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Massive Attack: el primer disco en ADN o... ¿la última broma de Banksy?

Cuando Del Naja tocaba en Los Ángeles, día arriba día abajo, un graffiti de Banksy venía al mundo entre aplausos del mismo mundillo del arte que se desencajó la mandíbula de asombro con la última «subasta-perfomance» de Sotheby's.

Massive Attack
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Existe una teoría, o simplemente una leyenda urbana, como ustedes prefieran, que identifica al graffitero más escurridizo y millonario de todos los tiempos, Banksy, con el líder de la banda Massive Attack, Robert Del Naja.

Existe una teoría, o simplemente una leyenda urbana, como ustedes prefieran, que identifica al graffitero más escurridizo y millonario de todos los tiempos, Banksy, con el líder de la banda Massive Attack, Robert Del Naja. En el lado semi fundamentado de la cosa cae una investigación de un periodista escocés que cruzó datos de las giras del grupo de Bristol con la aparición de murales del artista de la misma ciudad y, en resumen, la cosa medio cuadraba: cuando Del Naja tocaba en Los Ángeles, día arriba día abajo, un graffiti de Banksy venía al mundo entre aplausos del mismo mundillo del arte que se desencajó la mandíbula de asombro con la última «subasta-perfomance» de Sotheby's. En la parte de la leyenda pueden poner todo lo que les venga en gana, pues a día de hoy Del Naja tiene tantos puntos para ser Banksy como usted o yo. Nada es seguro cuando se habla del graffitero, excepto que gana una barbaridad de dinero. Ahora bien, si Del Naja es Banksy, la nueva idea promocional de Massive Attack es una broma infinita con respecto a su leyenda urbana. Y es que la banda ha decidido conmemorar los 20 años de su disco «Mezzanine», emblema del trip-hop, lanzando una versión en ADN (sic) del mismo. Ni vinilo ni CD ni «leche migá». ADN, ácido desoxirribonucleico, como el que traemos todos al nacer. Es decir, con ayuda de unos científicos suizos, han codificado sus canciones en secuencias genéticas (que, si desean saberlo, son del tipo A, C, G, T) para luego dividirlas en 920.000 hebras cortas de ADN que acabarán enlatadas en un aerosol. Y aquí es donde volvemos a Banksy, el rey universal del spray. El disco de Massive Attack no se podrá, propiamente dicho, escuchar, pero sí airear o espolvorear como si de un graffitti se tratara. «Es una forma interesante de vandalizar tu antiguo catálogo, aunque es poco probable que la pintura en aerosol codificada por ADN sea adoptada por artistas callejeros que buscan el anonimato», ironiza Del Naja en un comunicado de la banda. La idea del disco en formato ADN es tan loca que, si ciertamente Banksy no es Del Naja, estará rabiando de envidia por no habérsele ocurrido antes. Él solo (¡solo!) ha logrado que una obra que se vendió por 1,2 millones de euros costara al día siguiente 2,6 gracias a una trituradora que colocó en su interior y que rajó a «La chica del globo» (aunque solo a medias, porque al ingenio le dio por fallar en el momento cumbre) apenas subastada. Además, añadan a eso el impagable placer de oírse llamar genio del siglo XXI repetidas veces por haber creado, destruyéndola, una obra nueva, distinta del original. Bien visto, lo del ADN de Massive Attack se queda en paños menores.