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Publica «La Gran Guerra», una monografía donde defiende el papel que desempeñaron los oficiales y acusa a los políticos de la catástrofe

Las trincheras se convirtieron en la tumba de miles de soldados
Las trincheras se convirtieron en la tumba de miles de soldadoslarazon

La Primera Guerra Mundial ha dejado en la memoria el recuerdo de una contienda inútil y cruel que no resolvió ningún problema internacional y sembró la semilla de otros conflictos posteriores. Una masacre que dejó en los campos de batalla la cifra de 9.722.00 soldados y 950.000 civiles (más otros 5.893.00 inocentes que murieron como consecuencia directa del hambre y las enfermedades relacionadas con el conflicto). El enfrentamiento devastó naciones, hundió imperios, horadó la supremacía europea para siempre, acabó con dinastías monárquicas que se habían perpetuado durante siglos y convirtió las trincheras en una leyenda infausta. Al terminar las batallas, el mundo culpó de esa locura a los generales, pero Peter Hart discrepa de esa idea en «La gran guerra» y culpa a Alemania de lo que sucedió en el Viejo Continente entre 1914 y 1918.

-Asegura que la historia militar de la Primera Guerra Mundial está tergiversada.

-Sí, ha sido tergiversada. Cualquier guerra es una tragedia humana de dimensiones gigantescas. Pero la gente culpa, en esta ocasión, a los generales, y ellos no tuvieron la responsabilidad del conflicto. Los líderes mundiales de ese momento fueron los responsables. Todos los países tenían una agenda que incluía la adquisición de colonias, pero no existían las suficientes para todos ni todas las naciones podían ser las primeras potencias económicas. Entonces se decide resolverlo a través de la guerra. Todos sabían lo que hacían: los rusos, los austrohúngaros... Todos querían lo que querían. Pero en Gran Bretaña nos gusta pensar que existía una manera fácil de ganar la guerra y que nuestros generales nos decepcionaron.

-¿Quiénes son entonces los culpables?

-Los diplomáticos alemanes. El mando alemán, a todos niveles, es responsable. Es cierto que los rusos y los franceses estaban más que encantados con colaborar con la guerra, y, aunque a los ingleses no les gustaba la idea, no podían tampoco hacer nada para evitarla. Fue un fracaso de la clase política lo que condujo a la guerra, y de los generales alemanes, que estaban detrás de los políticos de su país.

-¿Por qué murieron tantos soldados? ¿Qué falló en los altos mandos?

-Se afirma que lo que hicieron los generales fue inútil. Y a veces lo fue, pero hay que tener en cuenta que los militares estaban intentando resolver un problema militar terrible y sin ninguna solución: había trincheras, ametralladoras, artillería. Hubo una curva de aprendizaje en los dos bandos. Hay quien asegura que los alemanes aprendían más rápido, pero ellos sólo defendían. Los aliados eran los que tenían que atacar, que es lo más difícil. Y los políticos también decidían en los ataques. Además, cuando algo salía bien o mal, los generales no podían saber por qué. Entonces no había radio, el teléfono apenas funcionaba y los mandos no tenían ni idea de lo que pasaba en el frente. Si se desplazaban a mirar, resulta que nadie podía encontrarlos y se producía un vacío de poder. Tenían que quedarse en los cuarteles. Por eso no sabían por qué una acción había salido bien o mal.

-Alemania jamás podía ganar.

-Los alemanes sólo atacaron en 1914. Fue la única oportunidad de la que dispusieron para ganar la guerra y acabó con la batalla del Marne. Joffre, el oficial francés, lo hizo brillantemente. Era tranquilo, firme, controlaba la situación, y aunque parecía que los alemanes estaban a punto de ganar, no era cierto. Sobre todo cuando los rusos son movilizados. El segundo ataque ocurrió en Verdún, bastante más horrible. Se produjo una matanza. Los alemanes pretendían llevar a los franceses a una trituradora, porque Francia no podía perder esta ciudad. Los alemanes querían machacarlos con artillería, pero acabaron sufriendo tantas bajas como sus enemigos. Y jamás iban a ganar la guerra con Verdún. Ni tampoco después. Pero mucha gente murió para poder demostrar eso.

-Entonces, la responsabilidad recaía en los mandos medios. ¿Cómo se comportaron los sargentos, capitanes...?

-Estos oficiales son vitales en la guerra. Algunos comandantes fallaron, pero los sargentos fueron en general efectivos. Ellos son la roca sobre la que se asienta cualquier ejército. Los altos mandos alemanes tenían más costumbre de delegar en oficiales medios; los británicos, no; pero aprendieron. Y a muchos se los ascendió, más que nada porque el anterior en el cargo era asesinado. En dos años podías escalar por todo el rango militar. Eso planteó una cuestión: los oficiales nuevos que sustituían a los veteranos carecían de su experiencia. El Ejército británico no perdió tantos comandantes veteranos, pero sí muchos soldados profesionales. Así que se podía decir que era un ejército «amateur» de verdad, que tenía que aprender, y tardaron. Con EE UU sucedía lo mismo. Los alemanes y los franceses resultaban más profesionales y poseían un ejército más continental. No son «amateurs», pero en 1917 y 1918 las bajas son tales que comienzan a perder esa capa de experiencia de oficiales experimentados. Desde el comienzo se ve en los dos bandos cómo los soldados veteranos mueren. Al final, el ejército resultaba cada vez más joven.

-¿Qué armas fueron más letales?

-Las matanzas y atrocidades son reales, pero me resulta difícil explicar a la gente por qué el gas se considera peor que los explosivos. Si estalla una bomba aquí moriríamos todos. Con el gas podrías ponerte una máscara o, sencillamente, mueres 30 años después de una neumonía. Las bajas que causó no supera el 1 por ciento. Pero si te pones una máscara de gas no podías ver porque se empañaba, no oyes y si estas cargando obuses, te quedas sin aliento. Al final, cuando lanzaban gas no era para intentar matarte, sino para evitar que se pudiera disparar en la tierra de nadie. Y los lanzallamas resultaban inútiles... estas armas no eran el problema. El 86 por ciento de las bajas se producen por la artillería. Eso es lo que produce las matanzas.

-¿Cuáles han sido las consecuencias de la guerra del 14?

-Alemania fue aplastada y eso promocionó y proporcionó a Hitler y al nazismo la excusa para crecer. La Segunda Guerra Mundial no fue inevitable, pero ocurrió. También fue responsable del auge del comunismo en Rusia, y porque los aliados atacaron a Rusia en 1919, y eso llevó a Rusia a desarrollar un régimen vicioso y comunista que ya era un imperio agresivo, lo que tuvo consecuencias durante el siglo XX. Tampoco ayudó en los Balcanes, que ya estaban en una situación terrible y la caída del Imperio Otomano nos ha llevado a los problemas que conocemos hoy en Oriente Medio. Las divisiones de las fronteras en Iraq, Israel, Palestina, Siria fueron intentos de resolver los deseos en conflicto de todos esos países, pero no tuvieron éxito. Los británicos y franceses sí consiguieron algunos objetivos que se propusieron, pero la verdad es que el esfuerzo económico y militar los dejó exhaustos. Y la cuestión es que la Gran Guerra no fue inevitable.