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Lecturas

Los libros de la semana: de la devoción kafkiana de Elías Canetti a la resistencia antisoviética de Liudmila Ulítskaya

Entre las novedades literarias de esta semana también se encuentran títulos como "Cosecharás tempestades", de Donna Leon o "Si no amaneciera", de Ayanta Barilli, la última carta de amor de la hija de Sánchez Dragó a su recientemente fallecido padre

La escritora Liudmila Ulítskaya, Premio Formentor de las Letras
La escritora Liudmila Ulítskaya, Premio Formentor de las LetrasCati CladeraCati Cladera

«Sobre Kafka», de Elías Canetti ★★★★

Nadie puede saber más de Kafka que Elías Canetti

Elías Canetti reflexiona sobre el autor de «La metamorfosis» en este enjundioso conjunto de notas, apuntes y conferencias que le dedicó

Por Toni Montesinos

No hace mucho tuvimos al alcance la «Correspondencia de la época de su noviazgo (1912-1917)», de Franz Kafka: las cartas a Felice Bauer, a quien ya le enseñó el día que la conoció el manuscrito de su primer libro, «Contemplación», porque lo llevaba a casa de su amigo común Max Brod. También, en Nórdica, conocimos el libro de Elias Canetti «El otro proceso» (1968), en el que analizaba estas misivas que dieron luz a la personalidad y obras del autor checo. En ellas se presumía un hombre enamorado con aversión al compromiso marital y de una inseguridad extrema. «Solo puedo decir que esas cartas han penetrado en mí como una verdadera vida, y ahora me resultan tan enigmáticas y tan familiares como si me pertenecieran para siempre», decía el pensador búlgaro en esa ocasión y palabras que hallamos ahora también en «Sobre Kafka» (traducción de Adan Kovacsics y Juan José del Solar).

A ello se le añade un material inédito: el contenido de unas notas de lectura en las que podemos conocer tanto asuntos introspectivos del que fuera Nobel en 1981 como reflexiones en torno a Kafka, cronológicamente anteriores y posteriores a «El otro proceso». De modo que aparte de aparecer el Kafka que usó sus angustias amatorias para volcarlas en su escritura, y después de sendos prólogos de Susanne Lüdemann e Ignacio Echevarría, vemos a un Canetti que ve a su objeto de estudio como a alguien que tiene inquietantes dudas habiendo nacido en su contexto concreto para la fe. Escribe: «Cada paso como huida ante la duda. (Kafka)», a lo largo de un libro que tiene a veces tono de aforismo: «Volverse poco claro a través de la claridad: el genio de Kafka», y en el que encontramos piezas tan llamativas como una conferencia donde se compara al autor praguense con Proust y Joyce. Un Kafka que Canetti ve en las antípodas de lo vanidoso y que ejerce en los lectores una transformación, pues «mientras lo leemos, nos volvemos buenos, pero sin enorgullecernos de ello»..

Lo mejor

Cómo intenta exponer a Kafka como la manifestación más esencial del siglo XX

Lo peor

Se necesita un lector que guste de textos fragmentarios y de contenido denso

«Cosecharás tempestades», de Donna Leon ★★★

Vuelve el comisario Brunetti: mucho divagar y poco misterio

La superventas Donna Leon recupera a su entrañable personaje, pero se olvida de crear una trama policial y lo abandona a su suerte

Por Lluís Fernández

Desde el espectacular debut de Donna Leon con «Muerte en la Fenice» (1992), el comisario veneciano Guido Brunetti ha conseguido un éxito sin precedentes, excepto en Italia, donde, por expreso deseo de la autora, no se han traducido sus novelas. Con esta última, «Cosecharás tempestades», ya son treinta y dos los títulos que componen la saga de Brunetti, en la que ya se evidencia la fatiga. La novelista norteamericana afincada desde 1981 en Venecia goza más con la descripción de la vida de la clase media de esa ciudad que con la intriga criminal.

Así, en las cien primeras páginas, Brunetti vaga, inmerso en sus pensamientos, por una Venecia sin turistas. La trama de misterio es circunstancial, como sobrevenida a mitad de esta «nouvelle» hinchada, aunque al lector de Donna Leon le resultará grato reencontrarse con este entrañable inspector que se complace en la bondad del ser humano y que se declara el marido perfecto. En su divagar mental se confiesa izquierdista, próximo a los revolucionarios de los 80, pero recuperado para la democracia gracias a la inteligencia natural de una madre campesina. Entre café y café, reflexiona sobre aquel turbio pasado y descubre una intriga política de esos tiempos que le permite resolver un caso de asesinato sin salir del centro de Venecia. Todo en esta obra es buenista y quizá los lectores se complazcan con sus divagaciones. Entre tanto, el misterio y la trama criminal brillan por su ausencia.

Lo mejor

El reencuentro con un viejo amigo, el comisario Brunetti, tan amable como bienintencionado

Lo peor

Y más evidente: la ausencia de una trama de intriga y misterio realmente interesante

«Una carpa bajo el cielo», de Liudmila Ulítskaya ★★★★

Liudmila Ulítskaya: ser antisoviéticos se paga, y duramente

La escritora, que suena con fuerza para el Nobel, describe la disidencia y la importancia d e la cultura para sobrevivir a la represión

Por Toni Montesinos

Un inicio brioso, simpático y doméstico, con un punto de humor, abre esta monumental novela de una autora que lleva más de un año viviendo en Berlín, donde se exilió en cuanto empezó la guerra de Ucrania. Hablamos de la rusa Ludmila Ulítskaya (1943), formada en el campo de la biología y premiada por sus libros (el año pasado recibió el Formentor, por ejemplo). Ese inicio de «La carpa verde» (traducción de Yulia Dobrovólskaya y Jose María Muñoz Rovira) nos lleva a una escena familiar que vive el sobresalto de una noticia que podría cambiar el devenir de la Unión Soviética: la muerte de Stalin.

Y no en balde, el objetivo de Ulítskaya es recrear los aspectos más llamativos de un país que reprimía a su población y donde los informantes de la KGB hicieron de las suyas de continuo. La novela parte de ese momento, marzo de 1953, y alcanzará el año 1996, con la muerte del poeta Joseph Brodsky, que había huido a Estados Unidos. Así, se cuenta las vidas de tres amigos desde la infancia: Iliá (futuro fotógrafo), Sania y Misha, estos últimos con vocación musical y poética. Será cuando lleguemos a la página 200 que descubramos la referencia a la carpa de circo por parte de otro de los personajes importantes del texto, Olga, sobre la que el narrador omnisciente ironiza por ser ejemplo de víctima de sugestión política: «¡Qué fácil y alegre era vivir como una buena niña soviética!».

El trío de amigos vivirá un interés por la literatura gracias a un maestro de escuela y eso les llevará también a conocer los intríngulis de la ciudad de Moscú, hasta que cada uno de ellos elige un camino universitario, se abre paso en la vida y crean familias o sufren desengaños amorosos. El texto aspira a ser una novela total, en la que la emigración tiene un peso notable y donde la actitud antisoviética se paga duramente, y lo hace con una brillante capacidad costumbrista.

Lo mejor

El hecho de que se trata de una novela coral que muestra la cotidianidad soviética

Lo peor

La gran extensión del libro puede abrumar al lector, si bien es un texto ágil

«Si no amaneciera», de Ayanta Barilli ★★★★

Carta de amor de una hija a su padre, Sánchez Dragó

Ayanta Barilli detalla la relación que existe entre los padres y las hijas en un libro que alude a los vínculos con el suyo, recientemente fallecido

Por Ángeles López

Un siglo contado en veinticuatro horas. Un viaje sin billete de retorno. Un vídeo que no debiera concluir jamás... porque cuando finalice, todo terminará. Porque el tiempo y la memoria se han vuelto una emboscada para el protagonista (todo lo vivo es lento). Cuando la pantalla engulla la última imagen, un padre y una hija habrán encontrado la única comunión posible: la del amor. La intrahistoria del libro nace de unas cintas que el ex marido de la autora grabó a la hija común, pero en el proceso de creación de Barilli se convirtió en una larga y anticipada carta de despedida al padre.

Unas páginas en las que se detecta el temblor de profecía autocumplida. Aunque puede la autora estar segura de que la belleza de su narrativa posee mucho capital de consolación. Un linimento poético frente a una hercúlea vida levantada contra el horizonte de la muerte. Aunque los seres mitológicos (todos los padres lo son) jamás mueren, permanecen «ad eternum». Un libro que se bebe con la misma lentitud con la que se disfruta la buena literatura. El lector deposita sus esperanzas en que no amanezca al igual que lo hace Barilli... pero siempre llega el alba. Y lo que el camino nos ha deparado es lo que llamamos literatura: un dolor sosegado que se va posando en el suelo de nuestro yo como un manto de hojas que el otoño va acomodando en la tierra húmeda y fértil. Ayanta, la luz funde el amor, pero el amor no se acaba cuando la luz se apaga... por eso tu literatura es tu camino de baldosas amarillas para seguir con Oisinoid. El padre.

Lo mejor

Las preguntas que se plantean a lo largo del libro, aunque no siempre se contesten

Lo peor

Lo peor es sobre lo que reflexiona la novela: la certeza de que siempre llega la muerte