Cultura

Teatro Urgente

La mujer que no quieren que seas

Una nueva producción del colectivo Teatro Urgente analiza de manera crítica los distintos y nuevos roles de la mujer en la sociedad contemporánea

Nerea Moreno (izda.), Alberto Fonseca y Karina Garantivá
Nerea Moreno (izda.), Alberto Fonseca y Karina GarantiváWILLIAM DONDYK Y LORENA RIGA MONFORT 657619574freemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@7594fd9f

«Estamos viviendo unos tiempos en los que el pensamiento se ha simplificado casi hasta la consigna», asegura Ernesto Caballero. El director escénico sigue trabajando, dentro del proyecto Teatro Urgente, para generar entre el público un mínimo debate intelectual en torno a cuestiones filosóficas que nos atañen de manera mucho más directa de lo que quizá habíamos imaginado en principio. Javier Gomá, Hannah Arendt, Voltaire... son algunos de los autores que han inspirado las propuestas que ha desarrollado anteriormente esta compañía cuyo centro de operaciones radica en el madrileño Teatro Quique San Francisco. Ahora, en esta cuarta producción, le toca el turno de salir a escena a Friedrich Nietzsche. La actriz, dramaturga y productora Karina Garantivá –principal adalid junto a Caballero de Teatro Urgente– ha sido esta vez la encargada de firmar el texto. La mujer buena, que así se titula la obra, parte del pensamiento del filósofo alemán para presentarnos, según la autora, «una realidad compleja».

Dividida en tres partes o «momentos», la función tiene como protagonistas a dos actrices que están a punto de estrenar un espectáculo. Las dos se conocen muy bien, pero están distanciadas porque encarnan dos arquetipos diferentes: una es, podríamos decir, la «madre», y se ve a sí misma como parte de una colectividad; la otra es la «artista», una mujer cuyo posicionamiento vital se funda en la individualidad del ser humano. «Las dos tienen razón –apunta Caballero–, pero es imposible que lleguen a un acuerdo». Protagonizada por Nerea Moreno, Alberto Fonseca y la propia Garantivá, la obra propone además una reflexión sobre el oficio teatral y, en un sentido más amplio, sobre la búsqueda de la verdad en el arte. Dicen sus responsables que el espectáculo «huye de la idea de lo bueno y lo correcto para situarse en el lugar de la duda, la paradoja y la convivencia entre opuestos».

Y no ignora el director lo polémico que esto puede resultar: «En la obra hay, desde luego, un elemento claro de controversia ante la corrección política que impera hoy, pero creemos que el teatro es precisamente un espacio para el debate, para el pensamiento colectivo. Puede que algún acólito de las nuevas iglesias se ofenda y nos quiera denunciar –afirma Caballero con ironía–; pero, si hay algo que permite el teatro, es vislumbrar a través del conflicto una pequeña certidumbre de algo». Y añade algo Garantivá al respecto de esa polémica: «La verdad es que esta vez nos hemos propuesto extremar el riesgo a la hora de limitar lo que se puede decir o no sobre algunas cuestiones, para crear así un espacio de pensamiento más amplio y más libre. Precisamente, esa es una de las premisas de Teatro Urgente. Queremos hacer un teatro donde el pensamiento pueda encarnarse en personajes, donde pueda ponerse en riesgo y donde pueda gozar de un lugar de verdadera independencia».

  • Dónde: Teatro Quique San Francisco, Madrid. Cuándo: hasta el 17 de abril. Cuánto: desde 14 euros.