Whitney Houston: la noche más oscura sin fans ni prensa
La cantante compartía excusas bañadas en sentido del humor: «Mi amiga la soprano no quiere venir»


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La actuación de la que vamos a hablar no fue vista (que se sepa) por ningún fan al uso ni por ningún periodista musical. Tuvo lugar en Barcelona, en el Auditorio del Parc del Fórum, ante una audiencia de ejecutivos de Toyota de todo el planeta que iban a celebrar sus enormes beneficios empresariales escuchando a la mayor diva pop de los noventa. El problema es que ellos la recordaban radiante, pero la estrella bajaba ya sin frenos por la pendiente del crack. Cuando Houston saltó al escenario, algunos ni siquiera la reconocieron. Al ponerse a cantar seguían sin estar seguros de que fuera ella.
El show se celebró a finales de febrero de 2005 y no existe testimonio filmado ni grabado. Sabemos que sucedió porque algún empleado contó los detalles y el boca-oreja fue haciendo el resto. Así me lo contaron, cinco meses después, cuando asistí al festival Primavera Sound, que se celebra en el mismo recinto: «Los empleados de Toyota no eran especialmente aficionados a la música, así que tenían la imagen de Whitney en su esplendor, digamos la portada del primer álbum o la etapa de “El guardaespaldas”. Cuando vieron salir a aquel espectro lastimoso no sabían cómo reaccionar».
Lo que queda de la visita relámpago de Houston a Barcelona es una foto, tomada en el aeropuerto de El Prat, donde la diva aparece muy demacrada, con melena estropajosa y la mirada perdida. Fue reproducida en periódicos de medio mundo. Seguramente muchos viajeros tampoco la reconociesen. El episodio anterior al concierto de Barcelona fue infernal, como recogía la agencia EFE: «Aeropuertos de París (ADP) indicó que Whitney Houston viajaba en un avión de American Airlines procedente de Los Ángeles y se sintió mal durante el vuelo. Cuando aterrizó en París, la cantante fue atendida por una unidad del servicio de urgencia del aeropuerto Charles de Gaulle». Ante el extremo cansancio de Houston, trajeron una silla de ruedas con la que trasladarla al hospital estadounidense de Neully, en las afueras de París, donde la trataron de una supuesta gastroenteritis. Después de eso llegó a Barcelona.
¿Cómo era un mal concierto de Houston? Realmente malo. En 2010 ofreció un recital muy recordado en Londres, donde desafinó a discreción y se mostró incapaz de llegar a los registros más altos de la emblemática «I will always love you». Fue en este himno fallido cuando los espectadores empezaron a abandonar el recinto, a pesar de haber pagado cerca de cien euros y de que muchos llevaban esperándola más de una década, ya que su última visita a la ciudad fue en 1999. Houston compartía excusas bañadas en sentido del humor: «Mi amiga la soprano no quiere venir. A veces canta, pero no esta noche. Se está volviendo un poco…temperamental». También echó la culpa al sistema de refrigeración: «Apagad el aire acondicionado, lo noto, se me lleva a la soprano», pedía ante un público decepcionado. En Brisbane, Australia, un grupo amplio de fans pidieron la devolución del importe de la entrada.
El inicio de su caída
¿Qué pensarían los ejecutivos de Toyota al verla medio destruida cuando aún no era conocido su calvario personal? En 2005 todavía no se había divorciado de Bobby Brown, su marido maltratador, ni se había puesto de moda titular las crónicas de sus conciertos con la frase «Houston, tenemos un problema». Tampoco se había emitido la entrevista con Oprah Winfrey donde explicó con detalle todo su calvario, un 14 de septiembre de 2009. Ese día, la cantante confesó su adicción a las drogas desde 1991 y la dependencia de su exmarido.
A mediados de los dosmiles, Houston todavía vivía en la mente de muchas personas como la estrella invencible que había despachado 170 millones de discos y recogido más de 400 galardones de la industria.
Fallecida en 2012, hoy sigue girando en formato holograma, sin fallar ninguna noche sus mejores gorgoritos, y sin decepcionar nunca al público por su aspecto. «A veces me drogaba y me olvidaba de que era una estrella de la músic», le dijo Whitney a Oprah durante la entrevista. Es probable que la música no la olvide nunca a ella: por encima de Oasis, Nirvana y Red Hot Chili Peppers, los años noventa fueron de Whitney y la eternidad también.