Buscar Iniciar sesión
Sección patrocinada por
Patrocinio Repsol

El viaje en tren más polémico de los Borbones

Tras “Alfonso el Africano”, estrenada la temporada pasada en la misma sala, el CDN vuelve a apuntar hacia la monarquía en una nueva y controvertida sátira
Luz Soria
La Razón

Creada:

Última actualización:

A pesar de su título, no son los trenes lo verdaderamente importante de la Breve historia del ferrocarril español, que se estrena mañana en la Sala de la Princesa del Teatro María Guerrero. Donde quiere ahondar esta función, dirigida por Beatriz Jaén, es en las motivaciones políticas que fueron determinando el mapa ferroviario de nuestro país tal y como lo conocemos. «Casi dos siglos separan el primer viaje del Madrid-Aranjuez y la inauguración del AVE a La Meca; casi doscientos años en los que todo ha cambiado y al mismo tiempo todo sigue como estaba», explica el dramaturgo Joan Yago, autor del texto.
La obra, que seguro será muy polémica, se articula en torno al relato que dos mujeres, que pueden ser un par de apasionadas de la Historia o simplemente actrices dirigiéndose al público, hablan de la situación política de España a la muerte de Fernando VII, con el conocido problema sucesorio que ello originó. «A partir de ahí, iremos entrando de lleno en la fiesta del capitalismo, el desarrollismo y la corrupción –afirma la directora–. Es una fiesta para los corruptos, claro, porque los demás, que somos precisamente quienes la pagamos, no estamos invitados». Y asegura la directora que «lo sorprendente de esta obra, lo que a mí misma me sorprendió cuando la leí, es comprobar lo poco que ha cambiado la Historia en todo este tiempo; lo que contamos en el escenario sobre Isabel II y el siglo XIX es igual a lo que hemos vivido hace poco con el Rey Emérito, por ejemplo».
Por su parte, Joan Yago define el espectáculo como «una mirada al origen del capitalismo en España y a su relación con la familia real». «Hablamos de unos hechos que nadie conoce, pero que todos deberíamos conocer –dice el dramaturgo–; es una mirada burlona y, por supuesto, política, pero, por encima de todo, es una mirada fascinada, incrédula e incluso escandalizada».
Y también Jaén incide en esa idea de escándalo: «La filósofa Anne Dufourmantelle dice que el escándalo sobreviene desgarrándonos por entero y derribando cualquier referencia o punto de apoyo. Me gusta la idea de que el escándalo pueda desgarrarnos, porque es ahí, en ese desbarajuste que provoca, donde aparece la posibilidad de que algo nuevo acontezca. Ojalá la puesta en escena de esta obra sea un elogio del escándalo». No obstante la seriedad de los asuntos que aborda, el espectáculo aspira a meter el dedo en la llaga... con humor.
Las actrices Esther Isla y Paloma Córdoba van incorporando –en un «juego muy teatral», según la directora– los numerosos personajes que aparecen en el relato a medida que este avanza. «Creo que encarnamos esos personajes históricos de una manera divertida –señala Isla–. Y que el público se reirá y disfrutará viendo cómo son y cómo actúan». Uno de esos personajes, con bastante peso en la función, es precisamente Isabel II. A ella se refiere Paloma Córdoba, encargada de darle vida: «Hay que tener en cuenta que ella empezó a reinar con 13 años. Hay por eso una ignorancia, una inocencia y un “hacer lo que me da la gana”... que es lo que he usado para construir el personaje. Es una mujer que se pasó el reinado pariendo hijos, bebiendo, fumando, comiendo, bailando... y también robando. Se rige por el “me da igual todo”, por el pasotismo; pero, claro, le falto un poco de ética», dice riendo.
Bifurcación «lógica»
Curiosamente, sobre el papel, la obra no estaba planteada para un número concreto de personajes. Se trata de un texto continuo que bien podría interpretarse como un monólogo; sin embargo, Jaén tenía claro desde el principio que «había más de una voz, o yo al menos así lo imaginaba en mi cabeza según lo leía». Yago entiende y ve muy lógica esa bifurcación por la que ha optada la directora: «En realidad, yo no especificaba en ninguna parte de la obra que fuese un monólogo. Cuando la escribí, tenía la vaga intuición de que no debía hacerlo, que debía dejar esa puerta abierta para que el director o directora que la montase tuviese la oportunidad de aportar su propia visión de ese texto. Y así ha ocurrido. Al repartir el texto entre dos actrices, Beatriz Jaén propone un juego dialogado con la palabra que va mucho más allá de lo que yo había imaginado y que se ha ido enriqueciendo en el proceso de ensayos».
«Ha sido todo muy fácil y creativo –apunta la directora–. Hemos trabajado desde un lugar muy libre para ir proponiendo cosas y componer imágenes, dejándonos llevar por cómo podrían ser todos esos personajes históricos que van saliendo a colación. El texto tiene mucho peso en la obra, pero hemos tratado de acompañarlo y enriquecerlo con esas imágenes, que, en ocasiones, han ido apareciendo a partir del juego y la improvisación».
  • Dónde: Teatro María Guerrero (Sala de la Princesa), Madrid. Cuándo: hasta el 13 de noviembre. Cuánto: 25 euros.