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María de Medeiros y Alfonso Vilallonga protagonizan un desenfadado espectáculo de teatro musical

La Razón
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Más que un cabaret de cine, que así es como se presentaba esta nueva entrega del ciclo "En compañía"en el Teatro Fernán Gómez, lo de María de Medeiros y Alfonso Vilallonga fue una reivindicación del teatro musical, dialogando a través de las canciones, con la coartada cinematográfica como excusa puntual, pero sobre todo con una complicidad interpretativa en la que el compositor catalán se recreó en el lado canalla, mientras que la portuguesa hizo valer su conocida sensualidad, pero también el gusto por el vodevil y, especialmente, una sorprendente capacidad para manejarse en géneros diversos.

Vilallonga, ganador del Goya a la mejor banda sonora por su trabajo en "Blancanieves", actuó desde el principio como el juglar que viene siendo desde hace años, arrancándose con "Vengo de lejos", de su álbum "Libérame"(2009), para de inmediato ejercer como maestro de ceremonias -uno de sus roles favoritos- y dar paso a una María de Medeiros que se mostró con una mezcla de fragilidad y arrebato. Esa premeditada búsqueda de los contrastes marcó el devenir de la velada, no siempre con el mismo nivel de acierto, pero sí convirtiendo el espectáculo en una divertida celebración en la que sus protagonistas entregaron unas cuantas escenas entre el costumbrismo y el absurdo.

Dos horas que fueron un carrusel de estilos, rubricados por el más que solvente trabajo del cuarteto de acompañamiento (contrabajo, guitarra, piano y percusión): jazz, samba, rock, canción de autor, blues, un apunte de flamenco por aquí, un toque porteño por allá. A veces en solitario, pero fundamentalmente a dúo, recuperando el gusto por la 'chanson' en "Toutes les choses", que Vilallonga firmó en su día para la banda sonora de "Cosas que nunca te dije", de Isabel Coixet, o recordando aquel tema ("Noche") que la autora del aún reciente "Pájaros eternos"empezó a pensar en Madrid cuando rodaba "Airbag"a las órdenes de Juanma Bajo Ulloa.

El cine, decíamos, como mínimo hilo argumental, girando a un lado con agilidad trotona -como en "Paisajes equivocados"o "Corazón lengua", con la acidez habitual en el autor de "The end of and era"- y regresando a la vía principal para que la inolvidable Fabienne de "Pulp fiction"diera cuenta de su versatilidad: melancolía en "Diz que é fado", intensidad en "Melancolía"-reinterpretando a Chico Buarque- y la dulzura de siempre en "The cougar song". Hubo momentos para acordarse de Nino Rota, Alberto Moravia, Charles Trenet, Edith Piaf, Jacques Brel o Kurt Weill, pero más allá de los nombres queda el espíritu burlón y liberador que dominó este cabaret más peliculero que cinematográfico.

"Un cabaret de cine". María de Medeiros y Alfonso Vilallonga. Teatro Fernán Gómez (Madrid)