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Literatura

Vigo

Rupi Kaur: conquistar poéticamente el mundo desde Instagram

Llega a España «El sol y sus flores», el segundo libro de la más famosa de las «instapoets», que ha vendido ya más de cuatro millones largos de ejemplares en todo el mundo y lidera las listas de los más vendidos.

Kaur, en una imagen tomada para la promoción de su segundo libro, «El sol y sus flores». Foto: Nabil Shah
Kaur, en una imagen tomada para la promoción de su segundo libro, «El sol y sus flores». Foto: Nabil Shahlarazon

Llega a España «El sol y sus flores», el segundo libro de la más famosa de las «instapoets», que ha vendido ya más de cuatro millones largos de ejemplares en todo el mundo y lidera las listas de los más vendidos.

¿Una poeta en la sección de estilo del «New York Times»? ¿Y en el «Tonight Show» de Jimmy Fallon? Y, quizá lo más insólito, ¿una que vende cerca de cinco millones de ejemplares, lidera durante un año la lista de los más vendidos y es traducida a treinta idiomas? Existe, tiene solo 25 años y se llama Rupi Kaur. Instagram la elevó a lo cielos y las editoriales de todo el mundo la consagraron como líder de los millennials. Ahora, sus dos colecciones de poemas, «Otras maneras de usar la boca» y el muy esperado «El sol y sus flores», llegan a España traducidos por Elvira Sastre y publicados por Seix Barral. Los «instapoets» –sí, hay un término para referirse a los poetas de Instagram– se han multiplicado en los últimos años y, en su mayoría, venden en cantidades que escritores consagrados envidiarían. El ejemplo más parecido a Kaur en España es quizá Defreds, también famoso en el mundo digital antes de pasar al papel. Pero sus números no se comparan: a este chico de Vigo le siguen 500 mil personas en Instagram y sus libros venden unas cincuenta mil copias; nada mal, excepto que Kaur se mueve entre cifras millonarias, tanto en seguidores como en ventas.

Ahora, la pregunta obligada: ¿su éxito rotundo la avala o, más bien, le resta credibilidad? La propia autora comentaba este «dilema» en una entrevista reciente: «Instagram ha hecho que mi trabajo sea muy accesible y me permitió crear una base de lectores. Pero siento que dentro del mundo literario eso tiene su lado negativo porque llevo esa etiqueta y, por alguna razón, ello implica que no soy una fuente literaria creíble». Desde luego su éxito también ha llegado con una buena dosis de críticas. El estilo de Kaur es reconocible: frases cortas, verso libre y temas como las rupturas y el amor. Por ejemplo: «Podría ser cualquier cosa / del mundo / pero quise ser tuya», de «El sol y sus flores». O «Acéptate a ti misma / tal y como fuiste creada». Caldo de cultivo para burlas que circulan «online», como «Entiendo / por qué el guacamole es / súper / es porque / tú / nunca fuiste / suficiente». La propia Kaur ha explicado que en su opinión sus versos, lejos de ser simples, son «como un melocotón, debes quitarlo todo para llegar a la semilla».

«Su misoginia se derrama»

En todo caso, sus palabras resuenan en millones de personas, en particular en mujeres jóvenes de todas las etnias y nacionalidades que ven en ella una voz accesible, que dice lo que muchas están pensando y quizá comenten los viernes por la noche, entre copas de vino, con sus amigas. De hecho, su fama despegó realmente en 2015 cuando publicó en Instagram una imagen tomada por su hermana en la que se la ve acostada de lado, dando la espalda a la cámara y con los pantalones manchados de sangre en la ingle. La red social retiró la imagen de su perfil y Kaur, furiosa, denunció la censura en otras plataformas, como Facebook. «Su misoginia se derrama. Mi vientre es el hogar de lo divino. Una fuente de vida para nuestra especie», escribió. Su número de seguidores se disparó.

En «Otras maneras de usar la boca», que ella misma había publicado a través de Amazon menos de un año antes, Kaur ya había escrito: «Aparentemente no es elegante por mi parte / mencionar mi regla en público / porque la biología de mi cuerpo hoy en día es demasiado real / está mejor vender lo que hay / entre las piernas de una mujer / que mencionar / su funcionamiento interno».

Lo femenino está muy presente en sus poemas, en forma de corazones, abejas y flores, pero también en palabras acertadas sobre lo que significa ser mujer, tanto en lo bueno como en lo malo. Se trata de un feminismo declarado pero no radical. A diferencia de lo que ha sucedido en muchos casos con el #MeToo, Kaur reivindica la igualdad de la mujer sin victimizarla ni endiosarla y sin mandar a todos los hombres a la hoguera. Las suyas son mujeres femeninas y fuertes –conceptos no mutuamente excluyentes, ojo– que se enamoran de otros pero también guardan amor para sí mismas. Además, son de piel oscura y rasgos asiáticos, como la propia escritora, que hace alarde de una belleza menos convencional (otro tema muy popular en Instagram durante los últimos años). «Mi problema con lo que se considera bello / es que su concepto de belleza / se centra en excluir a gente / encuentro belleza en el pelo / cuando una mujer lo tiene / como un jardín en su piel /ésa es la definición de belleza / narices corvas y grandes /señalando al cielo / como si se levantaran / para la ocasión / piel del color de la tierra / en la que mis antepasados plantaron maíz / para alimentar a un linaje de mujeres con / muslos gruesos como los troncos de los árboles / ojos como almendras / cubiertos de profunda convicción».

Sus metáforas suelen estar relacionadas con el agua y la miel (en inglés, su primer libro se titula «Milk and Honey», es decir, leche y miel), y en muchos casos se inspiran en la cultura del Punjab y en el sijismo, que Kaur ha estudiado y practica. Otra de sus referencias es la pintora india Amrita Sher-Gil, que retrataba a las mujeres de su sociedad de manera «valiente y real», en palabras de Kaur, y que, como ella, se crió entre la India y el mundo occidental. Siguiendo el estilo de «Otras maneras de usar la boca», su nuevo libro, con el que ha estado de gira por el mundo como toda una rock star, se divide en secciones que siguen el ciclo de vida de las flores –marchitarse, caer, arraigar, levantarse, florecer– y se lee casi como una novela de ruptura, desarraigo, segundo enamoramiento y amor propio.

Shock cultural

Como hija de inmigrantes, explora la soledad y el shock cultural que sufrieron sus padres al dejar su país y mudarse una y otra vez a distintas ciudades de Canadá según les obligara el trabajo de su padre, que era conductor de camiones. La enorme diferencia entre la cultura de su hogar y la que la rodeaba en Toronto, donde se instaló su familia cuando ella era adolescente, sobre todo en lo que a la mujer se refiere, está también presente en su escritura. En un poema titulado «Consejos que le habría dado a mi madre el día de su boda», escribe: «No importa cuántas veces saque el tema su familia / no abortes solo porque yo sea niña / encierra a sus familiares y trágate la llave / él no te odiará». Lo mismo que la sensación de desarraigo: «Puede que todos seamos inmigrantes / cambiando una casa por otra / primero dejamos el útero por el aire / después los suburbios por una ciudad mugrienta / buscando una vida mejor / resulta que algunos de nosotros dejamos países enteros».

Amiga de Dua Lipa y Emma Watson, retratada junto a Gloria Steinem en la Semana de la Moda de Nueva York –donde encaja a la perfección con su peinado predilecto, una larga trenza que le baja por el hombro, y su estilo elegante pero desenfadado– y un perfil de Instagram que parece diseñado por un comisario de arte, Rupi Kaur es un producto de su época, incluso en su manera de escribir: concisa, directa, accesible y universal. Como aseguraba la revista «The Cut» en un reciente perfil suyo: «Ella es, profunda y realmente, una poeta de Instagram».

Pinceles y recomendaciones

Sus poemas, por lo general cortos y de tono confesional, suelen estar acompañados de ilustraciones de la propia Kaur (arriba, uno del libro «El sol y sus flores»). De hecho, mucho antes de aprender a escribir esta joven nacida en Panyab y criada en Canadá comenzó a dibujar con un juego de pinceles que le ofreció su madre. La niña, recién llegada de India, no tenía otra manera de expresarse porque no hablaba inglés. Al entregarle el regalo, su madre le recomendó: «Pinta lo que tienes en el corazón».