Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

'Matadero de reputaciones': Un bestiario de cancelados, de Pablo Motos a Woody Allen

Julio Valdeón testimonia la trayectoria de los procesos canceladores que, en contra de lo que suele pensarse, nacieron en China a comienzos de los 2000 con el llamado renrou sousuo o 'búsqueda de carne humana'
Julio Valdeón, autor de 'Matadero de reputaciones'
Julio Valdeón, autor de 'Matadero de reputaciones'La Esfera de los Libros
La Razón

Creada:

Última actualización:

El periodista Julio Valdeón acaba de publicar un nuevo ensayo con la editorial La esfera de los libros: se trata de una recopilación de sus columnas sobre las cancelaciones y sus víctimas escritas en LA RAZÓN y en El Mundo. Son 44 ejemplos reales, mediáticos en su mayor parte, de artistas, profesores, intelectuales y políticos a los que la caza de brujas woke ha matado civilmente, o al menos lo ha intentado: de Pablo Motos a Woody Allen, pasando por los casos de Anónimo García, Plácido Domingo, Rita Barberá o Kevin Spacey.
Como dice José María Albert de Paco en el epílogo: "Se trata de un inventario urgente de viejas y nuevas cancelaciones, donde Valdeón deja constancia de que la cancelación es una lacra realmente existente", por mucho que el Joaquín Reyes de turno declare que la cultura de la cancelación es un bulo.
'Matadero de reputaciones' está encabezado por un interesante y extenso prólogo en el que Valdeón testimonia la trayectoria de los procesos canceladores que, en contra de lo que suele pensarse, nacieron en China a comienzos de los 2000 con el llamado renrou sousuo o 'búsqueda de carne humana', y no en Estados Unidos, donde el autor, que estuvo allí viviendo, presenció in situ como el país de la libertad asumía las peores tesis de este fenómeno que produjo "el descarrilamiento cognitivo, estético y moral de la izquierda".
"Nosotros, en principio, tenemos una cierta protección: las sociedades católicas, mediterráneas, tienen un componente más laxo a la hora de juzgar al prójimo. El puritanismo o protestantismo que impregna la sociedad de EEUU es más proclive a esta caza de brujas", asegura el autor sobre la importación del fenómeno a España, un país donde "pensábamos que era imposible que nos contagiáramos de esta locura; pero, sin llegar al paroxismo yanqui, ha habido pánicos morales muy importantes como el caso de La Manada y Anónimo García: una parodia de la que su autor resulta condenado ¡por tortura!".
-Escribes que aquí, en España, a los reaccionarios sólo los combaten los reaccionarios: ¿te refieres a la famosa batalla cultural?
-Sí. Está bien que se les de la batalla, pero igual que creo que el nacionalismo no se combate con más nacionalismo de signo contrario, opino que a la superchería y la reacción no hay que combatirlas con lo mismo al otro lado del espectro. Desde el ámbito racional, ilustrado y humanista me gustaría que se alzaran voces. La derecha se cree que basta con gestionar, y cualquiera que se posicione políticamente va a perder apoyos. Cuando dan la batalla por ti, te achican el espacio, por culpa de la incomparecencia de quienes deberían estar peleando.
-¿Cabe la redención después de la cancelación?
-Es complicado. Ahí está el caso de Woody Allen. Su editorial americana le boicotea con sus memorias, y sus películas ya no se estrenan allí. Está sentenciado. Es cierto que mi libro se fija sobre todo en casos muy conocidos. Esos personajes, por mucho que se les machaquen en su vida profesional, tienen la vida hecha; tú no puedes acabar con el legado de Woody Allen... Pero hay tantos periodistas jóvenes, becarios en departamentos universitario, ente que ha sido arrollada por esta ola y de los que nadie sabe nada; ellos si lo van a tener muy complicado para salir a flote.
-¿Consideras alguna cancelación justa o merecida?
Creo que no. Cancelar... Un hijo de puta reconocido como Cèline. ¿Enterramos su obra? ¿que los niños ya no puedan leerlo? ¿Lo quemamos? ¿Hasta dónde llegamos? Creo que es muy importante defender los instrumentos del estado de derecho para que si alguien cometa un deltito pague por ese delito pero ni un centímetro más
-¿Acaso no pinta todo esto como una Revolución Francesa, en la que los grandes inquisidores, a lo Robespierre, acabarán pasando por la guillotina?
-Sí, en España ya hemos visto algún caso, como el de Peio Riaño, que alentaba caza contra otros, y la bestia se volvió contra él. El problema de las máquinas de picar carne es que acaban siendo autónomas, y necesitan de nuevas víctimas. Esas dinámicas son muy complicadas de parar, de controlar, una vez que se ponen en marcha.
-¿Y por qué hacer de abogado del diablo?
-Una de las conquistas civilizatorias más importantes ha sido la defensa de la presunción de inocencia y la exigencia de que los ciudadanos acusados tengan derecho a un juicio por si hubiera indicios suficientes para abrir un juicio, y no ante un tribunal popular.
Portada del libro 'Matadero de reputaciones'
Portada del libro 'Matadero de reputaciones'La Esfera de los Libros
Uno de los casos de cancelación que trata Valdeón en 'Matadero de reputaciones' es el de Juan Ollé, actor y director de teatro, fundador de Dagoll Dagom y profesor del Institut de Teatre. En 2021, doce alumnas lo acusaron, en un reportaje publicado en Ara, de abuso de poder y acoso sexual. Unas acusaciones tan ridículas como que el tipo era tan sugestivo que una de ellas acabó dejando a su novio para salir con el profesor. Se vio obligado a jubilarse, pese a que el propio teatro descartó una investigación interna y a que la Fiscalía de Barcelona no quiso ni entrar. Año y medio después de la insustanciada acusación, Ollé murió de un infarto, ajusticiado, y abandonado por todos.
Dos apuntes importantes del autor al respecto: 1. "Las cancelaciones eluden el motivo por el que realmente se va contra alguien. El caso de Juan Ollé es que iba contra el nacionalismo catalán. A veces da la sensación de que hay ajustes de cuentas que van más allá". Y 2. "Pocas cancelaciones hay menos reversibles que las derivadas de la muerte, y no precisamente civil".