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¿Seguimos estando locos por la incansable Bridget Jones?

Reneé Zellwegger vuelve a la gran pantalla, pero, ¿está preparada para el mundo de Instagram, Tiktok y Tinder? ¿Y nosotros para su retorno?
¿Seguimos estando locos por la incansable Bridget Jones?
Renée Zellweger regresa con 55 años para encarnar de nuevo a Bridget JonesImdb
Jesús Palacios

Madrid Creada:

Última actualización:

Nos ha acompañado a lo largo de lo que llevamos de siglo XXI. En el milenio de la mujer tiene lógica que mientras personajes como James Bond o Tarzán van desapareciendo del imaginario colectivo, otros femeninos los sustituyan. Y el caso de Bridget Jones es paradigmático. Creada por la novelista y periodista británica Helen Fielding, primero en 1994 como una serie de columnas humorísticas en The Independent, publicadas después como novela en 1997, Bridget Jones es una heroína diferente. Más bien, una antiheroína con la que Fielding, de forma caricaturesca pero firmemente asentada en la realidad, dio y ha seguido dando, con tres novelas más, un agudo, divertido e inteligente repaso a muchos si no todos los tópicos asociados con la mujer madura en la era posmoderna.
Bridget Jones es a la condición femenina de finales del siglo XX y comienzos del XXI lo que fuera El diario secreto de Adrian Mole de Sue Townsend a los adolescentes de los ochenta. Como tal, se ha convertido en un clásico británico universal. Pero también fue y sigue siendo una respuesta a las columnas y novelas de la estadounidense Candace Bushnell que darían lugar, al mismo tiempo, a la serie y franquicia de "Sexo en Nueva York".
Frente a las cuatro amigas creadas por la escritora neoyorquina, que pese a sus neurosis, manías, altibajos, gustos y disgustos, conforman un retrato ideal de la moderna superwoman libre, liberada y liberal, mordiendo la Gran Manzana como nuevas Evas triunfadoras en un mundo masculino que ponen a sus pies gracias a su éxito, inteligencia, belleza e ingenio, combinando las virtudes eróticas con las profesionales, sociales e intelectuales, además de una sororidad a prueba de machos, Bridget Jones es muy distinta. Tanto como pueda serlo el Inspector Clouseau de 007.

Irrompible

El acierto de Helen Fielding y las películas de la saga fue presentar una mujer soltera y profesional, en los treinta y tantos, que no responde ni a los estereotipos del viejo mundo ni a los ideales imposibles impuestos a la “nueva mujer” del feminismo embaucador. Bridget Jones no podía estar más alejada de Carrie, Charlotte, Miranda y Samantha.
Con "sobrepeso", encendiendo un cigarrillo con otro, caótica, torpe, desaliñada, siempre con un vaso de vino cerca, buena en su trabajo pero con pocas dotes sociales, demasiado sincera para su propio bien y con la autoestima a la baja, nadie podía encarnarla mejor que Renée Zellweger, quien dio un tremendo salto desde "La matanza de Texas: La nueva generación" (1994) hasta "Bridget Jones". Aunque curiosamente su personaje en la primera mostrara una vis cómica muy similar a la segunda. 
Con su llegada al cine, Bridget Jones/Renée Zellwegger se implantaron rotunda y profundamente en el imaginario del público actual. Precisamente por mostrar una mujer falible. Con inseguridades, dudas y defectos, pero que a la postre sabe sacar provecho de ellos, convertidos en parte de su atractivo, para, en la mejor tradición de la comedia romántica, conquistar el amor. Porque la saga de Bridget Jones, con todo su comentario social e ironía, al final conduce siempre al mismo sitio: el Amor. Y con él, al matrimonio y la familia.

Locos por ella

No por casualidad se estrena en San Valentín la cuarta y crepuscular entrega de la franquicia, Bridget Jones: loca por él, dirigida por Michael Morris, basada en el libro publicado en 2013. Ahora, Bridget, viuda y madre de dos hijos, ha de bregar con el duelo, volver al trabajo, reactivar su vida social y, sobre todo, la amorosa, erótica y sexual, que no siempre son lo mismo.
Una Bridget de cincuenta y pico años, que sigue siendo Renée Zellweger —en la medida en que sus operaciones permiten reconocerla—, cuyas aventuras en el mundo de Netflix, Tinder, la televisión del siglo XXI, los jóvenes que preguntan antes de besar, las niñeras veganas perfectas, las madres de Stepford y el romance por WhatsApp, dan lugar a un montón de escenas hilarantes y diálogos ingeniosos, a la altura de la primera película. Junto a ella seguimos teniendo a Hugh Grant, Emma Thompson o James Callis, amén de los nuevos personajes que interpretan Josette Simon, el guapo Leo Woodall y Chiwetel Ejiofor, los dos intereses sentimentales de Bridget en conflicto (la resolución es tan poco sorprendente como la identidad del asesino en la mayoría de slashers. Otra cosa común entre ambos géneros).
La cuestión que plantea el retorno de esta Bridget Jones que ha dejado el tabaco, es cuán pertinente resulta el personaje en tiempos de empoderamiento radical, con su irónico pero en el fondo amable romanticismo tradicional, tan desprestigiado. "Bridget Jones: Loca por él", da exactamente lo que promete. En ese sentido es mucho más honesta que Barbie u otras fantasías feministas animadas de ayer y hoy. Pero no deja de ser una fantasía. Una que, partiendo de la celebración de su heroína diferente, independiente y desastrosa, acaba encontrando siempre la felicidad en el matrimonio con el perfecto hombre inexistente del siglo XXI. Pero vaya, por eso se llama comedia romántica.

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