transcurso de este viaje descubrí el tipo de artista que podía ser y el tipo de hombre que debía ser", reconocía Meyerowitz.

"Independientemente de lo que estuviera pasando en España con la dictadura de Franco, en Málaga me encontré con el hecho de que la gente se enfrentaba a la vida y decía ‘‘bueno, las cosas pueden ser trágicas y terribles o alegres y luminosas pero independientemente de eso, hay que participar. No me puedo rendir, hay que seguir’’. Esa vida y esas ganas por vivir que se transmite a través de la fotografía fue precisamente lo que me inspiró para quedarme", completó sobre la importancia de la participación en el propio ritmo impuesto de los días que la Málaga de entonces practicaba (llegando a entablar una profunda amistad con una de las familias tradicionales de la ciudad más arraigadas: los Escalona), ese empeño humano en ocasiones fruto del propio instinto de supervivencia de no quedarse fuera del juego de la existencia.

 El fotógrafo Joel Meyerowitz
El fotógrafo Joel MeyerowitzGonzalo Pérez MataGonzalo Pérez Mata

Continente transformado

El joven fotógrafo que recorrió acompañado de su primera mujer más de 30.000 kilómetros, visitó diez países y realizó un total de 25.000 fotografías (de las cuales 200 integran esta exposición) elaboró a través de su profundo sentido de lo humano un amplio registro de España pero también de Europa que le sirvió como consolidación de una identidad tanto artística como personal incomparable. Anticipándose a las fragmentaciones del mundo contemporáneo, Joel supo capturar el movimiento de un continente en estado de transformación.

"Soy un fotógrafo principalmente humanista y generalista en el sentido de que a mí todo me resulta interesante"

Joel Meyerowitz

Cuando le preguntamos desde LA RAZÓN por la diferencia entre los cambios que se han producido en Europa durante todo este tiempo desde que él la recorrió con su cámara como única guía fiable, testigo protector del instante vivido, y los posibles cambios que han podido desarrollarse en su forma de mirar, el artista dirige sus ojos a los nuestros con intensidad y sonríe evocador antes de reflexionar: "En el fondo todo ha cambiado porque vivimos en un mundo diferente. La conexión humana ya no es la misma, todos vamos con un móvil en la mano consumiendo pantallas. Ya no nos miramos. Es verdad que hoy, cuando llegas a Europa todavía te encuentras con el antiguo mundo y lo ves en los edificios centenarios, en las fachadas, esas que son las que eran, pero a las que hemos cubierto de cosas nuevas, de significados nuevos, de todos los anuncios del consumismo moderno. El sentido de lo que era Europa ha cambiado con respecto a lo que era entonces. La calle es diferente a la que era entonces. En gran medida, parte de lo que podemos llamar "lo antiguo" ha sido borrado por nuevo. Pero es que siempre ha sido así y siempre va a ser así. ¿Se ha perdido algo de esa Europa? Sí. ¿Es una Europa diferente? Definitivamente. Pero cuando hablas con una persona de mi edad lo habitual es que te diga "cuando yo era joven las cosas eran mejores" y eso es algo que nos pasará a todos, cuando lleguemos a cierta edad, pensaremos "mira qué año más bueno el 2025, qué bien nos fue, vivimos una pandemia, teníamos a un tirano gobernando Estados Unidos, todo era maravilloso, no como ahora...", ejemplifica socarrón. Qué difícil resulta no hacerlo con el capturado por el artista, con ese tiempo en el que la vida sucedía en los mercados, en los descampados, en los quicios de las puertas, en las vías de los trenes, en las ventanas de las casas, en las carreteras interrumpidas por parejas subidas a una moto, pero sobre y por encima de todo, en las calles, que eran las únicas que no tenían prisa por dormirse, que siempre estaban despiertas, que operaban como el auténtico refugio de las conversaciones, los intercambios y los encuentros colectivos.

"He elegido esta selección de fotografías por un motivo. Por esto elegí Málaga, por esto que yo llamo "el ballet de la calle", el día a día, la vida cotidiana, justo todo lo que se engloba dentro del pensamiento más habitual al referirnos a una escena en la que aparentemente no ha pasado nada. Pero hay cosas que me llaman la atención", indica señalando una imagen con el rojo de un pañuelo como protagonista. "Aquí tenemos una mujer con su pañuelo rojo que está atravesando un mar de hombres para ir a la compra. En ese momento el viento mueve el pañuelo, la luz le da a la tela y los hombres permanecen a su alrededor como parte más del decorado. A mí me pareció un momento de gran belleza, un hecho que había que captar, aunque en realidad no está pasando nada", explica antes de continuar con su lección condensada. "O esta otra", señala resaltando la composición de otra fotografía en la que se puede ver a un grupo de hombres sentados en la terraza de un bar jugando al dominó y al fondo se observa a una mujer con una escoba barriendo dentro. "¿Está pasando algo aquí?", inquiere entusiasmado el fotógrafo.

Joel Mayerowitz @ Gonzalo Pérez Mata
Joel Mayerowitz @ Gonzalo Pérez MataGonzalo Pérez Mata Fotógrafos

"Sin embargo la imagen te está contando una historia sobre lo cotidiano, sobre ese momento que nosotros utilizamos para encontrar la belleza de las pequeñas cosas, con la camaradería en nuestros actos, en nuestras costumbres. Ese "no pasar nada" es todo aquello que cuando uno está viendo fotos en un folleto publicitario o en Instagram ahora en busca de referencias de viajes, no te suele aparecer. En sustitución te aparece un bar estupendo y exquisito por dentro con gente bebiendo copas de champán, algo mucho más aburrido sin duda que esta imagen. Pero esta es la realidad, esto es como vivimos, como nos unimos entre nosotros y este tipo de escenas me reconectaban con el tipo de experiencias que yo había tenido con las comunidades de inmigrantes europeos que yo había vivido en el Bronx en el que gran parte del año se vivía en la calle para poder compartir el espacio con los demás. Y cuando alguien se encuentra con algo que le evoca un recuerdo, que actúa como una traducción de tu pasado, aunque es algo muy fugaz, algo que casi se te escapa, que es muy difícil definírselo a otras personas está rico y lleno de significados, de poesía, de valores humanos, tiene que hacer algo. Soy un fotógrafo principalmente humanista y generalista en el sentido de que a mí todo me resulta interesante, todo puede ser objeto de mi cámara. Me gusta mucho hablar de la inspiración pero no como una entelequia, sino como ese momento en el que uno inspira y ese oxígeno te llega al cerebro, la cabeza se despierta y te impone su propio ritmo, te obliga a levantarte y a decir "vale estoy aquí, estoy presente, este soy yo, esta es la fotografía que quiero hacer, voy a capturar este momento con mi cámara". Esta es mi esencia y la lección que aprendí en Málaga y solo por eso, creo que le debo dar las gracias".

Como complemento laureado al reconocimiento de su obra que la muestra supone, hace unas horas Meyerowitz era galardonado con el Premio PHotoESPAÑA 2025 por su impecable trayectoria y su transformación del medio con su uso pionero del color cuando la fotografía artística estaba dominada por el blanco y negro. Durante la entrega del premio, que se ha celebrado en el hotel Villa Magna de Madrid, ha destacado: "Es un honor formar parte del linaje de fotógrafos que ha recibido este premio, con quienes me siento muy conectado. Creo que todos compartimos la visión de que la fotografía tiene un lenguaje, y el honor que supone haber aprendido a hablarlo". Qué suerte para los potenciales visitantes, poder escucharlo a través de sus imágenes.