La mujer que demandó a Bob Dylan “fue abducida por extraterrestres”, según su abogado

Los abogados de Bob Dylan han contestado ya a la demanda planteada contra el cantante por supuestos abusos sexuales por unos hechos ocurridos en 1965 y que una mujer, cuyas iniciales son J. C. planteó en su contra el pasado verano. En ella, la demandante acusaba al compositor de haber utilizado su estatus para ganarse su confianza como parte de un plan para asaltarla y abusar sexualmente de ella, con el agravante de que la víctima apenas contaba con 12 años de edad. Los abogados del artista, en su contestación jurídica a la demanda, califican la demanda de “estafa” e “intento de extorsión” para lograr una indemnización que entierre el asunto. El calendario público del artista en aquel año cuestiona que los hechos tuvieran lugar.

Según el relato de los hechos que ha presentado el letrado que representa al cantante, Daniel Isaac, los pasos de Dylan en aquel año pueden rastrearse fácilmente simplemente atendiendo a actos públicos en los que el artista estaba presente. Aquel año, estaba de gira en Inglaterra, luego pasó a Los Ángeles, volvió a Londres y regresó a EE UU. Su paso por Nueva York fue de apenas unos días y los presuntos abusos tuvieron lugar, de acuerdo con la denuncia, en el famoso Chelsea Hotel.

En declaraciones a la revista “Rolling Stone”, el letrado de Dylan apunta a unas supuestas intenciones espúreas de la denunciante: “El caso, basado en presuntas interacciones de la demandante con el señor Dylan hace más de 56 años, es una descarada estafa disfrazada de demanda. Se ha presentado con mala fe con intención de obtener una fuerte suma bajo la amenaza de publicidad negativa. La acusación es falsa, maliciosa, imprudente y difamatoria. El Sr. Dylan no será extorsionado”.

Asimismo, el contraataque se basa en minar la credibilidad de la denunciante, cuya identidad no ha sido revelada. Según el letrado, “ésta habría afirmado en el pasado haber sido secuestrada por extraterrestres” y además se dedica a ejercer de médium” cobrando una tarifa a personas a cambio de que puedan contactar con familiares fallecidos. Añadió que también “habla con gatos, perros y otros animales, vivos o muertos, así como insectos y plantas”. El abogado de la acusación defendió la profesión de su clienta asegurando que “la mitad de los estadounidenses creen en estas capacidades”.