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Cine

Julia Ducournau disecciona de forma visualmente extrema el estigma del SIDA: "Es inaceptable que las alteraciones del cuerpo sigan siendo tabú"

La cineasta explora con su habitual radicalidad las grietas del SIDA en "Alpha"

La cineasta francesa Julia Ducournau
Un fotograma de "Alpha"La Razón

Hay una rotundidad en el gesto, en la dirección corporal involuntaria de sus movimientos más sutiles, incluso en la colocación expansiva de su casi metro ochenta de envergadura cuando se quita el traje de cineasta y se coloca momentáneamente el de entrevistada, que es capaz de filtrarse por el visor creativo que utiliza para afrontar todos y cada uno de sus proyectos. Julia Ducournau tiene una presencia categórica, impactante, sólida, fiera, granítica, incluso podríamos decir que intimidatoria en el sentido más positivo y atrayente del término, conforma la estructura de una de esas figuras conscientes y seguras de la imagen proyectada a las que dan ganas de ofrecerle fuego o encenderle el cigarro todo el tiempo.

La venerada cineasta francesa, exponente contemporánea del "body horror" feminista, exploradora transparente del cuerpo y sus inspiradoras materias como ya demostró en "Crudo" y flamante ganadora de la Palma de Oro en 2021 por "Titane", apunta con visceralidad al SIDA como pretexto temático en su último trabajo, "Alpha" para hablar, en el fondo y en la forma, a través de traumática experiencia de una adolescente de 13 años, de la manipulación social a la que tantas veces nos aboca el miedo: el propio, pero sobre todo el infundado.

Abrazar el error social

Durante la conversación que mantenemos desde La Razón en lo alto de la terraza de su habitación del Hotel Urso en Madrid tras su visita a la capital, la directora, preguntada por la posible confluencia de preocupaciones generacionales derivada de la coincidencia temporal de su película en la competición de la última edición del Festival de Venecia con el reciente trabajo de Carla Simón, "Romería", que también aborda las consecuencias del silencio social generado alrededor de esta enfermedad del virus de la inmunodeficiencia humana (aunque de una manera muy diferente tanto estética como narrativamente), reconoce que "me encanta la voz de Carla como cineasta y como persona, la admiro muchísimo. Creo que además en su primera película también abordaba este tema y pienso que sin duda, no es una coincidencia que voces como las nuestras se estén volviendo a interesar por esta generación de personas que sufrió el rechazo de las instituciones y de los propios ciudadanos por tener SIDA".

"Siento muchas veces que lo que yo veo en los cuerpos es lo contrario a lo percibido en general por la sociedad"

Julia Ducournau

"Es absolutamente positivo que de alguna manera la gente que no se conocía entre sí como Christopher Reeve (otro director que abordó el tema) y Carla por ejemplo, encuentren resonancias perteneciendo a diferentes épocas en una forma de pensar el mundo en el que vivimos. Desde luego no puede ser una coincidencia y creo que significa que hay una necesidad de reparación por el abuso que hace 30 o 40 años se procuró a los niños, a los pacientes y a las familias. La formación en lo que a moral ética y humanidad se refiere dejó mucho que desear y creo que como nadie se encargó de decir que se hicieron unas cosas muy mal en aquel momento, es hora de abrazar el hecho de que la sociedad se equivocó y que aún lo sigue haciendo en muchos aspectos. Es liberador ser consciente, reconocerlo y perdonarlo", asegura.

El cuerpo, vuelve a convertirse en "Alpha", en un depositario de excesos diseccionados capaces de materializar las heridas del estigma. Subraya Ducournau que su relación con nuestro conjunto de sistemas orgánicos no solamente sigue siendo el epicentro de su motivación artística sino que también lo es la crudeza con la que a veces debe ser tratado. Asegura que la mayoría de sus fans oscilan entre los 18, los 28 o los 30 y dentro de esta horquilla, Ducournau advierte una relación mucho más desprejuiciada y desnudada de conservadurismos en lo que a sexualidad y percepción corporal se refiere.

"Los jóvenes de ahora son mucho más fluidos de lo que éramos nosotros en los noventa"

Julia Ducournau

"Realmente admiro su apertura de mente en el universo de la sexualidad y esa forma de vivir su cuerpo como quieren, lo admiro muchísimo. No estoy diciendo que esto sea la causa, pero sí que creo que esta apertura se puede identificar con cómo se trata el cuerpo femenino a día de hoy y con cómo se ha tratado históricamente. Los jóvenes de ahora son mucho más fluidos de lo que éramos nosotros en los noventa. En esa década, tal y como yo recuerdo asociándolo con mi adolescencia, había un pico absoluto de homofobia y misoginia y de encasillamiento. Todo eso era algo muy arraigado y ver como luchan contra eso ahora los jóvenes y como reivindican que hay que explorar lo que implica ser humano también me fascina y yo tengo muchísima fe en ellos. En ese sentido reo que tienen los matices necesarios integrados para ver y para aceptar una nueva narrativa, nuevas formas de contar historias con un cuerpo que no es blanco y negro, que no es binario", explica sobre las herramientas adquiridas por la mayoría de su público objetivo para no sólo enfrentarse a su discurso visual como directora, sino también para exigírselo, en un momento determinado, al resto de obras que surgen.

Ducournau se despide antes de volver a estrecharnos la mano haciendo uso de dos de los elementos dialécticos fundacionales del creador magnético: una confesión y una creencia. "Siento muchas veces que lo que yo veo en los cuerpos es lo contrario a lo percibido en general por la sociedad. Es algo de lo que no nos gusta hablar demasiado. Una mutación del cuerpo, ya sea una eczema o algo mucho más problemático, se percibe como sucio, aterrador, íntimo, individual y me parece una tontería, porque todos atravesamos algo así todos los días de formas más o menos graves. Me parece inaceptable que los padecimientos o alteraciones del cuerpo sigan siendo tabú, cuando deberían ser espacios de reconocimiento colectivo. El cuerpo es un espacio de empatía cuando se retrata con honestidad, con amor, sin máscaras".