Música

Morat: “Estamos cansados de ser tan complacientes con nuestros fans”

El grupo colombiano publica «Si ayer fuera hoy» y se prepara para enfrentarse a un WiZink Center de Madrid lleno

El grupo colombiano Morat
El grupo colombiano MoratLa Raz

Todo empezó en un local con las estrecheces de donde nos sentamos para charlar. Es en El Intruso, en la calle Augusto Figueroa, de Madrid, uno de los pequeños e imprescindibles escenarios de la ciudad y uno de los templos de la noche madrileña. Cuando eran unos completos desconocidos, hace unos seis años, los colombianos Morat se subieron al escenario donde se sientan ahora apretujados a hablar de su cuarto disco, «Si ayer fuera hoy» (Universal), un trabajo que se publica hoy y que celebrarán el martes con toda su parroquia madrileña en un WiZink Center sin entradas a la venta. «Todo empezó aquí. Nuestro sueño dio los primeros pasos en esta ciudad. Nos sentimos en casa», dice Juan Pablo Isaza.

Decir que se sienten acogidos en Madrid no es la típica fórmula de cortesía. «Para nada. Durante años, hemos venido a actuar en la Riviera, en el Teatro Barceló, en el WiZink en formato reducido... Siempre nos alojábamos en el mismo sitio, en Tirso de Molina, y nos encantaba volver, porque conocíamos a Tomás, el del bar de la esquina y a Cristina, de la tienda de enfrente. Fruto de todos esos años es que gran parte de nuestro equipo, que es nuestra familia, es español», apunta Simón Vargas. A todos los efectos, Morat se comportaron como una banda local que va subiendo los peldaños de los distintos aforos hasta llegar al gran templo de la ciudad.

Por la paz en Colombia

Su nuevo trabajo tiene un color triste, mucho de desamor. «Tenemos 28 o 29 años y a esta edad el amor no nos produce una conformidad absoluta. Tenemos nuestras relaciones, pero vivimos el amor con mezcla de sentimientos», admite Isaza. «Pero estamos muy orgullosos de que en este disco hemos podido hacer dos canciones que no hablan de amor, algo de lo que no nos sentíamos capaces, porque nos quedaban las letras cursis. Nos sentíamos como un libro de autoayuda o un anuncio de televisión», añade Vargas. Sin embargo, el cuarteto discrepa del adjetivo «triste»: «Diría que nuestra música es más bien ‘’happysad’'. Y en directo, es más bien una relación catártica», tercia Juan Pablo Villamil. Las canciones en cuestión que no hablan de amor son «Valen más», que trata de «desmentir toda la falsa perfección de las redes, los filtros y todo eso. Decirle a la gente que no hace falta compararse con todo el mundo y que es conveniente apagar el teléfono y dedicarse a uno», explica Vargas. La segunda, «Las cometas siempre vuelan en agosto», trata de la realidad de Colombia, de una situación política que trata de dejar atrás la violencia: «Hay muchos ideales y muchas ganas, hay esperanza. Pero la realidad es que por la forma que nuestro país ha vivido la violencia, está metida en la institucionalidad misma. En la corrupción, en la manera en que se gobierna –señala Isaza–. Nosotros tratamos de aportar algo defendiendo la educación». «El problema es que los rendimientos de la educación no se ven de un día para otro y no hay incentivos para invertir. A nadie le votan por los resultados de dentro de 30 años», lamenta Vargas.

«En Colombia, la violencia entró en las instituciones. hace falta educación y varias generaciones»

Aunque su relación sea especial con Madrid, la canción que más repercusión ha tenido recientemente es «París», que interpretan junto al rapero Duki y que ha introducido un sonido urbano nuevo. «La gente se incomodó, pero era el propósito. Estamos cansados de ser tan complacientes. Hasta ahora, lo que nuestros fans querían de nosotros era lo que les hemos dado exactamente». Los Morat han compuesto algún reguetón para terceros, aunque no piensan en hacer una canción de ese estilo: «Admito que escribir la canción que ‘’se pega’' en las discotecas es lo más grande que hay. Cuando uno ve que la gente está perreando y emborrachándose con su canción, eso es un sentimiento increíble. Pero no lo cambiamos por el WiZink».